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Jaime Castrejón Diez

 Transición incompleta

 Es una entrevista reciente el ex canciller Jorge Castañeda expresó que la transición de Fox es incompleta porque se centró en las reformas estructurales que le fueron bloqueadas por el Poder Legislativo y no buscó otras alternativas. Dijo que a pesar de ello puede seguir abriendo camino a la transición con reformas institucionales, entre lo que enumeró la reelección de diputado s y las iniciativas populares de referéndum y plebiscito a lo que yo agregaría la elaboración de una agenda nacional. Con que lograra esto, serviría a la causa de la transición y sería recordado, además de por haber sacado al PRI de Los Pinos, y que fue capaz de abrir brecha para la transición.

Si vemos otros ejemplos de transición podemos asomarnos a las realidades de estos procesos. En la transición española el presidente Suárez fue consciente de que habría, por necesidad, un periodo de adaptación donde se estructuran las instituciones que abrirían el camino al cambio después. Esto es, que Suárez no fue por todas las canicas, se dio cuenta de que tenía una misión en el desarrollo de España y que su papel histórico era el de iniciar la apertura haciendo a un lado vanidades y prejuicios partidistas, reconoció su papel y aceptó su realidad. Este es un caso interesante, no cuidó el “perfil” sino que con realismo le dejó la mesa puesta a su sucesor.

El caso de Polonia también es ilustrativo, Walessa era un héroe popular, con su sindicato “solidaridad” había iniciado la lucha democrática y, lo más importante, había revivido la conciencia cívica de su país. Con aquella lucha había roto el aparato monolítico comunista y sabía que el cambio era inevitable. Cuando ganó la Presidencia de Polonia la había logrado apoyándose en base a la popularidad acumulada en aquellas batallas y apoyado en la conciencia cívica que había despertado. El sabía que esa fue la razón por las que ganó las elecciones. Cuando comenzó a gobernar se dio cuenta que el complejo aparato no se podía mover con la velocidad de sus deseos. Tuvo que aceptar que los cambios no llegan solos y también que había que hacer evolucionar a las instituciones para que se adaptaran al mundo nuevo al que Polonia debía de entrar. Su popularidad se fue erosionando, pero los que lo siguieron pudieron impulsar al país a una nueva etapa. Pasar de héroe carismático a constructor de instituciones no debe haber sido fácil ni gratificante. Pero ahora es interesante ver que después de tantos años Polonia esté a punto de ingresar a la Unión Europea.

¿Cuál es el caso mexicano? Hubo una alternancia en el poder, con un candidato fuerte, el presidente Fox, que logró desplazar al PRI de la Presidencia, lo que no es poca cosa, fue toda una hazaña. Pero luego de la victoria política había que gobernar. Con el mismo ímpetu de la campaña se lanzó a transformar el país y durante tres años se fue tras las reformas estructurales. Lo que sucedió era de esperarse, sin experiencia real y sin mayoría en las cámaras el bloqueo no solo era predecible, sino inevitable; como en los otros casos su prestigio ha empezado a erosionarse. Lo grave es que el tiempo se le viene encima y sin resultados la posibilidad de una regresión o un caos provocado por la falta de gobernabilidad puede ser una triste herencia.

En este impasse se ha ido ya la mitad del periodo presidencial y es dudoso que las elecciones le vayan a dar al presidente la ansiada mayoría. También se debe entender que el presidente no quiere pasar a la historia solamente por haber derrotado al PRI, por lo que tendrá que buscar él y sus colaboradores nuevos caminos para que esta presidencia no pase a la memoria colectiva como una administración gris o por lo menos incolora. Los triunfos electorales no son garantía de pasar a la historia como un buen gobierno, se requiere dejar huella a su paso y que la transformación sea real, no solamente retórica.

Aún hay tiempo para crear las vías institucionales para el cambio necesario. Tal vez no sean las acciones espectaculares que se planearon en el mismo inicio, pero puede ser la forma de dejar condiciones fuertes para un cambio futuro.

Tres escenarios que se le presentan al presidente Fox como alternativas: el de la marcha triunfal, el de constructor de un cambio futuro o el de la administración gris: el más posible es el segundo. Tanto en política como el psicología lo importante es conocer su propia realidad y actuar sobre esa base.

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