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En Cacahuatepec, opinión dividida sobre la construcción de La Parota

 * Las obras que comenzaron, con un campamento instalado con 200 trabajadores, son para elaborar los estudios preliminares de impacto ambiental y determinar la factibilidad, explica el representante Carlos Pérez Aguirre  

Karina Contreras * Los comuneros de Cacahuatepec, municipio de Acapulco, están divididos: unos aceptan el proyecto de la presa hidroeléctrica La Parota que pretende construir la CFE, y otros, que son mayoría, prefieren que se la lleven a otro estado.

Este sábado cerca de 200 comuneros se reunieron en la comisaría de Cacahuatepec para acordar las medidas a seguir ante el proyecto de la presa La Parota. Se planteó el problema de la entrega de documentación del anterior comisario como los planos de los Bienes Comunales de Cacahuatepec, que consideran importantes “para la lucha contra la CFE”, dijo un campesino.

Después de la reunión interna, el coordinador del proyecto de la CFE, Carlos Pérez Aguirre, dio a conocer  de forma oficial el megaproyecto de La Parota.

La mayoría de los comuneros manifestaron su rechazo al mega proyecto de la CFE, y alegaron que eso ya lo habían discutido en una asamblea del 25 de mayo y la postura ya había sido fijada: “que no se haga el proyecto”.

El comisario de Cacahuatepec, Crecencio Jerónimo Aparicio, insistía que nada se haría si no no es decisión de la asamblea.

Un campesino señaló que no querían líder que anduviera negociando con la CFE. Luego manifestó, en referencia a los trabajos que ya comenzaron para las obras de la presa, que no se ha llegado a un acuerdo en concreto con la CFE, por lo que esta empresa no tiene porque haberse metido sin permiso a abrir las brechas en las tierras de los campesinos, quienes son los dueños.

Otros comuneros informaron que la CFE está sacando carros de grava y arena sin permisos del río Papagayo, y que además ya se han instalado campamentos presuntamente para las obras de construcción de la presa.

A la una de la tarde llegaron los representantes de la CFE: Carlos Pérez Aguirre y sus colaboradores.

A los campesinos les fue presentado el proyecto con imágenes de diapositivas. En aproximadamente 10 minutos uno de los ingenieros explicó en términos generales lo que sería la presa.

Dijo que se afectarán casi 14 mil hectáreas que pertenecen a 21 comunidades, 17 ejidos y una propiedad privada; que se hacen estudios arqueológicos y culturales para no dañar la historia; que los afectados forman parte de los municipios de Acapulco, San Marcos, Juan R. Escudero y otros dos que antes no eran mencionados: la comunidad de Dos Caminos, en Chilpancingo y Tecoanapa.

El funcionario de la CFE advirtió que pueden resultar otras comunidades afectadas además de las que han sido mencionadas.

Ya en el tema de las propuestas explicó que la CFE  ofrece la construcción de casas con el material que pidan los afectados y en los mismos metros que sus viviendas actuales.

Les ofrece trabajo, pero sólo por cinco años, mientras dura la construcción de la costosa obra, y proyectos productivos como la producción de teja y tabique.

Terminado la exposición del proyecto, los comuneros se salieron de la comisaría y bajo de una ceiba se reunieron con Carlos Pérez Aguirre, a quien inmediatamente un campesino le dijo que no están de acuerdo con el proyecto.

El funcionario aclaró que esa reunión era sólo informativa y dijo que no llevaba ninguna propuesta.

Le reclamaron por la instalación de campamentos de la CFE y el inicio de los trabajos para la presa, sin que los campesinos hayan aceptado aún el proyecto.

Pérez Aguirre respondió que el movimiento de unos 200 trabajadores se debe que se están llevando a cabo los estudios de impacto ambiental por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional, así como los estudios sismológicos.

Luego dijo que todavía no está definido si la construcción de la presa se llevará a cabo en Guerrero, y que esto se verá en noviembre, cuando se entreguen los resultados de todos los estudios para ver la factibilidad. Reveló que en otras cinco cuencas hidráulicas de otros estados se están haciendo estudios similares.

Aclaró que la CFE tiene permisos de la Comisión Nacional del Agua (CNA) y de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para llevar a cabo los estudios preliminares.

La explicación del funcionario no dejó satisfechos a los comuneros quienes exigieron que la CFE respete a los campesinos. Uno de ellos manifestó que no se oponen al desarrollo pero no ven claros los beneficios para Cacahuatepec. “No se puede sacrificar la tierra a cambio de nada”, señaló.

Mientras que otro dijo que en las propiedades mandan ellos y que los trabajadores de la CFE no tienen porque pasar sin permiso. Finalmente dijo que no está de acuerdo con el proyecto.

Al término de la reunión y en conversación con la reportera, Francisco Cortés, de la comunidad de El Bejuco, se mostró confiado en que dicha obra traerá beneficios a los campesinos y que se debe permitir. Este comentario generó que otros le manifestaran que no sabía lo que decía.

Otros aprobaron el proyecto de la presa La Parota, aunque no lo externaron abiertamente en la asamblea, para evitar confrontaciones con el resto de los comuneros. Pero al ser consultados de manera individual manifestaron a la reportera su aceptación del proyecto, siempre y que se indemnice a los afectados de manera justa.

En la reunión del sábado, los comuneros expresaron su sentir por la posible construcción de la presa La Parota, que a muchos de ellos podrían beneficiar mientras que a otros les quitaría la tierra en donde han estado toda su vida.

Cacahuatepec se encuentra a más de dos horas de la ciudad de Acapulco, y se llega por un camino que en épocas de lluvia está lleno de lodo y poco transitable. Posteriormente se cruza en una canoa que cobra 3 pesos por persona.

Hasta allí, llegó Maurilio García Vázquez, del pueblo de Arroyo Verde, el cual de llevarse a cabo la presa desaparecerá completamente.

Sentado en la raíz de la ceiba y acariciando su machete, dijo que a él sólo muerto lo sacarán de Arroyo Verde.

Dijo que tiene 53 años y que desde los 9 trabaja el campo. Manifestó que posee cerca de 50 hectáreas en donde tiene cerca de 500 animales, entre chivos, gallinas y marranos.

Dijo que cómo pretende la CFE que viva en una hectárea y en una casa de palomas, cuando tiene 28 hijos y 84 nietos que lo visitan todos los domingos.

Opinó que es mejor que la Comisión se lleve el proyecto a otro lado y que a los campesinos los deje en paz.

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