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La esposa de judicial asesinado denuncia ante la Codehum al director de la PJE

   * Me exige que devuelva unas armas que yo no tengo, reclama la viuda del comandante Reynaldo Lozano Cruz asesinado el pasado 25 de abril en el bulevar José López Portillo

 Jorge Nava * Delia Jaramillo Morales, viuda del comandante Reynaldo Lozano Cruz asesinado el pasado 25 de abril en el bulevar José López Portillo, acudió a la Coordinación Regional de la Codehum donde presentó una queja contra el director de la PJE, Ricardo Leonel Coronel, y el comandante del sector Renacimiento Humberto Velázquez Delgado porque el 30 de este mes el judicial se presentó en su domicilio cortando cartucho para exigirle que le entregara dos armas que según su esposo tenía en resguardo.

La queja presentada en la Coordinación Regional de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos del estado de Guerrero (Codehum) la mañana de ayer, quedó asentada con el número CRA/Codehum/222/03-3. En ella Jaramillo Morales se queja por ejercicio indebido de la función pública al director de la Policía Judicial del Estado (PJE) Ricardo Leonel Coronel y por allanamiento de morada, amenazas y extorsión del comandante de esa corporación adscrita a Renacimiento, Humberto Velázquez Delgado.

Al ser entrevistada antes de presentar la queja, la viuda relató que el 30 de este mes, a las 20 horas llegó el comandante Velázquez Delgado, “bien prepotente, con cuatro agentes más, cortando cartucho, allí en mí casa, en mi recibidor, diciéndome y mostrándome un oficio, entregándomelo, donde dice que yo tengo unas armas que mi esposo las tenía de cargo. Cosa que es mentira (pues) el día 25, cuando a mi esposo lo matan en Renacimiento, sobre el bulevar José López Portillo, el Semefo no lo levantaba todavía cuando el director me manda las cosas a mí casa y yo llego a la comandancia y me saca a empujones, diciéndome que me largara de ahí, que no hacía nada de falta”.

Exigió que le muestren documentos donde se señale el resguardo de dichas armas porque consideró que es una mentira.

Subrayó que Velázquez Delgado le dio 48 horas para entregar las armas o de lo contrario le levantará una averiguación en el Ministerio Público del Fuero Común (MP) de Renacimiento, donde la acusará de que se robó las armas.

Insistió que en su domicilio, el judicial la estuvo amenazando con que “me iba a cargar la chingada, con palabras muy fuertes, y los agentes cortaron cartucho, que sí no se las entregaba, qué cómo chingado no tenía 20 mil pesos en mí casa, que le diera 20 mil, porque 12 mil cuesta el arma larga y el arma chica 5 mil; yo creo que lo demás era para ellos”.

Con ese antecedente consideró que es algo “personal del director hacía mí, ya que a mi esposo lo mataron el día 25; a mí se me hace muy sospechoso que el día 16 de abril, mi esposo llega a la oficina del director, nos cita para las 10 de la mañana y se digna a recibirnos hasta las 14 horas, con groserías nos pasan” y nos dice groserías: “ahora sí Reynaldo te llevó la verga, sabes qué, no me das el kilo, tú no me das dinero; lo que yo quiero es dinero, es más, yo tengo mis propios comandantes que puedo exigirles”.

Agregó que la discusión empezó a subir de tono y que la sacó a empujones diciéndole:  “sáquese pinche vieja, usted no tiene nada qué hacer aquí” a lo que ella contestó , “cómo no, cómo no, pues sí yo sé todo lo bien y lo mal, porque ese día a mí esposo le esperaba una sorpresa muy fea, ya que él lo mandó a la comandancia de Huitzuco”.

Recordó que después, Leonel Coronel volvió a reinstalar a su esposo en Renacimiento, pero con la con la condición de que “te vas mochar bien conmigo”, por eso la viuda expresó que se le hace muy sospechoso y raro, que el día que a su esposo lo matan fue después de “discutir” con Leonel Coronel el 16 de abril y lo matan el 25, a los nueve días.

“Mi esposo con nadie peleó, con nadie tenía problemas, la prueba está, cuánta gente se reunió hasta el momento que él fue retirado al panteón”.

“Yo quiero decirle gobernador, por qué el director (Leonel Coronel) dice y se jacta diciendo que usted es su gran amigo y que usted sabe por qué lo tiene en ese puesto; su esposa de usted y su esposa de él, son primas hermanas, por eso él puede hacer y deshacer a la hora que él quiera, yo sé qué ya tengo mi cruz, y ahorita ya ando peligrando, pues ya me amenazó directamente a mí el comandante Velázquez Delgado; yo ya le dije a mi familia, y allí está un oficio, que si algo me pasa a mi familia o a mí, porque estoy hablando demasiado, yo sé de otras cosas fuertes que ha dicho Velázquez Delgado de mi esposo”.

Argumentó que ella no quería decir nada porque no le devolverían a su esposo, pese a que aseguró que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), al cual pertenece, le rogó para que se manifestaran o se le plantara al gobernador allá. Justificó que no lo hizo porque “ya no quería nada porque a mí esposo me lo mataron”.

Sostuvo que su esposo portaba un arma calibre .45 con cachas de oro de su propiedad por lo que aseguró que no portó nunca un arma de la Procuraduría.

Detalló que presentó una denuncia en la Procuraduría contra Leonel Coronel y Velázquez Delgado, de la cual, dijo, que le darán copias el miércoles próximo.

Abundó que primero se entrevistó con el subprocurador Antonio Nogueda Carbajal, quien después la mandó a la Dirección de Averiguaciones Previas, donde fue atendida por la trabajadora Natividad Juárez.

Además, entregó a los reporteros una copia del oficio PGJE/DGPJ/2883/2003, de fecha 29 de julio, donde se lee que Leonel Coronel le da instrucciones a Velázquez Delgado para que le requiera una pistola marca Prieto Beretta, calibre 9 milímetros, modelo 92FS, matrícula HO27S7Z y una Carabina, marca Colt, calibre 9 milímetros, matrícula TA13277.

Dijo que ese oficio fue con el que llegó el comandante Velázquez Delgado, “hasta me ratificó: no se haga pendeja, dígale a todos donde usted vaya, quien la apadrine, que soy Humberto Velázquez Delgado, El Guacho, con esas palabras”. Recordó que cuando sucedió eso se encontraba con ella su hija Alma Delia Lozano Jaramillo, “ahí nos quedamos, nos espantó, nos quería intimidar, pero reaccioné, cómo es posible que en mí propia casa este individuo se mete a hacerme un escándalo”.

Añadió que cuatro agentes que acompañaron al comandante se quedaron enfrente de su domicilio “pero el comandante con muchos pantalones entró hasta dentro de mí casa. Me agarra, y me dice, dónde va profesora, te llegó…”.

Del caso de su esposo contó que los agentes José María Botello y otro que apodan La Mocha, quienes estaban bajo las órdenes de su esposo, fueron citados por el director el 31de este mes para “amenazarlos” que los va a dar de baja si no la denuncian.

Afirmó que hasta su domicilio la vigilan judiciales para observar qué tiene y cómo vive.

La desaparición de una bolsa negra, el problema de fondo, dice

Luego reveló que el problema de fondo de este problema sería la desaparición de una bolsa color negro que su esposo días antes de su homicidio le decomisó a un detenido que remitió al penal.

Sin dar mayores datos dijo que en la comandancia de Renacimiento el agente de la PJE en activo, Guillermo García sabía “de un paquete que mi esposo (le quitó) a un delincuente del penal”, pero el comandante Vel´zquez Delgado a pesar de que sabe que él conoce de esa situación, lo protege.

Le pidió al gobernador las investigaciones de los hechos. Afirmó que envió un desplegado al presidente de la República donde señala que la van a matar.

Pidió al mandatario que le “explique, me diga, me llame, qué delito cometió mi esposo, ya que él sirvió al estado durante 44 años, fue jefe de la escolta de Cervantes Delgado, mucho tiempo, perteneció a la AFI en 1980; por qué hasta hoy con Ricardo Leonel, matan a mí esposo”.

Expuso que ese día del homicidio llegó al lugar de dónde tomó cosas personales de su esposo. Enumeró que fue una tabla que le quitó el MP y recientemente le entregó, y subrayó que ratificó en la denuncia que se llevó cosas pero que no sacó la bolsa negra que ellos buscaban ni la pistola .45.

Dijo que otras cosas fueron alhajas, celulares y un teléfono que el comandante le daba a los agentes.

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