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Despiden en Palo Blanco al empresario asesinado; fue uno de los que trajeron a la UPOEG, declaran

*Asegura el ex comisario Jhony Hernández López que la muerte de su hermano Wilbert no fue por un asunto de cobro de piso, sino una acción directa contra la Policía Ciudadana

El féretro con el cuerpo de Wilbert Hernández López fue llevado hasta la Comisaría Municipal de Palo Blanco, en donde se le despidió a la usanza del pueblo, arrojándole agua bendita, pétalos de flor de crisantemo y confeti.
A Wilbert Hernández López, comerciante de 31 años y padre de dos niñas, una de 7 años y una bebe de seis meses, un comando de sicarios lo mató a balazos la mañana del sábado en una purificadora de agua que era de su propiedad.
Wilbert, junto con su hermano, el ex comisario Jhony Hernández López, participaron –a principios de este año– en el movimiento civil mediante el cual el Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadano (SSJC) de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) tomó en sus manos la seguridad de Palo Blanco.
El levantamiento de los ciudadanos de Palo Blanco, así como el de los de Mazatlán, el valle de El Ocotito, entre otros, se debió a la incapacidad de las autoridades para garantizar la seguridad.
A Wilbert Hernández López se le despidió como a un personaje representativo, como a alguien que “entregó la vida” por sus conciudadanos, dijo en su momento su hermano Jhony.
“¡Tú familia no va a quedar desamparada!” gritó Jhony Hernández a su hermano, Wilbert cuyos restos yacían en un ataúd de madera que fue llevado hasta la base de la Policía Ciudadana.
Los lugareños se refieren al SSJC como policía comunitaria, ellos poca atención le prestan a las diferencias que pudiera haber entre la UPOEG y la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).
“Vamos a luchar hasta el final para que el mal gobierno se retire y con ellos se retiren los malos. Gracias hermano, que Dios te reciba en su santa gloria”, mencionó el ex comisario y rompió en llanto junto con su viuda y la gente del pueblo.
El pueblo de Palo Blanco estaba consternado por el asesinato de Wilbert Hernández López, los sicarios habrían comenzado con esto a cumplir con su promesa de matar a quienes defendieran su territorio.
Jhony Hernández, comandante de la Policía Ciudadana de la UPOEG, ofreció una breve entrevista en su casa.
Dejó a un lado por un momento el chaleco antibalas color azul marino y dijo que el asesinato de su hermano fue una acción directa en contra de la Policía Ciudadana y que los sicarios iban por él, y al no encontrarlo arremetieron contra Wilbert, quien esa mañana atendía la purificadora de agua.
Jhony Hernández aceptó que es un hecho lamentable para la comunidad, pero “lo es más para el movimiento, porque nosotros somos parte de ello y nosotros quiérase o no fuimos los responsables de traer acá a la UPOEG, nos aventamos un paquete demasiado grande del cual no nos rajamos, sabíamos que algo como esto tarde o temprano tenía que pasar”
A pregunta expresa indicó que su hermano no había recibido antes ningún tipo amenaza, “las amenazas las recibía yo antes, cuando recién entró la Policía Ciudadana, desde que entramos él (Wilbert) siempre fue mi brazo derecho, siempre anduvo conmigo, siempre fue policía de los mejores en Palo Blanco. Gracias a él y a otros más logramos limpiar acá”, puntualizó.
El 11 de febrero el ex comisario recibió de una amenaza de muerte mediante una carta anónima, un día después de que la Policía Ciudadana localizó un narco laboratorio para el procesamiento de goma de opio.
–El sábado por la noche se había manejado que el asesinato de su hermano, había sido por el asunto del cobro de las cuotas, pero hoy usted nos plantea otra realidad
–No, es un ataque al sistema, de hecho desde antes ya nos habían dicho que nos iban a atacar, sobre todo en la frontera de Mazatlán y Palo Blanco, y lo cumplieron y lo están cumpliendo –precisó Jhony Hernández.
Abundó en que “yo creo que el ataque era para mí, así lo veo, pero cuando diosito no quiere, no se hace, no va a pasar nada y él no cumple antojos de locos. Y como no me encontraron se desquitaron con él”.
Al integrante de la UPOEG se le preguntó si no hay temor de que los sicarios regresen y ataquen a los miembros del SSJC, o a la sociedad civil de Palo Blanco.
“Yo creo que se espera eso y más, si no se pone un alto, porque esa gente se está reorganizando, ellos se dedican a delinquir y nada más se andan fijando en dónde van a chingar, y la gente que les estorba tratan de quitarla”, dijo.
A Wilbert se le hizo una misma de cuerpo presente en la capilla del pueblo, ahí su hermana Yuridia Hernández definió a su hermano como un hombre con errores y virtudes como todos los de la tierra, pero que fue: “un ser humano que se unió a un movimiento social el cual fue la Policía Comunitaria”.
“Se enlistó en este movimiento con la añoranza de ver a su pueblo libre, libre de caminar por las calles, libre para ejercer el comercio, libre de ganarse la vida de forma honesta. Mi hermano luchó hasta el final, sin temor a la muerte”, abundó.

Donde está María Campos

María Campos Vega, hermana de Hermenegildo El Melo, Marco Antonio El Chaparro, y Nicolás El Nico Campos Vega, a quienes se identifica como los líderes de una célula delincuencial del cártel de Los Rojos se encuentra detenida desde el sábado en la Base de Operaciones del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadano (SSJC) de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) en la comunidad de Buena Vista de la Salud.
Desde el sábado, la Policía Ciudadana reforzó su presencia en ese lugar ante la posibilidad de que la delincuencia organizada tratara rescatar a los detenidos.
María Campos fue detenida por policías ciudadanos destacamentados en la base de Buena Vista de la Salud, que está a la orilla de la carretera que va hacia Tierra Colorada.
La hermana de El Chaparro fue detenida en un retén que colocaron los policías ciudadanos en la comunidad de Mazatlán.
En la base de operaciones también está detenido el esposo de María Campos.
Además, en Buena Vista están dos hombres más, detenidos hace dos meses, identificados como sicarios, que han informado sobre dos fosas clandestinas en las que enterraron a sus víctimas. Se conoció que los detenidos han dicho que las fosas están en El Tejocote, a la que se entra por  Mazatlán, y otra en El Calvario, a la que se llega por Petaquillas. (Fernando Hernández / Buena Vista de la Salud).

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