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“En Guerrero los idiotas gobiernan porque otros idiotas los eligen y ha llegado el momento de dejar de serlo”

“El ciudadano preferido de las autoridades es el que no se mete en la cosa pública, en la política”, dice la politóloga Denise Dresser. Si no hay crecimiento económico el PRI se desesperará y buscará comprar la siguiente elección presidencial, advierte

 

Daniel Velazquez

La politóloga Denise Dresser planteó que las reformas de telecomunicaciones, fiscal y energética se deben medir en función de cómo impactan en la vida de los ciudadanos.
También llamó a los empresarios a pelear por los derechos de todos los ciudadanos y no guardar silencio ni bajar la mirada ante actos de corrupción de las autoridades en espera de recibir una dádiva o el favor del gobernante en turno.
Recordó que en su libro El país de uno, citó a Fernando Savater, quien señala que “el ciudadano preferido de las autoridades es el idiota, el que declara con fatuidad que no se mete en la cosa pública, en la política, porque su participación no tendría por qué cambiar las cosas, señoras y señores en Guerrero los idiotas gobiernan porque otros idiotas los eligen y ha llegado el momento de dejar de serlo, y eso implica reconocer la coparticipación o la complicidad de muchos guerrerenses en este estado de las cosas, porque si la ciudadanía no se beneficiara de la corrupción no la solaparía”.
Denise Dresser participó como conferencista de la Agenda Empresarial Acapulco, con el tema México: 2012-2018 Perspectivas Políticas y Económicas, en el que expuso sus opiniones sobre la reforma fiscal, energética y de telecomunicaciones.
En la ronda de preguntas y respuestas, la expositora dijo que las reformas aprobadas serán buenas cuando mejoren la vida de los ciudadanos y los contribuyentes de este país.
“El mover realmente a México no se haya sólo en reformas legislativas o en presidentes mediáticos, entraña el desmantelamiento de lo que todavía queda de nuestro sistema autoritario, que es mucho, y el surgimiento de nuevos códigos de conducta ciudadana, un frente unido para impedir el regreso de algunos de los peores vicios del pasado bajo el nuevo PRI y los partidos que lo imitan”, dijo.
Dresser expuso que la apuesta de Peña Nieto es que la inversión privada en Pemex pueda dinamizar otros sectores de la producción, que generen un crecimiento económico, pero si eso no ocurre el priismo se desesperará y buscará comprar la siguiente elección presidencial.
Uno de los asistentes le preguntó si hay riesgo de que nuevamente al terminar el sexenio de Peña Nieto México se produzca una crisis, y dijo que eso es parte de la historia del PRI en el gobierno hasta 1994, y que se debe estar alerta en el manejo de las finanzas públicas, en el uso politizado del dinero público y la ampliación de un déficit fiscal para comprar elecciones, porque eso provocaría una crisis.
De la reforma fiscal dijo que se trata de “un parche, una curita que no resuelve el problema sustantivo sino que intentó resolverlo temporalmente”, porque no tapa los huecos de la corrupción ni termina con su dependencia del petróleo y amplía el gasto público por encima de la recaudación “sin controles, sin supervisión y sin rendición de cuentas”.
“El gasto público con Peña Nieto va a llegar a niveles históricos y no sabemos si va a ir a la construcción de carreteras, hospitales o escuelas o le va a financiar el siguiente Rolex a Romero Deschamps”, el senador y líder del sindicato petrolero.
De la reforma de telecomunicaciones, la politóloga dijo que se claudicó en la posibilidad de acabar con los monopolios antidemocráticos, porque inhibe la competencia en la televisión y regula de manera asimétrica a Telmex pero no a las televisoras.
De la reforma energética, Dresser opinó que el riesgo con la llegada de la inversión privada en el sector es que sucederá lo mismo que ocurrió cuando se privatizó Telmex o los bancos, y se van a crear monopolios sin la regulación adecuada, será “capitalismo de cuates, en este caso los cuates de Peña Nieto”.
Planteó que la reforma enérgica no propone cómo desarrollar al país con la riqueza que produce el petróleo, sino sólo se trata de transferirlo a empresas privadas.
“El problema yace en lo que no se incluyó: la necesidad de competencia, la necesidad de una regulación fuerte, la protección a los consumidores, el imperativo del interés público, medidas que países como Inglaterra, Nueva Zelanda, Noruega, tomaron en cuenta cuando abrieron sus sectores energéticos”, dijo.
“En México el proceso reformista desde hace 20 años fracasa continuamente porque las reformas son aprobadas por intereses atrincherados que logran guiar a la política pública de una manera que los beneficie en lugar de beneficiar los intereses públicos de los ciudadanos y contribuyentes de este país”, agregó.
Planteó la creación de un frente de “ciudadanos dispuestos a luchar por derechos y no ciudadanos con la mano abierta en espera de la próxima dadiva del próximo gobernante, el cheque, el contrato, la camiseta, la licuadora, el vale, la concesión”.
En la ronda de preguntas y respuestas mencionó algunos de los ejes en los que deberían trabajar las autoridades en el estado, como la educación, el crecimiento económico, la promoción del turismo y la seguridad, “es escandaloso que Acapulco sea declarada la segunda ciudad más violenta del mundo,  ¿qué pasó?, pues que alguien cerró los ojos, se lavó las manos o firmó un pacto con alguien de cederle la plaza y la ciudadanía ¿qué hizo?, ¿qué han hecho ustedes en los últimos diez años en términos de denunciar, exigir, participar, en lugar de simplemente quedarse callados o vivir con la mano extendida o aceptar este estado de las cosas o votar por un partido que no rinde cuentas?”
Planteó que se deben usar las nuevas tecnologías para denunciar los errores, excesos y abusos de las autoridades para que el costo político que paguen por ello sea más alto.
Una estudiante de ciencias políticas le pidió un consejo para los jóvenes, y Dresser le dijo que dejen la genuflexión hacia el gobierno, que sean irreverentes ante el poder y cuestionen sus decisiones, decirles lo que no quieren oír y generar inconformidad para darles pequeños shocks, para generar que el país cambie milímetro a milímetro.
Sobre la paridad de género, Denisse Dresser dijo que la mejor paridad de género es el estudio y recomendó a las mujeres hacer un doctorado en cualquier disciplina porque eso nivela el terreno de juego en un país donde no está nivelado.
Recordó que en un debate con el senador priista David Penchyna, el político se refería a ella como “señora”, lo que consideró como una estrategia para desacreditar sus argumentos como politóloga, porque la expresión “señora” atañe a temas de hogar, “lo paré en seco y le dije ‘señora no, maestra’; pude haber dicho doctora, pero me pareció mamón, ¿qué pasa cuando junto a tu nombre aparece no esa señorita, señora, sino licenciada o doctora?, pues que con eso tienes legitimidad a lo que debiste tener derecho desde el momento de nacer, el derecho a la equidad, quieren paridad de género, edúquense”.
Un asistente le preguntó su opinión sobre el hecho de que Guerrero se ubique en el penúltimo lugar en la lista de los estados menos corruptos de las 32 entidades del país, y Denisse Dresser dijo que ese problema es tan fuerte en el país y en el estado porque los gobernantes pueden hacerlo, “el poder empuja hasta donde encuentra resistencia y en Guerrero no está encontrando resistencia”.

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