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Desarma el Ejército a policías de Metlatónoc, informa el alcalde

 Hugo Pacheco León, corresponsal, Chilpancingo * El alcalde perredista de Metlatónoc, Saúl Rivera Mercenario, denunció ayer que efectivos del Ejército mexicano despojaron de cuatro armas a miembros de la Policía Preventiva Municipal cuando protegían a funcionarios federales y del ayuntamiento que salieron a pagar el Programa Oportunidades, bajo el argumento de que no portaban el oficio de Comisión, y no se las quieren regresar.

Explicó que el pasado miércoles 13 de agosto en el punto denominado Las Cruces entre los poblados de Huexuapa y Cocuilotlatzala unos 20 militares apostados en el camino detuvieron a una patrulla de la Policía Preventiva Municipal y les quitaron cuatro armas.

Agregó que los policías municipales acompañaban a funcionaros federales y del ayuntamiento entre los que iba el secretario general municipal, Francisco Ortega Vicente, quien les explicó que iban a entregar los recursos del Programa Oportunidades, pero que los militares no le hicieron caso y los desarmaron porque además les pidieron el oficio de comisión.

Ese mismo miércoles 13 por la tarde hasta Las Cruces se trasladó el síndico, Ernesto Flores Salazar, al campamento de los militares a pedirles las armas y les recriminó que hubieran desarmado a los policías municipales cuando resguardaban el dinero correspondiente a un programa federal que sería entregado a la población.

El síndico dijo que el subteniente Cándido Francisco Gálvez se negó a entregárselas aduciendo que ‘con amenazas no le doy nada’. Las armas recogidas son dos pistola calibre .380 mm marca Llama, una escopeta calibre 12 y una M-2 calibre 30.

El alcalde dijo que ya enviaron un escrito a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para que regrese las armas al ayuntamiento y denunciando la violación a la autonomía municipal.

En septiembre del 2001, militares irrumpieron disprando en la feria patronal de San Miguel en la cabecera municipal de Metlatónoc causando el pánico entre los habitantes, quienes repuestos del susto lograron encararlos y los desarmaron y encerraron desnudos en la cárcel municipal.

Sólo por la intervención de altos mandos militares y del gobierno estatal el pueblo entregó a los militares detenidos después de amonestarlos públicamente.

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