Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Vicente Guerrero, ¿obsoleto?

Estupenda pieza de oratoria nos obsequió mi amigo, el diputado federal Raúl González Villalva, al ser uno de los oradores oficiales en la conmemoración del natalicio de Vicente Guerrero en la ciudad de Tixtla, el pasado sábado 9 de agosto.

Reconforta ver como algunos priístas sacan la casta y empiezan a desempolvar uno de los cimientos fundamentales de su ideología política como lo es el nacionalismo revolucionario.

Principalmente Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, fueron los presidentes de la República que trataron de sepultar y olvidar el nacionalismo revolucionario, porque se oponía tajantemente a la aplicación de la doctrina neoliberal que impusieron en México. Al PRI y a sus militantes los doblegaron y en ese entonces descalificaban, tachándonos de locos o desactualizados, a aquellos que nos atrevíamos a enarbolar dicha tesis revolucionaria. Hoy, perdido el poder federal, es bueno que empiecen a voltear los ojos a las raíces políticas que les dieron origen, vigencia y trascendencia, que en mala hora extraviaron por interés o conveniencia de poder.

Nuestro orador oficial, de Vicente Guerrero destacó que su lucha por la independencia nacional, prácticamente la hizo en la adversidad. Las acciones y dicciones en circunstancias desfavorables siempre revisten a los hombres que las sobreponen, de un valor y aura especial; a diferencia de aquellos que realizan su cometido histórico sin conocer el infortunio. No es lo mismo el temple requerido para sostener la llama de la lucha montado en la ola del flujo revolucionario que sostenerla en la hora del reflujo y del marasmo guerrillero. Incólume e indeclinable supo estar Vicente Guerrero, cuando todos los demás claudicaban, desfallecían o se retiraban.

Se quedó solo con su alma y no por eso se arredó o amilanó para enfrentar con la sola compañía de sus principios e ideales las circunstancias desfavorables que lo rodeaban. Fuerte y grave lección para los oportunistas políticos de todos los tiempos.

Refiriéndose al momento presente por el que atraviesa la patria y tomando como referencia la conducta de nuestro prócer de la independencia, Raúl González Villalva dijo en su discurso: “No es con engaños, con verdades a medias, ni con infundados entusiasmos como podemos hacer renacer la fe en nuestras capacidades y posibilidades. En nuestro entorno mundial prevalece la incertidumbre. Pusimos nuestras esperanzas en economías ajenas, hicimos las reformas que más convenían a los grandes capitales mundiales, nos abrimos plenamente a los mercados creyendo que ese era el camino hacia el bienestar de los mexicanos. Los resultados de las políticas neoliberales han sido poner en manos extranjeras a la casi totalidad de la banca, la venta de muchas empresas públicas y privadas, estar casi obligados a abrir Pemex y la CFE a manos de los capitales privados extranjeros y también a que en nuestros mercados tiendan a desaparecer los productos nacionales para ser sustituidos por los importados de tierras lejanas. La sociedad por su parte ha visto caer sus niveles de vida y el desempleo es una dolorosa realidad que afecta el bienestar y la estima de las personas”.

Son frases que las comparto en su totalidad y no tienen desperdicio alguno; como esta otra: “En algo hemos fallado y ese algo es que hemos visto más hacia fuera que hacia nosotros mismos. Hemos confiado más en las fuerzas externas, que en las capacidades propias y eso ha provocado desconfianza, desánimo y desesperanza”.

Como siempre, la falta de memoria histórica, cuando prevalece, nos hace cometer errores garrafales. Y eso no se vale cuando, como dice el diputado federal por el Distrito de Chilapa, “tenemos referentes históricos que orientan nuestro rumbo… sólo cerrando los ojos podemos equivocarnos, sólo no queriendo ver lo que hemos sido podemos perder el camino de lo que queremos ser. Cuando parece ensombrecerse el futuro de la patria hay que volver la vista a nuestros grandes hombres y mujeres, a los que con el sacrificio de su vida construyeron la patria, pero no es suficiente traer a la memoria los hechos y los datos, como si fueran fríos vestigios de un museo olvidado de la historia, que año con año desempolvamos para lavar nuestras conciencias. La presencia de Vicente Guerrero está viva si hacemos con nuestros actos diarios sólidos soportes de la nación… valorar si hemos puesto a la patria por delante, si nuestras aspiraciones se subordinan a lo que aspiramos como nación, si estamos aportando algo, que seguramente dista mucho de ser la sangre que dieron nuestros héroes, como constancia de su sacrificio”.

En estos tiempos, el que escribe se pregunta: ¿quiénes de nuestros dirigentes políticos, sociales o económicos realmente están dispuestos a dar su sangre y vida por la patria? ¿Verdaderamente la patria es primero, en todas las proclamas y actos de nuestros gobernantes, políticos, empresarios, líderes y ciudadanos en general? Más aun: ¿saben lo que es y representa La Patria? Me temo que no.

PD. La única y válida satisfacción de la experiencia vivida como servidor público es la certeza de haber servido en algo a nuestro pueblo y a nuestra patria.

468 ad