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Garrapatas, un pueblo sin agua, sin maestros, sin médicos, sin transporte

 Karina Contreras, Garrapatas, municipio de Acapulco  * ¿Por qué íbamos a darle nuestros votos a los candidatos, cuando ni siquiera vinieron a conocer nuestras carencias? ¿Por quién íbamos a votar si ni siquiera los conocíamos ¿Por qué deberíamos ayudarles a ganar con nuestros votos cuando mantienen en el olvido a Garrapatas? Dicen algunos habitantes de este pueblo indignado, que en las elecciones del domingo pasado para diputado federal decidieron de manera colectiva no votar por ningún partido político.

Está decisión también la habría tomado San José Cacahutepec, pero al final sí votó.

En los cerros de la mayor marginación rural del municipio de Acapulco, más de 80 familias sobreviven en la miseria y el olvido en Garrapatas, pueblo por tradición priísta, que el 6 de julio decidió revelarse, y no votar por ningún candidato.

Para llegar a Garrapatas, se tiene que caminar más de dos horas, porque no hay transporte; el más cerca es el que deja en La Parota. De ahí, los lugareños que tienen carro hacen viajes especiales por los que cobran 300 pesos porque “el camino es feo”, dicen a los reporteros.

Los tres caminos para acceder al pueblo son el de La Parota, Garrapatas, Tunzingo-Garrapatas o Concepción-Garrapatas, los tres son accidentados y con grietas por las lluvias.

Por esos caminos sólo se ve transitar camionetas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), porque por esa área se están llevando a cabo los estudios de factibilidad de la presa hidroeléctrica La Parota.

Los habitantes, comenta el señor Guadalupe Flores, son cerca de 800, incluyendo niños, mujeres, ancianos, hombres y jóvenes; de éstos últimos, varios han emigrado a Estados Unidos.

Garrapatas tiene alrededor de 80 casas esparcidas en un cerro y rodeadas por la vegetación. La mayoría de las viviendas son de adobe, hueso de palma, teja y puertas de palo.

Los habitantes de Garrapatas no tienen calles pavimentadas, sólo de terracerías, y ahora en mejores condiciones –dicen– porque la CFE las ha rastrillado para que pasen las camionetas. Por las calles se revuelven chivos, puercos, burros y perros flacos.

La decisión de no votar

Precisamente, debido a esa marginación y olvido los habitantes decidieron no votar el 6 de julio. La decisión fue tomada por unanimidad en una asamblea de pueblo a mediados de junio.

Aseguran que fue una decisión difícil, debido a que los dos grupos, PRI y PRD no se ponían de acuerdo, ya que querían apoyar a sus candidatos, en este caso a Margarita Nava Muñoz y Rosario Herrera Ascencio.

Pero al final, lejos de intereses de partido quedó el interés y la preocupación por la marginación en la que se tiene a Garrapatas, y fue cuando decidieron no votar y aseguran que en está decisión también se habría unido San José Cacahutepec, donde finalmente sí votaron. 

El 6 de julio, los habitantes de Garrapatas introdujeron en el paquete electoral una hoja tamaño carta en donde expusieron sus motivos para abstenerse, principalmente el abandono en que los tienen los gobiernos.

Centro de Salud sin médicos

En el poblado hay un Centro de Salud, pero sin doctores.

Con una media sonrisa don Lupe comenta que los habitantes de esos lugares no tienen derecho ni a tener calentura; si alguien se enferma tienen que bajarlo cargando hasta Concepción, en donde está una clínica, pero nada más funciona de lunes a viernes.

Clases una vez a la semana

La comunidad de Garrapatas tiene un kínder y escuela en buenas condiciones, pero igual que en el centro de salud no hay maestros en la primaria.

Y si van, es una vez a la semana. Además la primaria Leonardo Bravo tiene sólo tres aulas en donde toman clases los diferentes grados. La casa construida para los maestros está abandonada.

El kínder de Garrapatas tiene clases todos los días debido a que las profesoras son de ahí.

Para los jóvenes que quieren estudiar la secundaria las cosas se ponen más difíciles, porque tienen que levantarse en la madrugada, para caminar más de dos horas hasta Concepción.

Norias para abastecerse de agua

Para tener una cubeta de agua, las mujeres tiene que caminar más de media hora hasta los pozos, por un camino empinado. No se ven avances de obras donde se pretenda introducir el agua potable. En versión de los vecinos, los de la CAPAMA fueron a hacer estudios, pero hace mucho tiempo.

Se informó que el gobierno del estado inició los trabajos pero luego los dejó abandonados. Posteriormente entró la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA) y nada más abrió brechas. Mostraron los que puso CAPAMA y que consisten en unos cuantos metros de tubo y “hasta ahí quedó”, manifestaron.

Según informó CAPAMA esta semana comienzan los trabajos en la comunidad para introducir agua potable. El anuncio se hizo luego de que se dio a conocer que la abstención de los habitantes de esa comunidad fue por la falta de ese servicio.

Los únicos servicios que tienen son electricidad y la seguridad que les brinda la Policía Comunitaria, conformada por los mismos lugareños. Para los habitantes Garrapatas a pesar de su pobreza es un pueblo seguro, donde los vecinos se respetan.

Los intereses del pueblo a los partidistas

En donde estuvo la casilla para votar nada más queda la pancarta de que allí fue instalada la casilla 0348. A un costado se lee: “El que quiera ser águila que vuele, el que quiera ser gusano que se arrastre, pero que no grite cuando lo aplasten”. Es un letrero colocado en la casa construida para los maestros.

Y precisamente sobre las elecciones y el abstencionismo el señor Guadalupe Flores dice que la decisión de no votar el 6 de julio fue unánime.

Aunque él es perredista, reconoce que el pueblo en su mayoría es “netamente priísta”, aunque en octubre en la elección de diputada local ganó la perredista Yolanda Villaseñor.

Describió la abstención como un desencanto a las autoridades que los han marginado, además de candidatos priístas mentirosos que nunca les han cumplido durante años.

Luego dijo que el pueblo sabe ser agradecido cuando lo ayudan. Tan es así que aunque hay más priístas la última elección para diputado local le dieron el voto a la candidata del PRD, Yolanda Villaseñor Landa, en agradecimiento a que cuando fue regidora gestionó la construcción de una cancha, el rastreo de una parte del camino y un puente de 60 metros.

Este sábado, a medio día y con los rayos del sol, Francisco Domínguez venía de trabajar en su huerta. Acalorado, con manos callosas, comenta que el siembra limón, mango y maíz, no para vender sino para autoconsumo. Para irla sobrellevando en un pueblo de pobres, con 10 u 11 hijos.

Sobre la abstención de votar el 6 de julio dijo que fue para demostrar su inconformidad y que el gobierno les “hiciera caso” y que fuera a ver sus carencias, pero, hasta la fecha no han ido.

Recordó que él y el comisario del lugar, Justino García, han visitado dos veces la Secretaría de Obras Públicas para que les construyan su comisaría pero no les han hecho caso.

Han pedido el rastreado para los caminos y tampoco los tomaron en cuenta. Ahora –dijo– están un poco mejor porque la CFE los ha rastrillado, aunque, es porque les conviene, ya que están entrando sus carros.

Dijo que no tenían por qué votar. ¿Por quién, sí no los conocíamos; por qué votar para ayudarlos a ganar si no se preocupan por el pueblo; nadie vino a preguntar para conocer las carencias de Garrapatas”.

Para el anciano la abstención de votar es porque el  pueblo se cansó que en años pasados nada más los visitaran para pedir votos. Dijo que razonaron que como ellos (los candidatos) no les ayudan pues tampoco ellos con sus votos.

Piensa que los candidatos querían que les ayudarán sin nada a cambio. “No podíamos votar a ciegas sin conocerlos, nadie de los candidatos vino a visitarnos, siquiera para que los conociéramos”.

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