Ricardo Castillo Díaz

MAREA ALTA

  Un millonario en Miami

 Ya sabíamos que le gusta vestir bien. Que sus camisas de lino para uso diario. Que los sacos Gianni Versace para cuando va a reunirse con Roberto Madrazo. Que los pantalones Hugo Boss para visitar la zona rural de Acapulco. Que sus caríiiisimos zapatos Hermenegildo Zegna para ir a La Montaña, allá donde inventó un programa que se llama Nunca más una mujer descalza.

Y ahora confirmamos su fama por el gusto de exclusivos restaurantes categoría Expensive, es decir, para (muy) ricos.

Sabrá que no nos referimos al empresario Carlos Slim, quien sí hace lo suyito por apoyar a comunidades indígenas. Menos al multimillonario Bill Gates que prefiere sencillos suéteres en su guardarropa. Hablamos del gobernador del marginado estado de Guerrero, René Juárez Cisneros, a quien según dicen, apenas lo vieron llegar escandalosamente a The Forge Restaurant, allá donde los millonarios de América tienen sus yates, un lugar que dicen que se llama Miami Beach.

Lo leímos el pasado día 17 en el diario de circulación nacional  El Independiente, en una de las dos páginas que escribe en la edición dominical Yazmín Alessandrini. Cuenta ella un episodio de Juárez Cisneros, que ya no sabemos si es broma o será la puritita verdad. Dice que un amigo le comentó que el guerrerense llegó a Miami “hace unos días” al mega lujoso restaurante “pero con un séquito de guaruras y ayudantes, ¡como si lo conocieran!”.

Total que cuando el gobernador salió del lugar “de pronto arribó un flamante Mercedes (Benz) convertible” y que su dueño estuvo a punto ¡de darle las llaves a René Juárez! “cual vil valet parking”, dice la Alessandrini. Agrega que afortunadamente alguno de sus achichincles se interpuso “e impidió la bochornosa confusión”.

¿Y usted sí cree que lo escrito será broma?

Hacen negocio con una donación

“Ya ni la muelan en el DIF Acapulco”, dicen los enterados de lo que ocurre en esa oficina.

En la dependencia que preside María Eugenia Díaz de López Rosas no salen de unas cuando ya se sabe de otras. Resulta que a la esposa del presidente municipal la metieron en un broncón, ahora con la tienda Costco.

Hace una semana nos contaron que la empresa había donado unos 400 armazones de lentes made in USA, que corresponden a modelos del año pasado, y que de acuerdo con los cánones de la moda dejaron de ser para gente in. Y la tienda decidió que fueran para los pobres, antes que hacer otro tipo de negocio con ellos.

Dicen que entonces la gerente del lugar pensó en mandar los armazones al gobierno municipal que llegó por el PRD. Así lo hizo añadiendo a esa acción altruista la graduación gratuita para los beneficiarios.

Pero –quién se iba a imaginar– en el DIF hubo funcionarios que hicieron negocio con los lentes. Al menos eso es lo que se cuenta. La gerente se habría enterado de que los armazones eran ofrecidos a los pobres a cambio de unos cuantos billetes, cuando esa no era la idea. Lo peor es que dicen que en el DIF ya hasta estaban pensando en vender los lentes ¡a una que otra óptica del Centro!

Costco no tardó en recuperar su donación con el pretexto de que las oficinas centrales habían ordenado un inventario a la tienda. Y de ahí en adelante, los lentes regalados comenzaron a repartirse de manera individual en ese negocio, por allá por Punta Diamante, y en algunos casos fueron ofrecidos a casas de asistencia social.

Resaca

El ayuntamiento de Acapulco se prepara otro harakiri. El secretario de Finanzas, Fernando Aragón y el procurador de la Inversión Antonio Palazuelos, van a Alemania para ver lo de la empresa a la que se le concesionará la recolección de la basura. Que se sepa no irán los responsables de Servicios Públicos ni de Saneamiento. El mensaje que se manda es que deben ir los primeros porque van a concretar un negocio. Lo técnico, quizá, sea lo de menos. Falta ver lo que dicen los rebeldes regidores.

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