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Don Juanito Basurto, más de cuatro años en la Mesa de Resistencia Civil en Tlapa

 Gaudencio Mejía, Tlapa * Don Juan Basurto, es un hombre reacio y fuerte de 77 años. Aunque ahora tiene dificultades para caminar la escalinata de su Hotel Juárez, que se encuentra frente al parque central de Tlapa, sus ideas, dice él, siguen siendo las mismas…las comunistas de siempre. El junto a otras personas como Miguel Guadalupe, todos los días instalan la Mesa de la Resistencia Civil de manera puntual a las 9 de la mañana.

Los trabajadores de don Juanito le auxilian a sacar y guardar una mampara móvil dando a conocer las noticias más importantes de la región, las estatales, nacionales y hasta internacionales, tan sólo por “el gusto” de que la gente se entere.

Se trata de un periódico colectivo, producto de los recortes periodísticos que compra a diario en el único expendio que se encuentra en el Portal Morelos de la ciudad, y hace fila como todos los lectores de periódicos de Tlapa, y gasta en publicaciones por lo menos cien pesos diarios.

Explica que hay mucha gente pobre que no tiene para comprar “la información” y gente analfabeta que no puede leer un periódico, entonces, acuden a la Mesa de Resistencia Civil, para que de viva voz don Juanito les explique aunque de manera tardía, las noticias que él considera son las más importantes. Reconoce con tristeza, agarrándose la cara con las dos manos, que también hay mucha gente floja que no le gusta leer.

La Mesa de Resistencia Civil es lo que quedó de la protesta de Félix Salgado Macedonio, después de las elecciones de febrero de 1999, cuando dijo que no iba a dejar que René Juárez Cisneros gobernara el estado de Guerrero.

Entonces, Salgado Macedonio, entonces candidato del PRD a gobernador, llamó a la gente a la resistencia no pagando el predial, el agua, el teléfono y la electricidad. Félix se plantó frente al Palacio de Gobierno de Chilpancingo y desde ahí llamó a todos sus seguidores a la “desobediencia civil”.

Don Juanito Basurto fue uno de los que escuchó el llamado. Eso sucedió un mes de febrero loco de hace cuatro años. Paradójicamente los que escucharon el llamado de Félix es gente que en su mayoría no tiene los servicios de agua y electricidad, ningún empresario de la región quiso arriesgarse a llamado tan dasafiante. Pero desde esa fecha Félix Salgado desapareció de La Montaña. Don Juanito asegura que si tuviera en frente a Félix, le diría que “cumpliera su palabra”.

La Mesa de Resistencia de Tlapa es la única que queda en todo el estado.  Félix Salgado Macedonio, quizás ni siquiera lo sabe, con eso de que anda de cantante y actor, a cualquiera se le va la memoria porque un actor piensa y sueña más en la fama, el aplauso y el reconocimiento público, como dice don Juanito.

A la Mesa, donde todos los días se sienta don Juanito Basurto, llegan personas con problemas muy distintos y variados. Otros no llevan problemas, sólo pasan a sentarse a la mesa por el puro gusto de platicar con los que allí se detienen. Hasta los dirigentes del comité municipal del PRD llegan allí, convirtiéndose en un paso y en un punto de encuentro obligado.

Ahora el profesor Miguel Guadalupe tiene en sus manos un nombramiento que le hizo el procurador de Justicia del Estado, donde lo faculta para ser gestor de la gente en los problemas más crudos. La Mesa se convirtió en un espacio de asesoría y de  “buenos consejos”.

Pero don Juanito aclara de inmediato que ese escrito o nombramiento no lo pidió Miguel Guadalupe, sino que llegó a la Mesa de la Resistencia Civil como “caído del cielo”, pero reconoce que le ha servido de mucho ante los funcionarios que le dan largas a los asuntos de la gente.

Cuenta también que esto se logró cuando un día el gobernador llamó a Engracio Sierra por medio de  Guillermo Virafuentes Romero, mejor conocido en Tlapa como El Moro, asiduo lector del marxismo leninismo en su juventud y que ahora es presidente municipal de Huamuxtitlán, por el Partido Revolucionario Institucional.

Don Juanito dice que asistió a la entrevista con René Juárez Cisneros, a Chilpancingo, en compañía de otras cinco personas de las que ahora no recuerda sus nombres, pero que sí estuvo Engracio Sierra Navarrete y como mediador El Moro.

El Moro se hizo cargo de los gastos de traslado y alimentación en Chilpancingo. El gobernador ofreció pagar los gastos de la electricidad que la gente la Resistencia Civil consumió y no había pagado. El recién estrenado gobernador duramente cuestionado por Félix de haber llegado a Casa Guerrero producto del fraude, se encargó de negociar directamente con la Comisión Federal de Electricidad.

El escrito de nombramiento que un día llegó a la mesa les ha servido igual que el PRD. Uno abre las puertas (escrito) y al otro (PRD) lo utilizan como “cobija” porque no tienen registro propio y les sirve de protección hasta para el sol, refiriéndose a una pequeña lona, apenas recién utilizada por el PRD como propaganda de campaña.

Juanito cuenta que tiene una dinámica distinta a la de Miguel Guadalupe, que lo que hace es enseñar a la gente a pelear por sus derechos. Dice que Miguel Guadalupe “habla por ellos y yo en cambio les ayudo para que se defiendan a sí mismos”. En eso radica su diferencia con Miguel Guadalupe, pero al final de cuentas, la Mesa de la Resistencia Civil une a los dos, todos los días. “Yo les ayudo para que se defiendan porque en “palabras” los funcionarios le ganan a la gente indígena de las comunidades.

Confiesa que sólo se encarga de “inyectarles valor”, que tomen fuerza. Dice que como mucha gente al saber que es miembro del PRD, llega pidiéndole dinero después de cualquier elección, pero él los para en seco diciéndoles: “Todo se vende menos la conciencia”

Asegura que la gente que llega pidiendo ayuda a la Mesa de la Resistencia nunca se va defraudada y menciona: “A mí me queda sólo la satisfacción de haber ayudado”. Platica que un día llegó la familia de un enfermo que se encontraba en el hospital general y que después de habérsele curado y dado de alta, no lo querían dejar salir porque no había pagado los servicios que le prestaron.

La familia no tenía dinero, era como sacarle sangre a una piedra. Entonces llegó don Juanito para proponerles que a cambio del servicio hospitalario del ex-convaleciente, desquitara todo lo que le estaban cobrando, “a lo mejor poniéndose a barrer el hospital”. Con una carcajada, recuerda que los del hospital no aceptaron su propuesta y optaron por dejarlo salir. No les quedaba de otra. El hombre salió corriendo como si hubiera estado en una cárcel.

–Félix Salgado ha intentado comunicarse con ustedes?

–Nunca. Desde que hizo el llamado a la Resistencia Civil, es la fecha que no nos ha visitado. Sólo sabemos que está en el canal de las estrellas.

–Y hasta cuándo piensa mantener la Mesa de la Resistencia Civil?

–Hasta que mis fuerzas físicas y mentales lo quieran –contestó.

Don Juanito y sus ideas comunistas

Don Juanito Basurto nació en 1926, el 16 de mayo. Vivió su primer mitin en el Zócalo de Tlapa, cuando el profesor Lucio Cabañas Barrientos habló en un mitin en el kiosco del jardín central, junto a Othón Salazar, recuerda que eran muy pocas personas, como unas 50, entre estos estuvo don Marinito Vázquez Mier, que en paz descanse. No eran muchas, pero todos escucharon con atención las palabras del profesor Lucio Cabañas.

En el mismo kiosco escuchó a Ramón Danzós Palomino cuando era candidato presidencial de Frente Electoral del Pueblo, llevando el lema “El pueblo al poder”. Aún recuerda que en ese tiempo había una durísima campaña anticomunista y la gente tenía miedo de escuchar la palabra de los comunistas.

Don Juanito es terco con sus ideas, porque asegura que en la comunidad náhuatl de Coachimalco, donde él se crió, se practica el comunismo “ahí todo mundo se ayuda”. Entiende el comunismo como la igualdad de todos, por eso afirma que en la comunidad de su infancia, siente que las ideas comunistas viven. Para ello cita ejemplos como la siembra del maíz en el territorio comunal. En estas tierras todo mundo acude a trabajar.

En una comunidad, menciona, que todos son iguales, incluso, cuando alguien muere todos acuden a dar el pésame no importa su condición social, ni quién haya sido. Todos se ayudan cuando hay problemas. La gente se une por sus creencias y por sus necesidades. Llegado el momento, a fines de abril, la gente hace el pedimento de lluvias porque todos la necesitan.  

El apoyo recíproco es una cultura en las comunidades, asegura don Juanito Basurto, por eso siempre hay reservas alimenticias producto de las siembras comunales y el producto del trabajo común se entrega por el mes de septiembre cuando se reparte en partes iguales, siempre que “las lluvias lleguen puntuales”.

Otro ejemplo de comunismo a la manera de don Juanito es cuando un muchacho ya está con “ganas de casarse”, la gente colabora. En realidad dice que se trata de un apoyo, algo así como “un préstamo a largo plazo” y se va pagando conforme te va llegando la necesidad. “Tienes la obligación de prestar y cuando llegado el momento se casa tu hijo recoges la ayuda que prestaste a otros vecinos de la comunidad”.

La ayuda mutua se hace también en la limpiada de las milpas, ese trabajo de ayuda se llama “macoas” y significa “darse la mano”, de ahí viene la mano vuelta, de las macoas.

Para don Juanito, en estos tiempos hay que darle una importancia vital a la cultura como resistencia a la globalización. Asegura que el proyecto de la Policía Comunitaria es parte de la resistencia cultural. Asegura que la seguridad comunitaria es buena porque es  una cultura antigua de los ancestros, porque antes no se pagaba la seguridad. La Policía Comunitaria es la recuperación de la cultura de apoyo mutuo, vigilar al pueblo, controlarse y vigilarse a sí mismos.

Don Juanito se considera como un lector empedernido a pesar de haber cursado hasta el tercer año de la primaria y asegura que para tener buenas ideas comunistas no hay necesidad de leer a Marx, más bien hay que practicarlas.

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