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Presentan muestra acerca de la relevancia de la cruz en la cosmogonía indígena guerrerense

Teresa de la Cruz, corresponsal, Chilpancingo *Ante poco menos de un centenar de personas  se presentó el pasado jueves en el Museo Regional Guerrero la exposición fotográfica titulada El simbolismo de la cruz en Guerrero de los investigadores Samuel Villela y Fernando Orozco y en la que se excluyó a los amuzgos por ser un grupo étnico que no forma parte de la región de la Montaña justifico este último.

En entrevista tras concluir la explicación de la exposición montada en el Museo Regional Guerrero (que consta de 47 obras) el etnólogo, Fernando Orozco, justificó que el trabajo que realizaron junto con el antropólogo Samuel Villela no retoma a los amuzgos porque “estamos hablando de La Montaña” y “la mayor parte de los  investigadores, antropólogos, geógrafos y humanistas consideran a los amuzgos como parte de algo que se conoce como la Costa-Montaña”.

Lamentó el etnólogo que los amuzgos sean marginados  porque no han encontrado un lugar dentro de La Montaña de Guerrero, sin embargo dijo compartir la idea de que deberían incluirse en los trabajos de este tipo, pero varios investigadores consideran que “no son parte de La Montaña”, a pesar de que  “comparten estructuras simbólicas y rituales con los grupos de La Montaña”.

Luego de la visita guiada de la exposición fotográfica, Fernando Orozco señaló que lo que buscan expresar con esa colección es compartir las significaciones que pueden tener el símbolo de la cruz para los pueblos de La Montaña, además de que se da a conocer la riqueza cultural y  religiosa  de estos mismos, indicó.

Titulado hace dos años en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, Fernando Orozco recordó que el trabajo que realizó junto con el antropólogo Samuel Villela “es el resultado colateral en la segunda línea de investigación que versaba sobre geografía sagrada la cual formará parte del n proyecto que el INAH ha titulado Etnografía de las regiones indígenas de México en el nuevo milenio cuyo inicio se dio en 1999, en donde encontramos que una importante expresión  de la geografía sagrada en las comunidades de Guerrero es precisamente la cruz”.

Precisó el etnólogo –mientras un penetrante olor a copal acompañaba a los asistentes durante la visita guiada–, que la exposición consta actualmente de 47 fotografías, sin embargo dijo que aún están por llegar páneles para integrarse, con lo que serían más de 60 fotografías grandes y entre 25 o 30, de menor tamaño. Siete  son los municipios de la región de La Montaña Alta y Baja, según Fernando Orozco, cuyas costumbres están plasmadas en está colección fotográfica; entre ellas destacó a Zitlala, Ayahualulco, Metlatónoc, Tlacoapa y Xalpatláhuac, lugares en donde se asientan mixtecos, nahuas y tlapanecos, tres de los cuatro grupos étnicos.

Fernando Orozco negó que se haya omitido a la etnia amuzga en su trabajo por que no prevalezca en ellos este simbolismo ni por posibles diferencias, en cuanto a la significación de la cruz, ya que –según el etnólogo– la diferencia no es sólo entre La Montaña y los amuzgos sino entre los mismos pueblos de esa región.

“Tenemos una fotografía  que no se encuentra en esa colección  que muestra a mujeres amuzgas con sus huipiles y una de ellas muestra en sus bordados el símbolo de la cruz y consideramos que es parte de la representación simbólica de La Montaña aunque por las cuestiones que ya expliqué no se incluyó la fotografía de Amuzgos en esta colección”.

Indicó Fernando Orozco que “es un buen momento como para cuestionar estos conceptos y estas definiciones de La Montaña y efectivamente empezar a apelar a la introducción de los amuzgos dentro de los estudios de La Montaña”.

Más adelante señaló que entre los grupos étnicos cuyas impresiones estaban en el museo existen también diferencias  muy contrastantes y muy claras, tanto en La Montaña Baja como Alta expresan esta representación del símbolo de la cruz “principalmente en la manera en cómo entienden su universo; en el caso de La Montaña Baja podemos ver cómo ellos integran todas estas concepciones a partir del sistema  simbólico acuático lo cual tiene que ver con estas representaciones de los pozos de agua, de los ríos y también tiene que ver con las peticiones de la lluvia, cosa que uniforma a La Montaña pero es en el sistema representado donde radica la posible diferencia”.

Entre los amuzgos “no hemos hecho demasiada  investigación, aunque sabemos por la tradición textil que tienen dentro de la cual existen expresiones del símbolo de la cruz, que es muy importante y que a pesar de su carácter comercial en el fondo es simbólica, cosa que es muy escasa en las otras etnias”.

–¿Por qué abordar el tema de la cruz en su obra?

–En realidad fueron las mismas comunidades a través de su riqueza ritual y riqueza simbólica (las que) nos impusieron el tema porque cuando  nosotros estuvimos en las comunidades para hacer la investigación de la geografía sagrada, nos dimos cuenta que las comunidades de La Montaña signan el espacio sagrado con cruces; para nosotros fue importante el observar como objetivo central el elemento de la cruz dentro de los rituales de La Montaña.

Precisó que en términos personales “la cruz es simbólicamente importante por que soy creyente” y más aún porque se refiere al catolicismo, de la tradición judeo cristina; en este caso podemos decir que compartimos esa tradición  de expresar a través del símbolo de la cruz esa creencia”.

Reconocemos –dijo el etnólogo– “que las comunidades de La Montaña se describen como católicas pero reconocemos que sus rituales no son del todo católico porque tiene elementos que son de origen mesoamericano, pero a través de la simbolización de la cruz ellos están representando todavía el reconocimiento de otras deidades que no son el dios católico, sino el dios del agua, el dios dela fertilidad, el dios de las fuentes de agua”.

A nivel nacional de acuerdo a Fernando Orozco, Guerrero “tiene una riqueza ritual que es comparada  con la zona maya” aunque precisó que “cada región adquiere una connotación muy especifica en el caso de la zona maya, por ejemplo, tiene que ver con los cenotes sagrados o con los pozos de agua” esto distingue una connotación diferente debido a la herencia cultural muy reconocida y diferente a la que se dio en los valles centrales indicó.

Mientras la directora del museo le traía un vaso de agua de jamaica, Fernando Orozco negó que algún día este símbolo de la cruz deje de significar algo para las culturas y recordó que “con la llegada de los españoles se creyó que esta significación se perdió sin embargo en el trabajo que presentamos se nota que no, que contrariamente se enriqueció y multiplicó”, por lo que el  hecho de que “llegue una religión dominante y se imponga, no significa que  los símbolos anteriores desaparezca”.

Finalmente el etnólogo ejemplifico este hecho al recordar que en Zitlala “se encuentran familias que van al templo católico a hacer sus oraciones a imágenes católicas; ahí se da un hecho inexplicable ya que la niña de ocho años se expresa al símbolo  de la cruz reconociendo en ella al Jesucristo contemporáneo, ese que es el resucitado, el dios bueno, el que perdona, sin embargo su madre que puede tener entre 30 o  40, se acera al mismo símbolo y le pide pero a un dios que fue el dios de sus abuelos que es el que castiga, el dios de la regla, totalmente diferente del que cree su hija, y por si fuera poco se acerca la abuela  al mismo símbolo y le esta pidiendo al dios de la lluvia, al dios del Agua, al dios de la cosecha; ahí tres generaciones, con tres creencias diferentes proyectan sus creencias al mismo símbolo religioso” apuntó.

Más adelante señaló que los lugares en los que han expuesto su obra ha sido en Taxco donde estuvo el pasado 2 de mayo, y en Chilpancingo permanecerá hasta la tercera semana de septiembre. Posteriormente trasladará la colección fotográfica al Museo Histórico Fuerte de San Diego

La inauguración de la muestra

Por otra parte fue la directora operativa del IGC, Isabel Ortega quien cortó el listón que dio por inaugurada la exposición fotográfica.

Antes de la inauguración la directora del Museo Regional de Guerrero, Alejandra Gómez destacó que la exposición fotográfica es producto de varios años de trabajo en la región de La Montaña. Es una investigación muy seria, dijo, cuyos autores se han preocupado por difundir a través de los museos.

Precisó la antropóloga que el trabajo que los investigadores realizaron no va a prescribir como ha sido la mayoría de los casos en que los  investigadores concentran sus trabajos en tesis  y se quedan archivados en bibliotecas para especialistas: “sin embargo ellos, quienes vienen con sus propios recursos, han hecho el esfuerzo por comunicar su trabajo en un exposición”.

La visita guiada estuvo a cargo del propio el etnólogo, Fernando Orozco, quien entre tendidos de vistosos y coloridos papeles que adornaban la exposición explicaba a los asistentes que la cruz tiene una ancestral significación y destacó que ésta data desde que existieron los inquilinos del México antiguo en cuyos códices se reconoce este elemento.

Finalmente Fernando Orozco explicó que son varios los elementos en los que se utiliza el símbolo de la cruz, como ha sido en los pozos de agua, en los caminos, en el mismo cuerpo humano, en las danzas, en los hogares  y en otras ocasiones la bandera de México aparece junto a este símbolo.

El antropólogo, Samuel Villela dijo que esta exposición etnográfica busca traer una muestra, a través de imágenes, de los patrones culturales ya que no se han querido quedar con lo estético de la fotografía, ya que hemos querido representar “la forma de vida de los indígenas de La Montaña que comparten un simbolismo de la cruz como todo el mundo, pero que tiene pecualiaridades a partir del desarrollo histórico de estos pueblos”.

Entre los asistentes a la exposición estaban el coordinador de la Pinacoteca de la UAG, Javier Mariano; la directora del Circyc, Angela Memije Alarcón; el investigador de la UAG, Mario Martínez Rescalvo, así como el director de Actividades Cívicas del gobierno del estado, Roberto Salazar.

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