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Matan a balazos a cuatro indígenas en Barranca de Guadalupe, Ayutla

 * Las víctimas, dos campesinos, su hermana y su mamá, presuntamente cercanos a un grupo paramilitar, informó el presidente de la Organización de Pueblos Indígenas Me’phaa, Cuauhtémoc Ramírez * Advirtió que esos hechos ponen en peligro la existencia de la misma comunidad

 Cuatro campesinos, dos hombres y dos mujeres, fueron asesinados este viernes a balazos, por desconocidos en la comunidad de Barranca de Guadalupe, en la región me’phaa (tlapaneca) de Ayutla de los Libres.

Las víctimas, cuatro jóvenes: Eugenio Eugenio Neri, Antonio Eugenio Neri, Marcelina Eugenio Neri, y su mamá, Fausta Neri, presuntamente peretenecían a una familia cercana a los grupos paramilitares que se han formado en esa área, según las denuncias de la Organización de Pueblos Indígenas Me’phaa.

El presidente de esa organización, Cuauhtémoc Ramírez, señaló que los asesinatos de este viernes causaron terror en la población indígena.

Dijo que presuntamente los asesinatos son resultado de una pugna entre las familias cercanas a los grupos paramilitares, que hace cinco años formaron la comunidad de La Unificada, con un desprendimiento de Barranca de Guadalupe.

Señaló que hay antecedentes de recientes enfrentamientos entre miembros del mismo “grupo paramilitar”, por lo que no consideró la posibilidad de que traten de culpar de esos crímenes a miembros de la Organización (Kambaxo Xuaji Guini Me’phaa).

Expresó la preocupación de la comunidad y la Organización porque se trate de provocar un clima de violencia generalizada, que ponga en peligro de desintegración a la misma de la comunidad de Barranca de Guadalupe, en la que parte de los habitantes está luchando por sus derechos y por proyectos productivos, y contra la represión del Ejército en la región me’phaa de Ayutla y Acatepec, y participan en las denuncias contra militares del 41 batallón que en 2002 violaron a dos indígenas en las comunidades de Barranca Bejuco y Barranca Tecoani.

Cuauhtémoc Ramírez también señaló el peligro de que la violencia y los asesinatos puedan extenderse a cualquier miembro de la comunidad, sin distinción de su pertenencia a alguna organización o partido político, para inhibir a los pueblos indígenas que están creando sus organizaciones independientes, y luchan por sus derechos y contra la represión, principalmente del Ejército.

El dirigente informó que los homicidios sucedieron como a las 2 de la tarde de este viernes, cuando las víctimas se encontraban laborando en su parcela, dentro de Barranca de Guadalupe, y cerca de las 9 de la noche los cuerpos seguían tendidos en el mismo lugar; nadie había ido a recogerlos, y el comisario de la comunidad, Porfirio Espinoza, por la tarde se estaba preparando para atender el problema y recoger los cuerpos.

También, a esa hora, se estaba dando aviso al agente del Ministerio Público de Ayutla.

Cuauhtémoc Ramírez informó que a la hora en que estaban los balazos contra la familia, estaba llegando a la comunidad un dirigente de la Organización, Victoriano Eugenio Manuel, que había estado en la cabecera municipal de Ayutla, quien informó de los hechos y manifestó su temor de que se generelice la violencia.

El antecedente más cercano de violencia, que hace pensar en un pleito entre los integrantes del grupo paramilitar, dijo Cuauhtémoc Ramírez, ocurrió el 19 de junio, cuando le tiraron con armas de fuego al comisario de la Unificada, y él reconoció a los que lo agredieron, y con los policías que tiene a su mando fue a Barranca de Guadalupe a tratar de arrestarlos. Los presuntos agresores se resistieron, y hubo un enfrentamiento a balazos entre ellos y el comisario de la Unifcada y sus policías.

El otro antecedente ocurrió el 6 de mayo, cuando fue asesinado el indígena Galdino Flores de Jesús, por gente no identificada, que provocó que el comisario de Barranca de Guadalupe, Porfirio Espinoza García, pidiera la presencia del Ejército en la comunidad.

El asesinsto del joven indígena, que pertenecía a la Organización de Pueblos Indígenas Me’phaa, pero que no tenía una participación muy activa, y el llamado al Ejército que hizo el comisario priísta, fue considerado por dicha Organización como “una provocación de personas interesadas en destruir nuestra organización mediante este tipo de actos delictivos, y con ello pretenden militarizar los pueblos indígenas tlapanecos del municipio de Ayutla de los Libres”.

Otro antecedente de violencia en Barranca de Guadalupe ocurrió en abril de 2000, cuando fue acribillado con armas de fuego uno de los presuntos jefes del llamado grupo paramilitrar, Galdino Sierra Francisco. Por este homicidio se desató la persecución contra miembros de la Organización de Pueblos Indígenas (que es parte de la Organización Independiente de Pueblos Mixtecos Tlapanecos), y estuvo en prisión más de dos años uno de los dirigentes, Victoriano Eugenio Manuel, acusado de esa muerte y de pertenecer al Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), y fue liberado a principios de 2003 porque no había pruebas para acusarlo.

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