Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Transparencia, urbanidad y cortesía, antes que sombra

 A principios de año, en una reunión que tuvimos en las oficinas centrales de la Comisión Federal de Electricidad en el Distrito Federal, para seguir analizando los agravios sociales acumulados, que se ocasionaron por años, en las poblaciones de la región de Petacalco, con la construcción y operación de la termoeléctrica Plutarco Elías Calles, le pregunté a la gerente de desarrollo social de dicha Institución, si la CFE tenía algún plan sobre la construcción de la presa de La Parota en Guerrero. Su respuesta fue una tajante negativa y agregó que cuando hubiera algún proyecto en ciernes sobre La Parota lo harían saber al gobierno del estado inmediatamente.

En mi portafolio llevaba los periódicos locales de Guerrero, de un día antes, en donde daban cuenta de las intenciones de construir la presa por declaraciones realizadas en Acapulco por el ingeniero Carlos Pérez Aguirre, servidor público de la CFE. Así se las gastan los servidores públicos de la CFE.

A la fecha, que yo sepa, no ha habido ninguna solicitud de audiencia o de reunión de trabajo por parte de la CFE para exponerle formalmente al gobernador del estado el proyecto de La Parota. Ya no tanto para buscar su colaboración, sino mínimamente por razones de urbanidad y cortesía debieron haberlo hecho con antelación para con la principal autoridad gubernamental en Guerrero. La CFE sigue siendo soberbia, prepotente e irredenta en su forma de actuar y trabajar.

Tanto Pemex como la CFE y en menor medida la Comisión Nacional del Agua, han sido organismos federales que durante muchos años han construido y operado sus obras sin tomar en cuenta las poblaciones, el hábitat y los gobiernos locales, estatales y municipales, de los lugares donde las han establecido. Con el razonamiento de que producen bienes y servicios estratégicos para el país, han considerado siempre tener patente de corzo para atropellar, impunemente, a cuanto o a quienes se interpongan en su misión patriótica.

De ninguna manera estamos en contra del proyecto en el gobierno estatal, ni mucho menos nos mostramos indiferentes, pero de ninguna manera el gobernador del estado se prestará por motu propio a un ninguneo ahí donde no nos llaman. Claro está que a la CFE se le comienza a hacer bolas el engrudo por actuar bajo el síndrome del llanero solitario y no tardará en acudir por ayuda del gobierno estatal, como siempre lo ha hecho.

Estoy de acuerdo con el presidente municipal de Acapulco cuando afirma que la obra, en principio, es benéfica para todos, siempre y cuando no se avasallen a los pueblos, los hogares y tierras, es decir, el presente y el futuro, de quienes se verán afectados por la ampliación del vaso, por la obra, en su total construcción y operación. Es precisamente en este punto en donde la CFE no tiene experiencia, ni vocación.

Mucha paciencia, prudencia, diálogo y exposición de beneficios son los ingredientes para el convencimiento y aceptación social por parte de la mayoría de los afectados, acompañados de acciones donde se muestre la buena fe y transparencia de intenciones y acciones. No escatimar ni regatear el costo de lo que se va a afectar ni el pago expedito y oportuno de lo que proceda, así como también otorgarles opciones de vida productiva para el futuro a las familias objeto de desplazamiento. Esas son cuestiones que deben quedar resueltas a priori y no a posteriori. Los tiempos actuales no son los de antaño en los arreglos de las instituciones gubernamentales con los pueblos. Ignorancia crasa es no tenerlo presente.

Procedimiento malo y erróneo sería acudir al expediente de corromper y dividir a los afectados. No dará resultado y se producirán heridas y confrontaciones sociales difíciles de subsanar en el futuro. No hay que recorrer una senda que ya ha mostrado, recurrentemente, su ineficacia en otras partes de la República.

Por lo que respecta al proyecto de ampliación de la termoeléctrica de Petacalco pasa lo mismo. La CFE no ha informada nada al gobierno estatal sobre ese asunto, más sin embargo, los lucradores sociales de la zona tienen ya en sus manos los planos de detalle de la ampliación. ¡Uff!

PD.–El combate a la pobreza recibe una cantidad equivalente al 22% de lo que se destina al rescate bancario. Este es un caso real en donde los ricos en México recibieron más recursos públicos para conservar su riqueza que los pobres para salir de ella.

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