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Rubén Aguilar Valenzuela

Trabajo doméstico

Ayer, 22 de julio, se celebró el Día Internacional del Trabajo Doméstico actividad económica que equivocadamente, todavía para muchos, no es considerado trabajo y que para el caso de México representa el 19.7% del PIB, según el Inegi.
Esta celebración anual se realiza con el fin de reconocer el trabajo en el ámbito del hogar que se entiende como el conjunto de actividades relacionadas con los quehaceres domésticos, la atención y cuidado de los hijos, la administración del hogar y de producción directa que no son remunerados.
Es un trabajo que a través de los estereotipos sociales sigue siendo visto como “propio” de las mujeres y que a pesar de su importancia para el funcionamiento del conjunto de la actividad económica es “infravalorado, mal remunerado, desprotegido y mal reglamentado”, según la OIT.
En todo el mundo son cada vez más las mujeres que forman parte de la Población Económica Activa (PEA) que se ven obligadas a vivir una “doble o triple jornada laboral” que implica tener un trabajo pagado, más el del hogar que pese al esfuerzo y tiempo que requieren no son reconocidos como trabajo.
Las mujeres representan casi la mitad de la fuerza laboral de México y de 1970 a 2010 incrementaron su participación del 19% al 42.5%, según Inmujer. En 2011, las mujeres representaban el 61.8% del trabajo no remunerado en el hogar y los hombres solo el 26.3 por ciento, de acuerdo con el Inegi.
Existen alrededor de 2 millones de mujeres que realizan trabajo doméstico remunerado, lo que comúnmente se conoce como “servicio doméstico”, el 10.9% del total de mujeres ocupadas en el país, en cifras del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
La gran mayoría son de origen indígena, el 56.8% no tiene pareja y el 11% son analfabetas. El 95% no tiene seguro médico, 31% gana menos de un salario mínimo, 40.6% de uno a dos salarios mínimos y 18.4% de dos a tres salarios mínimos, revela la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis 2010).
De acuerdo con la misma encuesta el 31.1% de las personas que se dedican al trabajo doméstico reconocen que su principal problema es el de los bajos salarios y el 19.3% señalan el  abuso, maltrato, humillación y discriminación.
La cultura del país debe cambiar, es un esfuerzo que debe venir de la familia, la escuela e instituciones como las iglesias, para reconocer la importancia del trabajo que las mujeres realizan en el hogar y también incorporar a los hombres al mismo.
Las mujeres que profesionalmente se dedican al trabajo doméstico deberían tener un contrato, más allá del verbal, que implicaría dejar en claro sus obligaciones y también sus derechos que necesariamente exige garantizar su seguridad social, que hasta ahora es solo voluntaria.

Twitter: @RubenAguilar

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