Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

* Francisco Abarca Escamilla *

Guerrero, ¿políticas

ineficientes?

Un primer balance de los resultados obtenidos por el estado de Guerrero en los últimos nueve años arroja un saldo negativo en las políticas públicas aplicadas. ¡Los datos no mienten! Pese a los discursos, porras, loas y autoelogios de sus administradores, una comparativa del crecimiento en los niveles de bienestar de nuestros paisanos, con el resto de las entidades de la república, remite al estado a los últimos lugares en el periodo 1992 al 2001.

Resulta que si tomamos en cuenta la evolución del ingreso per cápita real, o sea descontando la inflación, en cada una de las entidades de la república, en el periodo comprendido entre esos años, nos encontramos con las siguientes sorpresas: a) en el ámbito nacional, pese a las crisis que se presentaron en los años 95 y 98, se pudo observar un crecimiento de 13.1 por ciento; b) hubo serias diferencias en el comportamiento de las distintas entidades: los casos extremos fueron Quintana Roo, cuya dinámica llegó a registrar una tasa negativa del 1.4 por ciento; y, en el lado positivo, Aguascalientes con crecimiento del 31.1 por ciento; c) un grupo de 18 entidades se ubicaron por debajo del crecimiento promedio, diez de ellas con una dinámica que no llegó a rebasar el 6 por ciento, únicamente.

Y lamentablemente, nuestra entidad forma parte de ese grupo que ni siquiera logró remontar la mitad del crecimiento obtenido en el promedio nacional. ¿Será acaso por el manejo de la administración estatal, o es que se pueden encontrar otros factores más determinantes? Hagamos un intento por encontrar las explicaciones.

En primer lugar habría que descartar el argumento de que nos encontramos en una crisis económica en el país, toda vez que el ambiente macroeconómico se aplica igual para todos los estados, tanto para los que lograron altas tasas de crecimiento, como para las que únicamente medio brincaron el charco. Las razones tienen que ubicarse en otras consideraciones.

Por un lado, veamos cuáles son las otras entidades que se encuentran en situaciones similares. Resulta que el grupo con dinámicas menores se integra por Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Nayarit, Guerrero, Oaxaca, Baja California, Sinaloa, Chiapas, Hidalgo y Veracruz. Todos ellos obtuvieron crecimientos no mayores al seis por ciento. ¿Cuáles son los factores comunes en estas entidades?

Veamos. De todos estos estados, con excepción de Nayarit, BC y Sinaloa, el resto pudieran ser agrupados en la región sur-sureste del país. Así es que un primer elemento que une a este grupo de entidades radica en su pertenencia mayoritaria a una determinada región, misma que habrá que identificar sus características principales.

Sin embargo, el pelo en la sopa se encuentra en Yucatán y Puebla, entidades que pese a pertenecer a la región mencionada, obtuvieron crecimientos del 18.3 y 20.1 por ciento, respectivamente. O sea que tampoco es totalmente definitivo el argumento regional. Nótese, sin embargo, que estos dos casos excepcionales se distinguen del resto de sus vecinos por el alto grado de integración con las esferas de comercio internacional, toda vez que buena parte de sus productos se colocan en los mercados de otros países.

Por ello, una primer razón del atraso bien podría ubicarse en que los estados de la región sur-sureste que no logran crecer a tasas mayores que el promedio nacional, son aquellos que no han conseguido colocar una parte importante de su producción dentro de las exportaciones nacionales: la aportación de cada una de estas entidades a los flujos de comercio internacional no llega ni siquiera al medio por ciento. Y aquí muchos creen que la justificación radica en la infraestructura carretera y portuaria existente por no comunicar adecuadamente a nuestros productores con los consumidores de otras latitudes, a lo que habría que preguntarse el porqué los productores de otros países sí pueden colocar sus productos en nuestras regiones. ¡O sea que la razón para no acceder con nuestros productos a otros países tampoco son las comunicaciones! ¿Qué puede ser?

¿Será acaso el nivel de organización productiva? Ahí pudiera estar una primer ilustración, y en consecuencia habría que revisar qué tanta importancia le han dado a este hecho los gobernantes que hemos tenido. Lamentablemente no tenemos que esforzarnos mucho. Por doquier se ve que cada quién jala por su lado en las actividades económicas; no tenemos organizaciones productivas, mucho menos empresas que pudieran servir de ejemplo en la incursión a los mercados internacionales, como tampoco se percibe la mínima intención gubernamental por abordar este tipo de problemas. El enfoque de la administración pública estatal poco tiene que ver con este tipo de problemas, sus prioridades son distintas, ¡totalmente!

Así es que, en definitiva, las políticas públicas que se siguieron y prevalecen actualmente son las razones que explican el porqué los guerrerenses se encuentran en el atraso permanente, al no fomentar una mayor participación en los mercados internacionales, ni impulsar entre los agentes productivos mayores niveles de organización económica; y si ello no cambia, como parece ser, estaremos condenados por secula, secu lorum ¡Rezagados por siempre!

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