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Aprueban López Rosas y el PRD orden del día objetada por PRI y Convergencia

 Aurelio Peláez * –Señora regidora –responde el edil priísta José Guadalupe Perea a la perredista Juana Esteban Arroyo en la sesión de cabildo –nunca casi es nunca.

La edil perredista se sonroja. Antes se le vio alterarse al acusar a Perea, coordinador de la fracción de regidores del PRI, de faltista: “usted casi nunca viene a las reuniones de mi comisión (la de Desarrollo Urbano), si acaso tres o cuatro veces en diez meses”.

Era parte de los argumento del ahora grupo compacto de regidores del PRD, para defenderse de la acusación de los priístas de que aprobar integrar en el orden del día el dictamen del cambio de uso de suelo para un panteón en el Kilómetro 21 y sin la mayoría de las firmas de los integrantes de las comisiones de Desarrollo Urbano y de Servicios Públicos Municipales era ilegal, y que no debía incluirse en la sesión.

El axioma del “nunca es casi nunca” de Perea desconcierta a Juana Esteban, edil del grupo incondicional al presidente municipal Alberto López Rosas, que no acierta a contestar.

Perea, difícil de asociar ahora simplemente como cabeza de un grupo de choque priísta, Los Yopes, y que da mas pelea de la esperada a la mayoría perredista, remata la discusión con una salida elegante, luego de que la filosofía del nunca casi es nunca comienza a asimilarse: “es todo señor presidente, yo ya no le voy a contestar a esta dama”. Juana Esteban enrojece y sale su compañero Norberto Refugio Chamú al quite.

Chamú, el edil que en la sesión de hace diez días reventó a sus compañeros del PRD que hicieron bloque con los del PRI-Convergencia, PVEM y PAN, en el grupo Juan R. Escudero, al maniobrar para sacar a votar un punto de acuerdo que evitó analizar la función de la secretaria de Desarrollo Social, Rossana Mora, ahora con los ex disidentes de su lado, se va con todo contra el PRI: “señor presidente, creo que el tema ya está suficientemente discutido y que la secretaria general tome esto en cuenta”. Y pide votación.

En la orden del día se tocaría el informe rutinario del secretario de Protección y Vialidad, Antonio Valenzuela; la aprobación del dictamen para el cambio de uso del suelo del panteón, y un dictamen de reglamento de funcionamiento de molinos de nixtamal y tortillerías, además de darle un nuevo nombre a la plaza ubicada en la Costera e inicio de la Vía Rápida.

El caso es que en el Kilómetro 21 ya se puso la primera piedra al panteón, que de paso sirvió para reconciliar al alcalde con la fracción del PRD que estuvo en el grupo Juan R. Escudero. La primera piedra la puso José Luis Morales, presidente de la Comisión de Obras Públicas, el ex disidente. Pero el dictamen de cambio de uso de suelo aún no estaba aprobado por el cabildo, por las dos semanas en que se debatió sobre el caso Rossana Mora. Además, debería llevar la firma de dos comisiones, la de Obras Públicas y la de Servicios Públicos municipales, a la que pertenece Perea. Y en la segunda no la había mayoría.

Pero a pesar de ello se llevó a votación en cabildo.

Los del PRD, en voz de los ex integrantes del grupo Juan R. Escudero, José Luis Morales y Wulfrano Salgado, argumentaban que la legalidad estaba salvada y que debería incluirse el dictamen en el orden del día, y llamaron a los priístas a actuar con responsabilidad a los del PRI.

Ahora la mayoría del PRD vuelve a ser mayoría, o por lo menos, la mayoría del presidente municipal. Las manos levantadas, unánimes, recuerdan los tiempos del PRI. Los argumentos también.

Pregunta Perea:

–¿Entonces señor presidente, en el futuro no hace falta que haya mayoría de firmas de una comisión para que un dictamen sea aprobado?.

–No entiendo señor regidor.

–Que si va a quedar asentado que si en el futuro se votará en forma análoga cuando un dictamen no sea aprobado por las dos comisiones.

–El cabildo lo decidirá en su momento –responde secamente el presidente municipal.

El cabildo como mayoría vs. reglamento

Votan entonces todos los del PRD y el edil priísta por aprobar el orden del día. En contra los del PRI, el del PVEM y los tres de Convergencia.

Se da paso a la sesión y el priísta Mateo López pide la palabra para pedir aclaraciones sobre el sentido de lo que se acaba de votar:

–¿Señor presidente, creo que no contestó a mi compañero que si nos queda claro que en adelante, aunque un dictamen se mande a tres comisiones y se apruebe por una se va a aprobar en cabildo?

López Rosas intuye la intención de los priístas, atraparlo en una evidente infracción cometida por empujar el mayoriteo.

–Ese no es tema del punto, es materia de asuntos generales regidor. Espere el punto. Empieza la sesión y se ve que los priístas se la van a guardar, que dejaron pasar una votación sin levantarse de sus asientos ni salirse de la sesión. Frente a ellos, los seis ediles del PRD que hace dos semanas dirigían los mismos señalamientos a López Rosas de cometer infracciones a la ley de cabildo, y que eran mayoría en el otro lado, votaban en el sentido de las intenciones del alcalde, mayoriteando a sus ex fugaces compañeros.

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