Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

CARTAS (Lamenta que los diputados aprobaran la cuenta pública)

Señor director:

Mucho agradeceré la publicación de la siguiente carta dirigida a la sociedad acapulqueña relacionada con las actuaciones de nuestros diputados locales en el Congreso del Estado.

Cuando en la elección del 3 de octubre del 2002 muchos de los candidatos a diputados locales manejaron como estrategia política electoral el mensaje a la población en el sentido de que era necesario que la, entonces oposición, ganara la mayoría de las diputaciones para vigilar el manejo escrupuloso de los recursos públicos del estado por parte del gobierno estatal, en verdad creímos que llegando estos legisladores, por fin tendríamos un Congreso local vigilante y fiscalizador del gasto público, y que se plegarían a las ansias populares que clamaban un manejo transparente de nuestros dineros, pero tristemente nos damos cuenta que no ha sido así.

En efecto, después de enterarnos de la votación que hubo en el Congreso estatal y los razonamientos de los diputados para emitir en un sentido o en otro, su decisión sobre la aprobación de la cuenta pública del gobierno del estado, sale a recorrer los pasillos y curules del Congreso local el fantasma de los cañonazos, ya no de 50 mil pesos como en los tiempos del general Álvaro Obregón, sino de 400 mil, más o menos, según sea el peso político de cada diputado, atendiendo entonces, ya no al pueblo que se representa, sino a los intereses del partido político que los postuló o a los intereses particulares.

A nuestros diputados se les olvida que una vez electos se deben al pueblo, al conglomerado de personas que les dio su confianza para que representaran esa parte de soberanía popular, en uno de los tres poderes en que éste se divide para su ejercicio, despojándose de actitudes partidistas, y que su labor entonces, dentro de otras, es la de fungir como contrapeso a los posibles excesos del otro poder, que es el Ejecutivo.

Y precisamente, uno de los ejercicios de los diputados como representantes populares, no de partidos, es el de fiscalizar y vigilar el gasto público que ejerce el Ejecutivo, de manera técnica y política, exigiendo todos los elementos necesarios para su estudio y análisis, para después de ello emitir su voto, a favor o en contra, según el resultado del estudio que se haya hecho.

Sin embargo, en los reportes de los diarios, y en esto El Sur ha tenido mucho que ver porque es el único que le ha dado la importancia debida a la aprobación de la cuenta pública, nos damos cuenta que las razones de los diputados para emitir sus votos no son derivadas del estudio y análisis de la misma, sino de complicidad, caso de los diputados del PRI, Convergencia y PVEM, de imposiciones de sus coordinadores de bancada, caso de los diputados del PAN, o de argumentos simplistas como el de “para ser  congruentes con su partido y evitar divisiones”, del diputado David Jiménez Rumbo, del PRD, que incluso de manera frívola, critica el trabajo de la única diputada que se preocupa en analizar la forma en que se gastaron nuestros recursos; es decir, los razonamientos que esgrimen nuestros diputados locales para emitir sus votos en asuntos trascendentes no se basan en un estudio y análisis serio del problema, sino en circunstancias políticas coyunturales, que dejan en un estado de indefensión a sus representados, y que hacen perder la poca confianza que se les tiene como representantes populares.

Es lamentable que nuestros diputados locales no se porten a la altura de los reclamos de la sociedad, que exige transparencia y buen uso de los recursos públicos, que únicamente se puede lograr, con un trabajo serio y responsable de nuestros mandatarios populares, trabajo serio, responsable y honesto que al parecer sólo están realizando las diputadas Gloria María Sierra López y Yolanda Villaseñor Landa, a quienes desde aquí se les reconoce el cumplimiento de su obligación.

 Atentamente
Licenciado Porfirio Daza Rodríguez

468 ad