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Fernando Lasso Echeverría

Pablo Neruda

Este 12 de julio se cumplieron 120 años del nacimiento del literato chileno, Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basalto, quien con el pseudónimo de Pablo Neruda ganó el Premio Nobel de Literatura en 1971, después de haber logrado durante cinco décadas, una sobresaliente y vasta obra escrita, que abarcó varios géneros, dentro de los cuales se destacó su producción poética.
Pablo Neruda nació un 12 de julio de 1904; fecha que parece muy distante –sobre todo para los jóvenes– sin embargo, sin duda, personajes como el que ahora estamos recordando, son inmortales. Nació en Parral, Chile; fue hijo de don José del Carmen Reyes y de doña Rosa Basoalto de Reyes, quien murió un mes después, probablemente de alguna complicación del parto, pues en la época preantibiótica, era muy frecuente la fiebre puerperal en las mujeres recién aliviadas. Dos años después, don José vuelve a casarse con doña Trinidad Candia Marverde, quien según lo expresado por Neruda en repetidas veces, fue una auténtica madre para él,  a quien recordaba con respeto y amor filial.
Neruda se distinguió por poseer un lenguaje poético lírico, lleno de espontaneidad, inspirado y profundo, que logra tocar la fibra íntima de sus lectores, y esto pocos autores lo logran. Fue un poeta muy versátil, pero su creación versó sobre todo alrededor del amor, la pasión, y la ternura, y fue un gran legado para la cultura americana y mundial. Su primera publicación la realizó a los 19 años de edad en la Editorial Claridad en 1923, con un poemario que llamó Crepusculario, que a pesar de haberse editado nuevamente en 1926,  no tuvo el éxito de su segunda obra llamada Veinte poemas de amor y una canción desesperada publicada en 1924 por la Editorial Nascimento, y reeditado en todo el mundo miles de veces, en más de 50 lenguas o idiomas, incluyendo el esperanto. Sus obras en verso libre marcaron un parteaguas importantísimo en la literatura latinoamericana, distanciando la concepción acartonada que se tenía de este género literario en el siglo XIX y principios del XX, que usaba terminología rancia y presuntuosa, y que se basaba en versos sujetos en forma estricta a la métrica, el ritmo y la rima.
Veinte poemas de amor y una canción desesperada es un hermoso texto, en el cual Neruda cambia las estructuras lingüísticas tradicionales de aquella época, sin extraviar el contenido y la formación poética propia de este género; es una obra, con un lenguaje –como todo lo escrito por don Pablo– sencillo y natural, que no pasa de moda –pues parece haber sido escrito ayer– y que ha logrado presencia y amplia circulación en todas las nuevas generaciones posteriores. ¿Quién no recuerda la bella y melancólica frase con la que inicia el poema # 20: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche… Escribir por ejemplo, la noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros a lo lejos”. ¿O cómo leer sin que se te erice la piel esa frase que dice “es tan corto el amor, y tan largo el olvido”? O repasar el poema 15, sin emoción alguna, con aquello que dice: “Me gustas cuando callas, porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca”. ¡Imposible!
En su autobiografía, Neruda dice lo siguiente sobre los Veinte poemas de amor y una canción desesperada: “Son un libro doloroso y pastoril, que contiene mis más atormentadas pasiones adolescentes, mezcladas con la arrolladora naturaleza del sur de mi patria. Es un libro que amo, porque a pesar de su aguda melancolía, está presente en él, el goce de la existencia”. Luego agrega: “Siempre me han preguntado, cual es la mujer de los Veinte poemas, pregunta difícil de contestar”. Sin embargo, deja entrever después que hay dos o tres damas que se entrelazan en esta melancólica y ardiente poesía, y en forma alegórica habla de Marisol y Marisombra. La primera –dice Neruda– “fue un idilio de la provincia encantada con inmensas estrellas nocturnas”; y la segunda, “una estudiante de boina gris capitalina, con aromas a madreselva”.
Sin embargo, vale la pena mencionar que antes de publicar estas obras poéticas –que de hecho fueron las primeras de Neruda, plasmadas en libros– el joven Pablo ya había divulgado poemas y otros escritos en diarios de su región. En 1917 se da a conocer en el diario La Mañana, de Temuco, su primera publicación: un artículo titulado Entusiasmo y perseverancia, firmado por Neftalí Reyes. En 1918, aparece en la revista Corre-Vuela de Santiago, el poema Mis ojos, con la misma firma Neftalí Reyes. En 1919 publica trece poseías en Corre-Vuela y en otras revistas más de Temuco, Chillán y Valdivia, empleando diversos seudónimos. Pero es hasta 1920 cuando emplea por primera vez el de Pablo Neruda para sus publicaciones. A partir de ese año, su carrera literaria fue en ascenso, ocupando distinguidos puestos en publicaciones literarias, asociaciones culturales, federaciones estudiantiles, y aumentando sus colaboraciones en diversos medios, en donde compartía páginas con otros noveles bardos como Giménez, Cifuentes, Monestier y Rojas.
A través de su vida, Pablo Neruda fue un fecundo autor, que publicó cerca de 50 obras de 1923 a 1973, año en el cual murió. Además de las ya citadas (Crepusculario y 20 poemas… esta última, la más conocida y con mayor número de ediciones) publicó Anillos y El habitante y su esperanza en 1926; El hondero entusiasta en 1933; Residencia en la tierra en 1935; España en el Corazón. Himno a las glorias del pueblo en la guerra (1937), que reeditan en tres ocasiones en este país, el mismo año; Las furias y las penas en 1939; Un canto para Bolívar editado por la UNAM en 1941; Canto de amor a Stalingrado en 1942; Tercera residencia (1947). Su famosísimo Canto general, que revela al poeta socialista, es publicado en México en 1950, con sendas ilustraciones de David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, replicándose ediciones de esta obra el mismo año en 15-20 países más; Los versos del capitán en 1952; Todo el amor en 1953; Las uvas y el viento, y la primera parte de las ingeniosas Odas elementales en 1954; Nuevas odas elementales en 1955; Tercer libro de las odas en 1957; el recordado y difundido Cien sonetos de amor y el libro Navegaciones y regresos en 1959;  Canción de gesta, en 1960; Cartas ceremoniales en 1961; Memorial de la Isla Negra en 1964; Arte de pájaros en 1966; La barcarola y Fulgor y muerte de Joaquín Murrieta en 1967; Las manos del día en 1968; Comiendo en Hungría, Aún y Fin del mundo en 1969; Maremoto, La espada encendida y Las piedras del cielo en 1970; Geografía infructuosa, Discurso en Estocolmo y La rosa separada en 1972; e Incitación al Nixonicidio y alabanza a la revolución chilena.
El escritor colombiano Gabriel García Márquez describía a Neruda de la siguiente forma: “Siempre he creído que Pablo Neruda es el más grande poeta del siglo XX en todos los idiomas. Tanto, que a pesar de haberse metido en un callejón difícil con su poesía política, siempre había en todo lo que escribía, una gran calidad poética”. Sin embargo, la personalidad de Pablo Neruda era polifacética, y su gran calidad literaria –poética en especial– que lo llevó a ganar el premio Nobel de Literatura en 1971, además de numerosas distinciones internacionales por sus méritos intelectuales y su genio literario, no superó al humanista que llevaba dentro de sí este gran hombre. Don Pablo era un poeta que conocía a fondo la situación política y social de los pueblos latinoamericanos, y por ello se sentía profundamente comprometido con éstos. Neruda, fue un socialista convencido, hecho que le provocó muchos rechazos y persecuciones en las difíciles épocas que le tocó vivir, con dictaduras extremas de derecha en toda Latinoamérica, y en gran parte del mundo occidental. Al final de su vida, él mismo fue víctima de una de ellas.
Por otro lado, desde etapas tempranas de su vida, don Pablo –quien desde muy joven  dominaba el francés– se distinguió en el área diplomática de su país, sin dejar nunca su principal motivo de vida: la poesía. En 1928 lo nombran cónsul de su país en Colombo (Ceilán); en 1930, fue cónsul en Batavia (Java), año en el cual se casó con María Antonieta Agenaar Vogelzonz, hecho que –por supuesto– acelera su producción poética, y publica en Madrid sus poemas Galope muerto, Serenata, y Caballo de los sueños. En 1931 se desempeña como cónsul en Singapur; en 1933, fue nombrado también cónsul en Buenos Aires, y ahí, conoce a Federico García Lorca quien visitaba Argentina, y cultiva una relación amistosa con él, hasta que éste es asesinado durante la guerra civil española; en 1934, es nombrado cónsul en Barcelona, año en el cual nace su hija Malva Marina; en 1935, se traslada como cónsul a Madrid. En 1936, inicia la guerra civil española, matan a García Lorca, destituyen a Neruda del servicio diplomático, y su esposa se separa de él. En 1939 es nombrado cónsul para la emigración española, con sede en París, y de abril a junio realiza gestiones a favor de los refugiados españoles, logrando embarcar a muchos de ellos, quienes llegan a Chile a fines de ese año. En 1940 vuelve a Chile, y es nombrado Cónsul General en la Ciudad de México, ciudad a la que llega el 18 de agosto, cargo en el cual dura hasta el 31 de agosto de 1943. En 1942 muere su hija Malva en Europa. Se une con su segunda pareja, llamada Delia del Carril.
En marzo de 1945 es elegido senador de la República por las provincias de Tarapacá y Antofagasta; en julio se afilia al Partido Comunista de Chile; un año después es distinguido por el gobierno de México, con la condecoración de la Orden del Águila Azteca. Al volver, es nombrado jefe de campaña del candidato a la presidencia de Chile, Gabriel González, y a finales de ese año (1946), se dicta sentencia judicial, declarando que de ahí en adelante su nombre legal será Pablo Neruda. En 1947, por medio de publicaciones y conferencias públicas, inicia serios enfrentamientos con el gobierno instituido, que por ello le abre un juicio político, y logra su desafuero, ordenando inmediatamente después su detención, situación que provoca que Neruda viva oculto mucho tiempo en su país, lapso que aprovecha para continuar escribiendo. En 1949 sale de Chile cruzando la cordillera por la región austral. Ese año viaja luego a la entonces Unión Soviética, y a otros países de la Europa oriental, en donde recibe numerosos homenajes de sociedades literarias, y aparecen ediciones de sus obras en todos ellos, que son consumidas con avidez por el público de estas latitudes. En 1953, el gobierno soviético le concede el Premio Stalin de la Paz. En 1954 se le revoca la orden de detención y regresa a su país, donde se le tributan grandes homenajes de bienvenida. Se separa de Delia y se casa con Matilde Urrutia.
En sus últimos tres lustros de vida, Neruda viajó –literalmente– a todo el mundo; invitado por universidades, sociedades y organizaciones culturales, y hasta gobiernos ideológicamente opuestos como el de Estados Unidos de Norteamérica –en donde estuvo dos o tres veces–iba a dar conferencias y recitales o a recibir homenajes o condecoraciones. Siguiendo el ejemplo de docenas de universidades en el mundo, el Instituto de Lenguas Romances de la estadunidense Universidad de Yale, lo nombra miembro honorario. En 1961 se edita el millonésimo ejemplar de Veinte poemas de amor y una canción desesperada. En 1965, la Universidad de Oxford, a través de su Facultad de Filosofía y Letras, le otorga el título de doctor honoris causa. Vivió temporadas en Italia y Francia. En 1969, el Comité Central del Partido Comunista Chileno lo nombra candidato a la presidencia de la República. En tal condición, recorre todo el país, y llega a conversaciones que materializan la formación de la Unidad Popular. Posteriormente se retira para dar lugar a la designación de Salvador Allende como candidato único. Luego participa activamente en la campaña presidencial de Allende, y éste gana las elecciones. Don Salvador lo nombra embajador en Francia, cargo al cual renuncia por presentar leucemia, y regresa a Chile, en donde es recibido en un gran acto masivo en el Estadio Nacional de Santiago. El 11 de septiembre de 1973, un golpe militar auspiciado por el gobierno norteamericano derriba al gobierno de la Unidad Popular, en el cual muere el presidente Allende. Doce días después muere en condiciones sospechosas Pablo Neruda. Las fuerzas militares saquean las dos casas del poeta, destruyendo valiosos manuscritos y otros documentos del Premio Nobel de Literatura. La historia de la dictadura impuesta es de todos conocida. El gorilato encabezado por Pinochet fue una página negra para los chilenos. Pero el mundo sigue, y aunque los Nerudas no se dan en maceta, esperemos que ya anden aquí sus posibles sucesores.

* Presidente de Guerrero Cultural Siglo XXI.

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