Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Arturo Martínez Nateras

FAbrica de Letras

  Mi vochito  

 Todo es según el cristal del vochito desde donde se mira. La trasnacional Volkswagen decidió suspender, desde julio del 2003, definitivamente, la producción de legendario auto del pueblo. El escarabajo dejará de salir de la planta de Puebla. Unos cuantos de colección y nada más. El vocho ocupa un lugar en muchos corazones y biografías familiares. En 1972, en Chilpancingo gracias al aval de don Fidel Núñez Avila adquirimos el nuestro, un azul ártico del año. Si mal no recuerdo nos costo algo así como 28 mil quinientos pesos, unos 2 mil 300 dólares de aquellos de a $12.50. María de la Luz me puso por condición para tener un segundo hijo la adquisición de un vehículo de modo que el nacimiento de Arturo está íntimamente ligado al vocho, es una variable dependiente.

En esa madrecita de carro transportamos, en diciembre y enero de 74/75, los 3.5 millones de pesos que me tocó mover y manejar de la mitad del pago por el rescate de  don Rubén Figueroa Figueroa. Nuestro vocho lo terminamos de pagar, al año, con las regalías que recibí de Ediciones de Cultura Popular por las ventas de mi primer libro: Ser y función social del estudiante. Este carrito le prestó inmensos servicios al partido y a la juventud comunista, en infinidad de movilizaciones. Liberato Terán Olguín recuerda que en él nos fuimos a Tuxpan a escribir su libro. Los congresos de la JCM y el XVI del PCM, en Cuernavaca, fueron servidos en este mueblecito y en él nos desplazamos a Acapulco en aquel noviembre de 1973, cuando me estaba ahogando y Serafín, por salvarme casi corría la misma suerte. En él y con él iba y venía por todo el país. Se nos hacía chiquito el mundo. En la capital nos transportó en las huelgas del STEUNAM y en los empeños organizativos para reconstruir al PCM. María de la Luz y yo teníamos un acuerdo. Quien trae el auto recoge a los niños en la guardería de la UNAM, en la del ISSSTE en los multifamiliares Juárez. Por las mañanas salíamos hechos madre a llevarlos y si yo deseaba quedarme con él a dejarla en El Palacio de Minería donde ella rescató el archivo que hoy es orgullo nacional.

Fue en un vochito donde nos movimos un puñado de agitadores irredentos, en 1967 la brigada política que paralizó al IPN en aquella histórica huelga de solidaridad.

La dirección del PCM equipó a Valentín Campa con un Volkswagen amarillo, en él fuimos y venimos día con día, en infinidad de ocasiones a Puebla, en los momentos más agudos de la lucha, entre el 72 y el 75. En este carrito, regresando de Chihuahua de una fallida reunión del Frente Popular, más acá de Querétaro nos volcamos Pablo Gómez Alvarez, Valentín Campa, quien conducía, y yo.

El vochito nunca lo dejaba a uno botado. Bastaba con un buen mantenimiento y, en su caso con traer un juego de platinos para una rápida reparación. El vochito es un poco incómodo para hacer el amor, pero como para estas artes no hay imposibles y todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar, la lucha se la hacían sus millones de usuarios. En muchas familias, en infinidad de parejas hay un vocho en su corazón…

Se acabó. El escarabajo ya no será producido. El impacto económico en Puebla es brutal, el anímico en el país y en el mundo todavía no termina de percibirse. Más allá de la nostalgia están los severos problemas del desempleo que esta decisión provoca agravando la penosa situación del país…

Dicen que no hay mal que por bien no venga. Ojalá que la extinción del vocho sea el punto de partida para una renovación del parque vehicular de taxis en Acapulco, que es realmente infame.

Cajita de Olinalá

¿Qué pasa con el estado de salud del diputado Carlos Sánchez Barrios? El canibalismo es uno de los signos más lamentables de la criptopolítica premoderna que se practica en Guerrero.

Andrés Manuel López Obrador ya modificó el discurso. El no se deja imponer los tiempos de los periodistas, ni los de CCS. En su respuesta envía un mensaje muy claro: “La agenda es la mía, el reloj político es el que traigo en mi muñeca…” AMLO no estaba muerto; se va de parranda gobernando hasta el 2005.

El Sur figura ya en la carátula de periódicos de YAHOO. Este nuevo logro implica mayor cuidado y profesionalismo en la edición virtual.

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