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Apenas 500 asisten a ver a Armando Manzanero, Martín Urieta, Teodoro Bello y Homero Aguilar

 * Lo que se recabe va a alcanzar nada más para tres tabiques para la casa de la cultura, dijo en forma sarcástica el autor

 Xavier Rosado * Un deslucido espectáculo en el que los errores técnicos y la falta de público hiciera que el compositor Armando Manzanero se los recriminara a los organizadores, resultó el espectáculo benéfico que también ofrecieron los autores Martín Urieta, Teodoro Bello, Homero Aguilar y Felipe Gil, con el fin de comenzar la construcción de la Casa de la Cultura de Igualapa.

El teatro Juan Ruiz de Alarcón fue la sede de la presentación que comenzó con una hora de retraso y a la que asistieron apenas 500 personas.

Ante un público que mostró su impaciencia con una rechifla al comienzo del espectáculo, el cuarteto de trova, originario de Tampico, Sangre nueva, apareció en el escenario para cantar canciones de su inspiración, cerrando con El chilenero, número que dedicaron a un trovador de Pinotepa.

Homero Aguilar, el autor de las canciones que dieran popularidad a la Sonora Santanera hizo recordar al público, compuesto principalmente por adultos mayores de 40 años, canciones como Mi razón, Déjenme llorar, Cansado de llorar, Te digo adiós y Miraron llorar a un hombre.

Siguió la presentación del Jefe de jefes, Teodoro Bello quien con canciones como El aborto y Tumba falsa, intentó dar un mensaje social a su público.

Al comenzar su actuación, hubo fallas en el micrófono inalámbrico, que no registraba las notas altas del cantante, por lo que lo tuvieron que cambiar por otro, cuyo corto cable limitaba sus movimientos por el escenario.

Durante su participación trató también de desmentir la idea de que el éxito que popularizaran los Tigres del Norte, Jefe de jefes estuviera relacionado con los capos del narcotráfico.

“Esta es una canción que hice para la gente a la que les gusta ser los mejores en lo que hacen”.

En su turno, Armando Manzanero, con el estilo sencillo que lo caracteriza, ocultó la contrariedad de que su micrófono no tuviera el volumen suficiente y que las notas de su piano fueran opacadas por el sonido de la pista de Contigo aprendí, cuestión que provocó que dos técnicos, anduvieran en el escenario moviendo tripies y cambiando micrófonos a media interpretación.

Antes de su presentación, declaró que estaba decepcionado de que el lugar no estuviera lleno y que los organizadores no se hubieran preocupado por la difusión del evento.

“Va a alcanzar nada más para tres tabiques para la casa de la cultura”, expresó el compositor.

A pesar de los contratiempos, Manzanero sacó a relucir la experiencia de 30 años sobre los escenarios, interactuando con el público e interpretando éxitos internacionales como No se tú, Somos novios, Esta tarde vi llover, No y Esperaré.

Al culminar su corta presencia en el escenario, el público acapulqueño lo homenajeó con una prolongada ovación de pie.

Por último apareció el autor de Mujeres divinas, Martín Urieta, quien fue bien recibido por el público por su estilo desenfadado y por canciones tan famosas como Urge y Acá entre nos, aunque no por su voz que sale de su garganta pausada y a bajos decibeles.

El mismo se presenta como “la voz del cambio”, porque, dijo, la gente le cambia al radio cuando oye su voz.

Al terminar el concierto, todos los participantes, junto con Felipe Gil, quien fungió como maestro de ceremonias y el presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de Música, Roberto Cantoral rindieron un homenaje a la iniciativa del compositor Indalecio Ramírez, quien construirá la primera parte de un proyecto de cinco millones de pesos con lo recaudado.

Estuvieron presentes la secretaria de turismo, Guadalupe Gómez Maganda y el presidente municipal Alberto López Rosas con su esposa María Eugenia Díaz, la secretaria general del ayuntamiento, María de la Luz Núñez Ramos, así como el rector de la UAG, Nelson Valle López y la magistrada del tribunal electoral del estado, Virginia López Valencia.

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