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A empujones expulsa Dalia Serna a disidentes del mercado La Dalia

 * Acusan los líderes a los opositores de cualquier enfrentamiento en el lugar

 Aurelio Peláez * La asamblea de comerciantes de La Dalia convocada por los líderes tradicionales del mercado, Dalia Serna y Daniel Guerrero Cortez, derivó en la expulsión a empujones de los disidentes del lugar en que se realizaba, a quienes los dirigentes priístas acusaron de haberse aliado al presidente municipal Alberto López Rosas, y al síndico Marcial Rodríguez Saldaña.

Aunque con los disidentes había prácticamente el mismo número de integrantes que con el grupo de Dalia Serna, estos se retiraron de la asamblea por la permanencia en el estacionamiento del mercado del líder de comerciantes Antonio Valdés Andrade, acompañado de una veintena de presuntos golpeadores, quienes habrían ido en apoyo a la lideresa priísta.

–La gente de Toño Valdés está agarrando botellas –alertaron comerciantes disidentes, y salieron del pequeño patio en donde Daniel Guerrero Luján pretendía tratar como primer punto de la orden del día la delación de comerciantes que se habían acercado a López Rosas y el síndico Marcial Rodríguez. Carlos Garduño, dirigente de los disidentes, denunciaba que en la asamblea había gente ajena a los locatarios, entre ellos la lideresa de las calles de Mina, Magda Adame, lo que motivó el primer enfrentamiento verbal en la reunión. Mentadas y acusaciones de Magda de drogadicto a uno de los disidentes, fue el saldo de la primera escaramuza.

El encuentro se citó para que Daniel Guerrero y Dalia Serna informaran de los avances del programa de recompra de los locales de la Dalia. El mercado de artesanías se fundó hace once años, luego de que fue invadido por Guerrero, Dalia Serna y Magda Adame. El predio que ocupaba dos manzanas, ubicado en la avenida Costera, era propiedad de la empresa Liverpool, y fue adquirido por el gobierno de José Francisco Ruiz Massieu para traspasarlo y venderlo a los comerciantes.

Once años sin pagar

En un principio el lugar tenía 550 locales, de los cuales una tercera parte se encuentran cerrados, y el padrón de locatarios se ha reducido a unos cien, entre ellas Dalia Serna, que según los disidentes, tiene 35 locales, y Daniel Guerrero, unos diez.

En 1992, los adquirientes hicieron un primer pago por cada local de 6 mil pesos (seis millones en aquel entonces), y un año después dejaron de pagar el costo total de cada puesto, que era de entre 21 mil y 30 mil pesos. Esto, al desaparecer el banco con el cual se formó el fideicomiso, el Banco Nacional del Comercio Interior (BNCI).

Así, durante once años no realizaron ningún pago, aunque tuvieron que pagar cuotas por servicio de vigilancia, basura y cooperaciones al líder Daniel Guerrero, quien a su vez se hizo administrador del mercado y promovió ventas y traspasos de locales, habiendo ya ahí gimnasios, oficinas de sindicatos y hasta despachos y consultorios.

A principios de este año los líderes Dalia Serna y Daniel Guerrero se reunieron con el gobernador René Juárez –dado que el propietario del mercado ante el incumplimiento de pago es la Secretaría de Desarrollo Económico– y acordaron reiniciar los pagos, comprometiéndose el gobierno estatal a no cobrarles intereses y a respetarles el precio original, aunque en miles y no en millones de pesos.

Se dio un plazo de seis meses que se cumpliría este mes, pero no todos los comerciantes aceptaron, sobre todo los inconformes con sus líderes tradicionales.

Los disidentes

Carlos Garduño afirma que en La Dalia “estamos cansados porque la señora Dalia Serna junto con Daniel Guerrero nos siguen explotando. Llevan once años explotándonos”, y recordó que en 1993 dieron un primer enganche al BNCI que ahora perdieron, además de que con los funcionarios con los que se reactiva el pago es con los mismos de ese año, entre ellos Juan Salgado Tenorio, quien era secretario de Desarrollo Económico municipal, y estuvo al frente del proyecto, como ahora lo está por el gobierno del estado, además de un funcionario de Banorte –la institución en que ahora depositarían sus pagos– de apellido Galaviz.

Locatarios disidentes entrevistados luego de salir de la reunión convocada por Daniel Guerrero, informaron que toda la información que conocen de este programa de reactivación de pagos la conocen solo de “boca” de este líder y Dalia Serna, y que el mismo Guerrero les dice ahora que “la regamos, ese dinero se perdió, pero el gobernador nos lo va a tomar en cuenta”. Contó que de Banorte sólo reciben una ficha de depósito, sin la razón del pago del mismo, y por ello la desconfianza en el programa.

Se señaló que Daniel Guerrero, quien tiene unos puestos donde “nunca vende”, cuenta con un auto Jetta cuarta generación y dos autos más; enviar a sus hijos a escuelas privadas, tener tres casas, cobrar por un anuncio panorámico y rentar el estacionamiento, se lo permite el producto de las ganancias de su liderazgo.

Reiteraron estar dispuestos a pagar sus locales, “pero que esto se haga con transparencia”.

Los disidentes “no quieren pagar”

Daniel Guerrero Cortez defendió el programa de recompra de sus locales y dijo que este estaba avalado por el gobierno del estado. Negó que los pagos estén yendo a una cuenta suya o de Dalia Serna y afirmó que estos van a la Secretaría de Desarrollo Económico a través de Banorte.

Informó que el programa estatal es coordinado por el representante de la secretaría de Desarrollo Económico, Luis H. Luz Quiñónez, y que hay opciones de crédito para quienes no puedan concluir la compra de sus locales en agosto.

Acusó que los disidentes “son gente que no quiere pagar”, y sostuvo que han promovido la división en La Dalia. Luego, dio el nombre de una docena de locatarios que se han acercado al presidente municipal, a quienes acusó “de cualquier enfrentamiento que se dé en La Dalia”, entre ellos Pablo González, Erika Olivar, José Wong, Socorro Reyes y Armando Barrios, nombres al parecer tomados de delaciones, porque este último negó estar con los disidentes, aunque Dalia Serna lo acusó: “Te vieron”.

La asamblea

Durante la asamblea, Carlos Garduño y Pablo González exigieron que en la misma estuvieran locatarios, ante la insistencia de Daniel Guerrero de leer los nombres de a quienes sin decirlo daba por traidores. Fue encarado de lejos por Dalia Serna, quien le recriminaba, “no los conocen”, cuando señalaban a alguien.

Luego, pidieron que se elaborara una lista de locatarios, y empezaron más intercambio de acusaciones, al frente Magda Adame, quien dijo que “si no fuera por mi no estuvieran aquí”, y recordó haber estado al frente de la invasión del predio, doce años antes. “Fuera, fuera”, le gritaban, encarando ésta de frente a quienes la acusaban, presentándose empujones entre quienes los separaban.

Guerrero para entonces, reiteraba sus acusaciones de que el grupo de disidentes pretendía dividir a los integrantes del mercado, al atender la oferta del síndico Marcial Rodríguez de que les daría gratis los locales. “Aquí el único que divide eres tú”, le contestaba Garduño. Guerrero insistía en la presunta intromisión del alcalde y en su pretensión de leer la lista de traidores.

Después, al parecer una familiar de Daniel Guerrero, se lanzó a manotazos contra una disidente, saliendo del pequeño patio de reunión el primer grupo. El otro, salió cuando se dijo que el grupo de Antonio Valdés empezaba a rodearlos.

A la salida del grupo, Dalia Serna y Daniel Guerrero armaron su propia lista de asistencia, y después recibieron a Luis H. Luz Quiñónes, el funcionario estatal, quien afirmó que el gobierno del estado sí avalaba el proyecto, que la cuenta en Banorte era oficial, y que el ayuntamiento porteño no tenía nada que ver en la propiedad del mercado. Informó que en tres semanas, el gobernador René Juárez entregaría las primeras escrituras a los locatarios. De su presencia en el lugar, explicó que “me invitaron a una reunión informativa”, y se reunió luego con el grupo de Dalia Serna y Daniel Guerrero.

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