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Constata López Rosas el abandono de afectados por Paulina en la Alejo Peralta

 * Se quejan vecinos de que el gobierno del estado no les ha ayudado * No tengo prisa en hacer cambios en mi gabinete, dice

 Adalberto Valle * Habitantes de la Unidad Habitacional Alejo Peralta –quienes resultaron damnificados por el huracán Paulina en octubre de 1997– externaron al alcalde de Acapulco Alberto López Rosas los problemas que les afectan y mostraron su desilusión por la poca atención que les ha dado el gobierno estatal, instancia que los ubicó en ese lugar en 1999.

En un recorrido por el lugar de aproximadamente media hora, López Rosas comprobó las “condiciones realmente deplorables” en que viven cerca de 100 familias, a quienes sólo prometió “hacer lo que podamos para no crear falsas expectativas”.

Desde su llegada a ese punto, que se ubica casi frente a El Coloso en la zona conurbada de la ciudad, el alcalde saludaba a quien se le acercaba. A unos policías de Caminos, al vendedor de agua Electropura, a los niños que descalzos y sin camisa corrían, levantando tierra de las calles aún sin pavimentar.

Poco a poco los vecinos “comprobaron” que el presidente de Acapulco los había ido a visitar, respondiendo “a un compromiso”.

Caminando junto al alcalde estaban el secretario de Desarrollo Urbano Jorge Juárez Soto, el residente de obra de la secretaría de Desarrollo Urbano del gobierno del estado, Miguel Angel Sánchez; al secretario de Protección y Vialidad, Antonio Valenzuela Valdez; el director de CAPAMA, Jesús Flores Guevara y la directora de Servicios Públicos Municipales, Rosa María Gómez Saavedra, así como unos 90 habitantes.

A su paso, el contingente se encontró con algunos charcos de agua y lodo, pero nada comparado a lo que sucede en los días de lluvia, según dijeron los vecinos.

Del brazo de la secretaria del Comité Vecinal, Olivia García Aguilar y de Carlota Santos García, ambas vestidas en tonos amarillos, Alberto López Rosas fue conducido al fondo de la unidad habitacional, donde están las bombas de agua, mismas que no funcionan correctamente y que fue una de las principales peticiones de los lugareños.

“Tenemos sólo agua del pozo” le dijeron al alcalde. Le expusieron también sus problemas de drenaje y pavimentación. “Los niños son los que sufren más”, comentó el presidente del Comité Comunitario, Pablo Sebastián Pérez, aunque hubo quien señaló que él no ocupaba tal cargo, con lo que se pudo ver que existe un problema de división en ese lugar.

“Véngase a la sombrita, no queremos que se nos maltrate”, le dijo una vecina. “No se preocupe, no me pasa nada, mi color ya es firme”, le respondió sonriendo el alcalde.

En una de las viviendas los afectados le expusieron que se habían entrevistado con funcionarios estatales, como los secretarios de Gobierno, Luis León Aponte; de Desarrollo Urbano, Juan Farill Herrera; y de Desarrollo Social, Heriberto Huicochea Vázquez, con quienes acordaron que la administración de la entidad cubriría el 50 por ciento del total de las obras.

Asimismo, les pidieron que “ya no venga el ingeniero Castañeda”, quien en anteriores ocasiones les ha prometido solución, pero “nada”.

Al alcalde de Acapulco le dijeron además que algunos “no somos dueños, no tenemos escrituras”, mientras con una toalla blanca López Rosas se limpiaba el sudor.

Platicaron que “se pone feo cuando llueve” y que Juárez Cisneros prometió pavimentar cuando era candidato a la gubernatura y que a la unidad se le conoce como Charco Peralta por las inundaciones a consecuencia del agua que baja de El Coloso.

Por su parte, López Rosas dijo que no sería “irresponsable” y que no iba a “prometer algo” que no pudiera cumplir.

“Lo primero es que vamos a revisar el convenio (del gobierno del estado) y a coordinar ambas secretarías”.

Se comprometió a regresar en mes y medio “para ver los estudios del canal y ver con qué calle vamos a empezar, que se haga con recursos estatales y municipales”.

Instruyó al director de CAPAMA, Jesús Flores Guevara para que vea “lo de las bombas”, además de intensificar los recorridos de la dirección municipal de Salud.

En entrevista posterior, aceptó que en la Alejo Peralta viven en “condiciones realmente deplorables” que no son dignas.

“Se les arrinconó en un área con servicios limitados, con desatención urbana y esa no es la forma de ayudar a quienes sufrieron un drama como el del Paulina. Me interesa que demos vigencia al convenio que se firmó con antelación y que con todas las instancias de gobierno entremos a resolver el problema”, concluyó.

Su visita a la colonia Progreso

Tras la visita, el alcalde y su comitiva se trasladaron a la colonia Progreso, un lugar de “sus orígenes” para entregar vialidades y poner en marcha la pavimentación de una más.

Al volante de su Focus color guinda, López Rosas tomó el tramo hacia el crucero de Puerto Marqués. Ahí vio el mal estado de los microbuses que prestan el servicio en esa zona rumbo al aeropuerto. Al ingresar a la avenida Escénica tuvo que lidiar con los rebases suicidas de los taxis amarillos. Ya en La Base constató que los urbaneros siguen obstaculizando el tráfico, mientras que el oficial de tránsito en turno, tardíamente, con su silbato pedía a los autobuses que circularan, pero el alcalde ya había pasado por el lugar. Se topó también con el clásico tráfico de las horas pico, incrementado por los vehículos foráneos que se encuentran en Acapulco.

En la espera del paso en la calle Wilfrido Massieu hacia la avenida Cuauhtémoc, un muchacho limpiaparabrisas le prestó el servicio. A él también lo saludó de mano.

Ya en la segunda vialidad en importancia de la ciudad luchó por el alto flujo de vehículos, hasta llegar al cruce de las calles Michoacán y Coahuila, en donde puso en marcha la pavimentación de ésta última, hasta su tramo con la Niños Héroes.

Más tarde informaría que “en unos días más” trataría el tema con el gobernador René Juárez, sobre transferir las facultades del transporte al municipio.

En la Coahuila dio el banderazo de la obra, con costo de 700 mil pesos. Son mil 700 metros cuadrados de concreto hidráulico.

En el acto se vio al transportista Porfirio Alvarado, a los presidentes de los colegios de Arquitectos y Contadores, Humberto Díaz Díaz y José Arturo Pérez, respectivamente y al presidente de la Barra de Abogados, Andrés García Bustamante.

Estaban además el síndico Marcial Rodríguez Saldaña y regidores como Rogelio Villanueva Camarena, José Luis Morales Torres, Germán Farías y Jesús Gómez.

En su intervención, mientras se escucharon algunos gritos de “arriba el PRD”, López Rosas lamentó que a pesar de tener 50 años de haber sido fundada, la colonia Progreso “no esté todavía urbanizada”.

“Espero que al término de mi gobierno entregue colonias no sólo pavimentadas, sino reordenadas. Que vivan en un ambiente sano. Me quedan dos años y lo que no se pueda hacer en el 2003 lo vamos a programar para el 2004 y todavía me quedará el 2005. Pronto regresaré a inaugurar esta calle”.

El traslado fue hacia la calle Tamaulipas, detrás del mercado de la Progreso, en donde el presidente municipal prometió el reordenamiento vial de la colonia Progreso.

Recordó que la gente gusta de ir a ese sitio “al relleno, a la barbacoa” y al final fue recompensado con unos tamales, que no fueron despreciados por muchos de sus acompañantes, quienes a prisa comían y que tuvieron que dejar incompleto su consumo cuando el alcalde terminó el suyo para continuar con la gira.

La pavimentación de la Tamaulipas en ese tramo constó de 113 metros lineales, 7.50 metros de ancho, en total de 847 metros cuadrados, con una inversión de 497 mil 484 pesos.

Enseguida, la caravana se movió a la calle Baja California, en su punto más alto. La pavimentación de los 700 metros lineales costó un millón 800 mil pesos.

El punto final del recorrido fue en la calle Guaymas. Acompañado por dos edecanes y con collar de flores amarillas en el cuello, el alcalde caminó desde Ruiz Cortines hasta el lugar donde atestiguó la inauguración de esta vialidad, que fue rehabilitada hasta su cruce con la calle Minatitlán, con longitud de 278 metros lineales, un ancho de 8 metros y 2 mil 160 metros cuadrados.

Ahí, destacó la inversión de dos millones 125 mil 878 pesos, “superada sólo por la de la 16 de Septiembre”, mencionó.

Después, en entrevista con los medios, al preguntarle si su gobierno lleva a cabo una política de reducción de gastos, respondió que “a mayor gasto menor obra y vamos a aplicar algunas restricciones para seguir con las obras”, aunque no especificó el monto que ahorrarían ni las áreas de “ahorro”.

“Hemos frenado algunos gastos, pero sin desatender las obligaciones. Son en cuestión administrativa, con el propósito de mejorar la obra”, mencionó.

Acerca de los posibles cambios en su administración, reiteró que “no tengo prisa en eso” y que sigue evaluando en este sentido.

Por último, tampoco especificó cómo va el proceso de la posible selección de una empresa para la recolección de basura. “Tal vez en unos 10 días se daría a conocer algo. Mientras tanto, el miércoles presentaremos los nueve nuevos camiones”.

Luego de la entrevista, Alberto López Rosas probó el picadillo que le prepararon vecinos de ese lugar.

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