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La Torre Caleta vive sus últimos días tras el anuncio de que la demolerán

 * La presidenta del FRAT pide vigilar de dónde saldrán los recursos para las obras

Adalberto Valle * El condominio Torre Caleta, el edificio de esa zona cuya construcción nunca fue concluida, al parecer vive sus últimos días luego del anuncio de expropiación efectuado por el gobierno del estado para derrumbarlo y construir ahí un acceso a las playas de esa zona del Acapulco tradicional.

Anunciado como una “bella arquitectura moderna” en el cartel que hasta la fecha permanece en la estructura de cemento, que contaría con 88 departamentos y 4 penthouses, hoy en día está rodeado en su base por una cerca de madera que impide el acceso y con carteles con la leyenda: “Guerrero. Inmueble expropiado por el gobierno del estado”, en espera de convertirse en escombros y dar paso a una nueva vista en ese lugar.

Hasta hace unos días, un mini súper e incluso, la vivienda de un representante de la empresa propietaria eran los únicos indicios de vida en la vieja estructura, cuya demolición pretende ser parte del proyecto de remodelación de la zona de Caleta y Caletilla, que ha causado la división entre autoridades municipales y del gobierno estatal, así como entre los mismos comerciantes de ese lugar.

Detrás del inmueble, sobre la playa, sólo quedan unos baños públicos y un parián en donde se venden artículos de playa, cuyos propietarios sólo quisieron comentar que no les habían dicho que se movieran. “No, no sabemos nada”, dijeron.

En opinión de la presidenta del Frente del Rescate del Acapulco Tradicional (FRAT), Dulce María Gómez Velasco, la demolición del mencionado edificio para construir un nuevo acceso es un “proyecto ambicioso que vendrá muy bien al Acapulco Tradicional, sobre todo en esa área abandonada”.

“Pero hay que tener cuidado de donde saldrán los recursos, que hay propuesta de que salga de dinero de zona federal. Pero este es para mantenimiento, vigilancia y limpieza de las playas. Sí pueden dar una aportación pero no los 15 millones que vale el proyecto”, dijo Gómez Velasco, quien añadió que la Sefotur debería gestionar los recursos ante la Secretaría de Turismo.

Sobre la posibilidad de que el gobierno estatal cubra el costo de la obra, mencionó que sería lo adecuado “para que veamos que sí quiere al Acapulco Tradicional y no andar como limosneros buscando de dónde saldrá el dinero”.

Dulce María Gómez dijo que sería adecuado que junto a la demolición de la Torre Caleta debe llevarse a cabo la remodelación de los restaurantes de Caletilla porque “no puedes tener algo bonito en un lugar feo”.

Pero a unos metros del lugar, en mantas, algunos concesionarios exponen su inconformidad por el proyecto del gobierno para remodelar los restaurantes. En total, son nueve de los 27 comerciantes, quienes no han aprobado la remodelación, por la que tendrían que pagar 484 mil pesos cada uno, en el plazo que crean conveniente.

“No a la remodelación Sr. Gobernador nosotros no tenemos recursos económicos para poder pagar una remodelación tan costosa”, se puede leer afuera del Bambú, que al medio día de ayer permanecía cerrado.

“No a la remodelación Sr. Gobernador, no destruya lo que ya está hecho”, en una manta en el restaurante Bocamar.

“Señor gobernador del estado René Juárez Cisneros dé un buen ejemplo de gobierno no despojándonos de nuestro único patrimonio. Familia Quiroz, legítimos descendientes de la pionera y auténticos defensores de playa Caletilla, doña Juana Márquez Quiroz”, afuera del restaurante Palmira.

Sobre su inconformidad, una de las propietarias de este negocio, Concepción Bautista Quiroz, dijo a El Sur, que no están en contra de que se renueve la imagen de Caletilla, pero que “no pueden pagarlo” de acuerdo a como lo quiere el secretario de Obras Públicas, Juan Farill Herrera.

“En las reuniones se han burlado de que somos retrógradas y el mismo Farill nos dijo que recordáramos que son concesiones y que nos las pueden quitar”, comentó Concepción Bautista, quien añadió que el 20 de julio comenzaría la remodelación con una duración de 6 meses, aunque “hasta ahora no nos ha llegado ninguna orden, nosotros por lo pronto ya nos amparamos, aunque el gobernador dijo que no sirven los amparos”.

Los comercios que no han aprobado el proyecto son los restaurantes Palmira, Palmira II, Bocamar, Bambú, La Esperanza, los baños Caleta y San Martín y dos expendios de artículos de playa.

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