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Responsabiliza epidemiólogo al gobierno por la falta de higiene en la población

Karla Galarce Sosa

El epidemiólogo José Jiménez García señaló que en tanto las poblaciones carezcan de agua clorada y servicios básicos de sanidad como drenajes habrá una mayor cantidad de enfermedades gastrointestinales.
El ex colaborador del hospital Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) agregó que falta adoptar hábitos preventivos de higiene entre la población e indicó que esa es una responsabilidad del estado para disminuir el número de padecimientos contagiosos.
“Mientras no se resuelva el problema de los desechos humanos y la falta del agua potable siempre se va a tener un riesgo de dispersión de bacterias que pongan en riesgo las vida de las poblaciones”, alertó en entrevista.
En relación a la intoxicación masiva de 317 niños ocurrida hace una semana en el poblado Los Órganos, en la zona rural del puerto, Jiménez García comentó que los programas de prevención deben estar enfocados en la limpieza personal, en la limpieza en la preparación de los alimentos y en la corresponsabilidad entre la población y las autoridades del sector Salud.
“Se aprendió mucho con la influenza en 2010 y todos aprendimos medidas higiénicas muy elementales pero dejan de hacerse, incluso en esa época las enfermedades diarreicas disminuyeron drásticamente y al año siguiente se incrementaron”, recordó el especialista.
Lamentó la falta de divulgación de medidas preventivas “para quienes preparan los alimentos y que, desafortunadamente desencadena en la afectación de cientos de personas”.
Mencionó que la preparación de alimentos implica varios factores, entre los que, dijo, están la necesidad de espacios limpios y con agua potable, lejos de animales que pudieran contaminarlos y con servicios de drenaje y de salud.
“En esas comunidades nos hay agua potable, hay agua entubada tal vez; la gente va al sanitario y no se lava las manos adecuadamente; la contaminación de los alimentos puede ser ocasionada por las personas, por los lugares, el agua; pero si ellos supieran clorar el agua que utilizan, si supieran lavarse adecuadamente sus manos y si sus residuos tuvieran un destino diferente al traspatio, la salud de las comunidades mejoraría”, expuso el epidemiólogo.
El 27 de abril pasado, 335 personas resultaron intoxicadas por haber ingerido alimentos contaminados con las bacterias de estafilococo áurea y salmonella; 317 de esos pacientes fueron niños, el resto eran adultos que fueron atendidos en diversas clínicas de Acapulco.
El médico explicó que no hay condiciones sanitarias para realizar actos multitudinarios en los que se regale comida y recomendó que se entregue otro tipo de alimentos, con los cuales se tenga “cierta garantía de que están limpios y no tienen microorganismos que puedan afectar de la manera en que ha ocurrido a las personas”.
Dijo que la contaminación de los alimentos por falta de higiene ocurre con mucha frecuencia en los hogares, sin embargo para desapercibido porque no son masivos.
Acerca de las enfermedades agregadas y la desnutrición de los niños abundó que son más susceptibles a padecer cualquier enfermedad.

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