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Juan Angulo Osorio

QUINTO MUNDO

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 En la edición del jueves pasado, por primera vez en la historia de El Sur colocamos la leyenda “Inserción pagada” en una gacetilla. El criterio que siempre hemos adoptado al respecto de la publicidad pagada que se hace pasar por información –que eso son las gacetillas– es distinguirla con encabezados que tienen una tipografía distinta a la de nuestras notas informativas. En este caso, nuestros títulos van en letras negras, mientras que a las gacetillas las titulamos con tipos blancos.

Pero eso no resuelve el problema de fondo, pues un lector común no alcanza a hacer esa distinción, y para él se trata de una información del periódico, y no de una publicidad. Apenas la semana pasada Aurelio Peláez cubrió una información en el ayuntamiento, y allí de pronto una señora que supo que era el reportero de El Sur se le acercó para reclamarle que en una fotografía que aquí publicamos aparece en primer plano, pero en el pie no se hace ninguna referencia a ella. Pero cómo –exclamó– si la obra que fue a inaugurar el alcalde se hizo por gestiones mías y ustedes ni se toman la molestia de preguntar quien soy para poner mi nombre en esa fotografía.

Aurelio le decía que se trataba de una fotografía que había enviado la Dirección de Comunicación Social del Ayuntamiento, que era una gacetilla, que era una fotografía pagada, que Camps, etcétera. Y nunca pudo convencer a la señora de que el error no era nuestro. Que Camps ni qué nada, no sé de qué me está hablando usted, dijo.

Por eso es que colocamos la frase “inserción pagada” al pie de fotografía en que se daba cuenta del acto de entrega de constancia de mayoría al candidato a diputado federal triunfante por el distrito 08, Angel Aguirre Rivero. Nos parecía una falta de respeto a nuestros lectores que al término del pie se dijera que Aguirre “hace dos días fue electo por sus compañeros diputados como coordinador de los legisladores guerrerenses”.

De esta información, que es importante para la opinión pública guerrerense, no se había dado cuenta en ningún periódico o noticiero de medio electrónico alguno del estado. Ese mismo miércoles, en El Sol de Acapulco aparecen en primera plana declaraciones de Aguirre hechas el martes al corresponsal de Chilpancingo José Manuel Benítez, en las que el ex gobernador dice que le gustaría ser el coordinador de los diputados priístas guerrerenses, pero hasta allí.

Luego se supo que la decisión se tomó ese mismo martes durante el encuentro en Casa Guerrero entre el gobernador René Juárez Cisneros, los candidatos ganadores y perdedores del PRI, el presidente estatal de este partido, Héctor Apreza Patrón, y los coordinadores de campaña Rubén Figueroa Alcocer, Héctor Astudillo Flores y Héctor Vicario Castrejón.

En un estado de cuarto mundo –no se diga en uno de tercer, segundo o primer mundo– lo normal hubiese sido que los señores diputados informasen a la prensa de una decisión tan importante. No hay en estos días primera plana de periódico de circulación nacional que no dé cuenta de la disputa entre Elba Esther Gordillo y Manlio Fabio Beltrones por la coordinación de la fracción parlamentaria del PRI. Y mientras, aquí, los diputados del mismo partido acuerdan en lo oscurito quién será su coordinador. ¿O no fueron ellos los que decidieron? Si es así, que le pasen entonces la fórmula a Roberto Madrazo.

Pero ese desaseo del gobernador, y ese modo en que el equipo de Aguirre introdujo por la puerta de atrás su designación, tiene su explicación en la puja abierta por la candidatura del PRI para la gubernatura en las elecciones de febrero de 2005.

Imagínense, sonrientes, a los cinco diputados ganadores del PRI levantándole la mano a su coordinador, un ex gobernador que quiere ser de nuevo gobernador. Tal vez en ese acto tendrían que estar Apreza, Figueroa Alcocer, Astudillo y Vicario, todos con intereses en la próxima candidatura. ¿Sonreirían también aunque no estén obligados a hacerlo?

Rubén Figueroa Smutny, quien reveló la designación de Aguirre en una entrevista para otra cosa, desveló asimismo, implícitamente, porqué no se hizo pública esa designación. A la pregunta del corresponsal de El Sur, Eduardo Albarrán, de si la designación de Aguirre lo colocaba como el mejor candidato a la gubernatura, Figueroa III respondió con agilidad: “Lo coloca en una mejor posición para coordinar los esfuerzos de los diputados de Guerrero…”. (El Sur 10-07-03).

Cuánta vuelta tuvo que darse para que se conociera un hecho tan aparentemente simple como la designación del coordinador de una bancada parlamentaria. O, ¿no será solamente que, enmedio del triunfalismo en que se mueven, les daría pena que en la fotografía estuviesen nada más que seis diputados priístas de Guerrero cuando en la legislatura que sale hubo 12?

No sé qué vamos a hacer en lo sucesivo, pero de una cosa sí estoy seguro: ningún convenio de publicidad puede obligarnos a mentir a nuestros lectores o a manipular la información.

A propósito de los pies de foto

Es lamentablemente muy común en nuestro medio la publicación de fotografías en las cuales no se menciona a los que en ellas aparecen. Es una pelea que doy aquí todos los días con nuestros fotógrafos, a quienes siempre les recuerdo que ellos son reporteros, que deben preguntar los nombres de quienes van a aparecer en sus placas y que es una enorme falta de respeto publicar pies de foto con la deplorable frase “entre otros”.

No siempre ganamos esa batalla; todavía ahora siguen apareciendo fotografías con esa deficiencia profesional, que llegamos a publicar cuando creemos que agregan información útil para el lector. Aprovecho para ofrecer disculpas a quienes han sido involuntariamente lastimados por la vía de omitir sus nombres cuando allí están, en el primer plano de alguna fotografía nuestra.

Claro que en las famosas gacetillas ese descuido es hasta intencional. Hace no mucho apareció desplegada una fotografía en periódicos locales en la que aparecen, de izquierda a derecha, el diputado federal Manuel Añorve Baños y el gobernador René Juárez Cisneros. Pagada por la Dirección de Comunicación Social del Gobierno del Estado, la fotografía no menciona para nada al primero, como si no existiera, y pese a la gran sonrisa que puso para fotografiar mejor junto al señor gobernador.

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