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Policías de la UPOEG golpearon y amenazaron a estatales que la resguardaban, denuncia María Campos

Durante las investigaciones de un homicidio en su territorio de influencia, la Policía Ciudadana de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) le quitó uniformes, zapatos y encañonó con sus propias armas a los policías estatales que brindaban medidas cautelares a María Campos Vega.
Campos Vega es hermana de Romana, de los mismos apellidos, quien hace dos meses acusó de secuestro a varios policías ciudadanos que la privaron de su libertad durante 12 días para conseguir información de sus hermanos, a quienes la organización vincula con la delincuencia organizada.
Ayer, en las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), María y su esposo Jorge Santos Salvador denunciaron que fueron sacados con violencia de su casa en Mazatlán, el sábado alrededor de la 1 de la tarde, por policías ciudadanos que les exigieron con golpes y amenazas información sobre un homicidio del que no tenían datos.
Aclaró que ella como su hermana, después de la denuncia de secuestro contra los policías ciudadanos recibieron medidas cautelares del gobierno del estado, y cuando los grupos de autodefensa de la UPOEG los sacaron de su vivienda vio que dos de tres policías estatales que tenía asignados estaban tirados en el suelo, en ropa interior.
Indicó que a la mujer del grupo de policías sólo le quitaron los zapatos porque suplicó que le permitieran mantener su ropa, y luego los obligaron a caminar descalzos y semidesnudos por las calles de Mazatán antes de trasladarlos a la comisaría municipal de Palo Blanco.
Añadió que para entonces, los policías ciudadanos ya estaban usando los chalecos antibalas y las armas de los policías estatales.
De su detención, señaló que en la comisaría, el que ahora sabe es el ex comisario Jhony Hernández López llegó muy enojado a reclamarles del homicidio de su hermano, Wilbert, que había ocurrido ese día por la mañana.
“Me dijo, ‘hija de tu puta madre’, me sacó el arma, me la puso en la cabeza y comenzó a agredirme, y cuando le respondí que no sabía ni tenía nada qué ver dijo, ‘quién te dio permiso de que hablaras pendeja’, y me dio con la pistola en la cabeza”, relató.
Añadió que su esposo intervino y también recibió un golpe con el arma entre la nariz y el ojo, después llegaron el dirigente de la organización, Bruno Plácido Valerio, y el comandante del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadano (SSJC), Ernesto Gallardo Grande para interrogarlos de forma intimidatoria sobre el homicidio.
Afirmó que no sabía nada de lo que le pedían  que dijera, que su vida es independiente de sus familiares, y ellos insistían en que colaborara porque “habían matado a uno de sus muchachos”, y podía pasar meses o años en detención.
Estimó que a las 10 de la noche los trasladaron a la comisaría municipal de Buena Vista de la Salud, en el valle del Ocotito, y la separaron de su esposo. En el trayecto, añadió, fueron amenazados.
Santos Salvador declaró, “decían que iban a violar a mi esposa, que nos iban a matar y que nos iban a tirar a un barranco”. Detalló que el ex comisario también intentó golpear a la Policía Estatal que estaba sentada junto a María, porque lo miró, pero un policía ciudadano le pidió que se tranquilizara.
Campos Vega dijo que el domingo a las 9 o 10 de la noche llegaron a Buena Vista y vieron que los policías ciudadanos cambiaban sus escopetas que usan en el día por armas de grueso calibre.
El domingo, entre las 5 y las 6 de la tarde, llegó un observador de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum) que pidió hablar con la retenida, pero Ernesto Gallardo intentó evitarlo, sin embargo, escuchó que Plácido Valerio señaló que su caso “era especial”.
Reconoció que esa declaración le preocupó porque ya había sido amenazada de muerte.
Cuando mostraron a la pareja ante al visitador dijo que justificaron el golpe en el rostro de Santos Salvador, con la versión de que intentó desarmar a un policía ciudadano.
Indicó que frente al funcionario de la Codehum decía, “mira mija, aquí no te hemos tratado mal”, pero aclaró que además de las amenazas y los golpes no les dieron agua ni alimentos en dos días.
Asimismo denunció que Gallardo le exigió que renunciara a las medidas cautelares y advirtió que si presentaba alguna denuncia penal, él mismo iría por ella. (Lourdes Chávez / Chilpancingo).

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