Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Silvestre Pacheco León

 CRONICA MUNICIPALISTA

  El Proyecto Turístico de Recuperación y Saneamiento de Zihuatanejo

 (Primera de dos partes)  

Si los datos y nombres contenidos en el Proyecto Turístico de Recuperación y Saneamiento de Zihuatanejo, que circula a trasmano entre ambientalistas de Zihuatanejo son ciertos, resulta que mientras las organizaciones que formamos el Movimiento para el Rescate y Preservación de la Bahía nos sentábamos a dialogar, en agosto del 2001, con el entonces titular de la Semarnat sobre la conveniencia de atender de manera integral la problemática ambiental de Zihuatanejo, que se refleja directamente en la bahía, se echaba andar en otra vía una salida que puede resultar catastrófica para el futuro de la ciudad.

Si bien el esfuerzo compartido entre autoridades federales y sociedad civil produjo en el 2001 el Programa para el Rescate Integral de la Bahía a partir de la concepción de un desarrollo sustentable, recuperando las áreas afectadas y respetando las que permanecen intocadas, en la otra vía el gobierno trabajaba en un modelo que busca garantizar la “Seguridad, Recuperación y Anuencia Social” para la ejecución de los proyectos de marinas, muelles, hoteles y condominios en la ciudad, “detenidos” por la “falta de un Plan Integral”.

Independientemente de que los hechos actuales nos den la razón a las organizaciones que decidimos renunciar a la firma de un “convenio” con la Semarnat por considerar su absoluta falta de seriedad para fijar los plazos y compromisos puntuales, en el que escondía el doble juego ahora descubierto, lo cierto es que el pueblo de Zihuatanejo está en riesgo de ser nuevamente víctima de las decisiones cupulares con las que siempre se ha privilegiado a los inversionistas, sean funcionarios públicos o particulares, causantes del desastre ambiental que ahora se vive.

Mientras las autoridades de la Semarnat aducían como argumento de su parálisis la falta de consenso entre los distintos órdenes de gobierno, en los hechos venían trabajando en paralelo un proyecto con el que pretenden cobrar la osadía de una sociedad civil irreverente frente al poder, la solución de los problemas ambientales actuales a cambio de que permitamos la construcción de una terminal marítima que implica dragar parte de la bahía para la entrada de cruceros de gran calado que darán el golpe mortal al ecosistema de nuestra pequeña bahía, y la ampliación del espigón de piedra de Puerto Mío para mayor afrenta y contaminación visual y obstáculo eficaz a las corrientes marinas.

A cambio de ampliar la red de drenaje y la infraestructura para tratar las aguas residuales, esperan que el pueblo permita el desalojo de los pescadores y el relleno de la playa principal.

Ofrecen ordenar el crecimiento urbano y mejorar la imagen de la ciudad a cambio de que se permita la construcción de la marina de Puerto Mío en la bahía, lo que significa su privatización, y se proponen recuperar a un tal Guillermo Farell los terrenos de la laguna de Las Salinas para la construcción de una marina, sin importarles que parte de los terrenos se hayan vendido a pequeños inversionista locales, ni que la comunidad considere esa zona como parte del patrimonio común de la ciudad.

Bajo el proyecto de “Ordenamiento Náutico” se pretende dejar en manos de la iniciativa privada los servicios de operación portuaria lucrando con los pescadores y prestadores de servicios turísticos, pero nada dicen de los problemas que padecen, por falta de embarcadero confiable, quienes prestan servicios de pasajeros a los visitantes de la isla de Ixtapa.

Abusando del concepto de sustentabilidad, los promotores del proyecto pretenden afectar más las áreas de reserva ecológica en el anfiteatro de la ciudad bajo el pretexto de reactivar las inversiones, promoviendo lo que ellos llaman el “desarrollo de reservas sin explotar” como el caso del cerro de las antenas donde pretenden afectar 25 hectáreas.

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