Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Prevalece la estrategia nacional en las campañas, de poco interés ciudadano

 * Busca el PRI formas de hacer política en la oposición * El PRD en Acapulco cuida su ventaja que sitúa en más de 20 puntos * El PAN espera remontar las votaciones más bajas del país * En los siguientes 15 días espera Convergencia alcanzar al PRD

 Aurelio Peláez * En cuenta de los partidos, en la elección intermedia de diputados federales hay una baja del interés ciudadano por las campañas y por ir a votar. No obstante, de la representación que tengan en la Cámara de Diputados dependerán sus posibilidades de llegar en condiciones de fuerza a la elección de presidente de la República, en el 2006. Por ello, poco margen se ha dado para las variantes en la organización local de las campañas en aras de una estrategia nacional.

El PRI le ha apostado a reactivar su estructura por seccionales y por sectores; a reorganizarla en el caso del municipio de Acapulco y a recordarle que ese partido es con el que nacieron las instituciones de servicio público (el PRI está de tu lado).

El PRD, a mantener su base de promotores del voto, ahora llamadas Brigadas de la Esperanza y a reiterar que el cambio no se ha dado con Fox (Es tiempo de la esperanza; de las mujeres; de los jóvenes, etc…).

El PAN, más ajustado a la línea de su dirigencia nacional, basa su estrategia en pedir el voto asociándolo a continuar las obras del presidente Vicente Fox.

Convergencia, partido emergente en Guerrero, manejó una campaña buscando diferenciarse de los partidos “tradicionales” y con una estructura de promoción al voto similar a la del PRD, las Brigadas Naranjas.

En el mercado de la oferta de once partidos políticos, México Posible apareció en el escenario electoral a partir de criticar la posición de un sector de obispos del país, llamando a no votar por partidos que promuevan el matrimonio entre homosexuales. También partido reciente, habrá que ver si esa decisión le reditúa votos suficientes para alcanzar el registro.

“Todavía me acuerdo del PRI”

Acapulco es un centro de atención particular para el PRI. Aquí desde 1997 este partido en lo electoral prácticamente no ve una, e incluso en la primera rebatinga por las candidaturas, las principales figuras y grupos se desatendieron de ocupar los dos distritos en liza.

En la contienda por la candidatura participaron cuadros políticos hasta entonces no tan protagónicos. Los candidatos fueron Margarita Nava Muñoz, por el distrito 09, una profesora más con actividad sindical que partidista, y el notario Jorge Ochoa Jiménez, que sin grupo propio interno, se había quedado al filo de las candidaturas en años anteriores.

El manejo de la elección interna se asignó al senador Héctor Vicario Castrejón, quien después fue nombrado coordinador de las campañas priístas.

Una primera lectura era que el PRI, ante un escenario perdedor, dejaba a sus bases elegir a sus candidatos y se fortalecería en otras plazas. Se hablaba de una desventaja de hasta 20 puntos con respecto al PRD.

No obstante, Héctor Vicario, un político que provoca ámpulas en el PRD, tomó la plaza y empezó a debatir con las principales cabezas del perredismo (Ramón Sosamontes, el enviado del CEN, Martín Mora, el dirigente estatal del PRD, y el presidente municipal Alberto López Rosas). Aunque le tocó lo suyo, el protagonismo de Vicario en los medios volvió a meter al PRI al debate.

“Había que asumirnos como oposición que somos en Acapulco y criticar con severidad lo que estén haciendo mal quienes dirigen el ayuntamiento. (En los dos meses y medio como coordinador de campaña) sencillamente damos respuesta a todo aquello que se manejaba con perversidad, hoy damos respuesta a la prepotencia del perredismo que se escuda en acciones demagógicas”.

Vicario estuvo a cargo en esta campaña de la organización de la estructura electoral priísta. Las campañas las tomaron los propios candidatos. En un principio, cuenta en entrevista, su tarea fue buscar la unidad interna (como consecuencia de campañas pasadas, que provocó incluso algunas deserciones). Luego, la reorganización de la estructura electoral, con dirigentes seccionales, dos coordinadores de ruta por distrito local y promotores del voto.

–¿Por qué se dice que no se ve la presencia del PRI, porque antes era el partido de Estado?

–El partido de Estado es el PAN y en Acapulco el PRD. El PRI es la oposición. En Acapulco vemos incluso la injerencia del presidente municipal que mandó a sus funcionarios a apoyar las campañas del PRD”.

Acepta no obstante que la de ahora “es una campaña, la más corta que nosotros hemos vivido y hoy estamos tratando de cambiar las formas de hacer política, sobre todo aquellas actitudes que se veían de las grandes concentraciones, que muchas veces molestaban a la ciudadanía. Hoy la estrategia es diferente, es ir casa por casa, tocar puerta por puerta y sobre todo actuar con sencillez, con humildad, recobrando los orígenes del PRI, y siendo un partido que respete la voluntad de la ciudadanía. Hoy nos hemos constituido como un partido que esencialmente volvamos a nuestros orígenes y que seamos un partido sensible a la demanda ciudadana”.

–¿Qué tanta autonomía tienen localmente en esta campaña?

–Tenemos plena autonomía y la presencia mía en Acapulco significa devolverle a la militancia la preponderancia y el protagonismo que habían tenido en otros tiempos. Aquí definimos las estrategias. Hay un dicho que dice, “pa’ los toros del jaral los caballos de ahí mismo”. Nosotros no hemos traído a nadie de fuera para que venga a sustituir a los políticos de Acapulco.

En este proceso, partidos como Convergencia y el PRD mantienen visualmente la misma cantidad de publicidad que el PRI. Según Vicario, “tenemos una propaganda razonable, la que no moleste a la ciudadanía porque también la contaminación visual muchas veces es en contra de nuestro partido. Tenemos propaganda en los medios de comunicación, en la televisión, en la prensa escrita, razonable en los puntos estratégicos de la ciudad, en los camiones y en coches y eso nos permite que la ciudadanía conozca quiénes son los candidatos del PRI, y que éstos digan cuál es la oferta política”.

No obstante, señaló que más que en la propaganda, “nosotros confiamos en la estrategia, en el trabajo del partido, en el trabajo que desarrollan nuestros candidatos, en la trayectoria política que han tenido y por supuesto en la propaganda de medios de comunicación”.

El PRI, aseguró el coordinador de la campaña priísta, “se adapta a las nuevas circunstancias que la sociedad quiere, que seamos un partido que esté en igualdad de circunstancias con los demás partidos. Aquella prepotencia que había en el comportamientos de nuestros actos son actitudes que habremos de erradicar, hoy vamos con modestia y apegándonos a lo que el IFE señala, que es el recurso que se debe de gastar, sin rebasar los topes de campaña”.

En el PRI, luego de cinco derrotas electorales consecutivas (dos de presidencia municipal, dos de diputado federal –una parcial, al recuperar un distrito, y la Presidencia de la República), hubo el abandono de sus instalaciones. Uno primer objetivo de la campaña, fue “dignificar nuestras instalaciones” e instalar las casas de campaña en el comité municipal. Esto aunque las reuniones de trabajo de Vicario se realizaron en un salón del hotel Aca Bay, que eran “esencialmente de evaluación interna. En el comité municipal no tendríamos la posibilidad de hacerlas porque son para definir estrategias y definir cada semana las acciones que se van a implementar. Las estrategias internas no se deben de publicitar sino hasta el momento de su aplicación”.

Un elemento constante en las campañas de los priístas ha sido su crítica al gobierno municipal perredista de Alberto López Rosas. “Ellos actúan con doble moral. El PRD y sus autoridades son un lobo con piel de oveja. Dicen que son el gobierno de la esperanza, pero de la esperanza de que no te asalten en las colonias populares, donde hay tanta pobreza”, dice Vicario. Acepta que ese diagnóstico del gobierno del PRD, “es un referente para las campañas.

Una de las campañas priístas que se han distinguido en el estado, es la de Jorge Ochoa, en el distrito 10. Distante de lo aparatoso de otros procesos, entre otras porque el PRI ya no es el partido de otros tiempos, Ochoa se dio a los recorridos de calle, apoyado por dos jingles en donde en uno, apoyado en una versión de Factoría, se alude con nostalgia al partido que dejó el poder: “Todavía me acuerdo del PRI…”. El otro es una versión de A quien le importa, de Alaska, que actualizó Thalía: “A quién le importa lo que otros hagan,/ a quién le importa lo que otros digan,/ yo soy del PRI, nunca cambiaré,/ y así seguiré…”.

Son los tiempos del PRI en la oposición.

El PRD y las campañas “de la esperanza”

Guerrero es para el PRD una de sus plazas electorales fuertes. Acapulco es considerado además una de las seguras. Aquí en 1997 ganó las dos diputaciones federales, y en 1999 con Félix Salgado como candidato a gobernador, obtuvo su votación más alta, 141 mil votos, aún cuando éste perdió la gubernatura en febrero de ese año. En el año 2000 ganó la diputación federal en el distrito 10, y perdió la del 09, ante el priísta Ernesto Rodríguez Escalona. En octubre del 2002 el perredismo se alzó con las siete diputaciones locales y retuvo la Presidencia Municipal con su candidato Alberto López Rosas, quien recibió 121 mil votos.

Quizá por ello el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) decidió asumir el manejo del proceso de selección de candidatos en este municipio, no recurrir a la elección interna y definir las candidaturas por encuesta, como se hizo meses antes para la Presidencia Municipal. El proceso provocó inconformidades, sobre todo porque la dirigencia nacional decidió aplicar aquí el criterio de candidaturas de género, y cubrir la cuota de mujeres, designando a Rosario Herrera por el distrito 09, e Irma Figueroa, por el 10.

El CEN envió al chilpancinguense Ramón Sosamontes Herreramoro, secretario de Alianzas y Relaciones Políticas, para hacerse cargo de las campañas perredistas en Guerrero, quien ocupó casi todo el mes de abril en defender el criterio de selección de candidatos en los dos distritos de Acapulco y en el de Costa Grande, el 03. Al final, no logró la incorporación a la campaña de la mayoría de los inconformes, y hubo una renuncia, la del ex precandidato en el distrito 10, Leopoldo Calderón Caballero, quien se fue al partido Convergencia.

Por ello, quizá el saldo del trabajo de Sosamontes fue nimio en cuestión de desprendimientos de priístas a las campañas del PRD, como se ha dado en este proceso. En Guerrero sólo se dio el del ex precandidato del PRI a la alcaldía de Taxco, Manuel Saidi Pratt, hace dos semanas, quien es ahora coordinador de la campaña perredista en el distrito 04.

Otra variante de las campañas perredistas ha sido su alianza con candidatos de la sociedad civil. Por este criterio invitó a participar a Irma Figueroa en el distrito 10, aunque es en los hechos apoyada por la grupo perredista Movimiento Ciudadano de Acapulco (MCA), de Alberto López Rosas, y a Zeferino Torreblanca Galindo, colocado en el primer lugar de la planilla de candidatos a diputados plurinominales por la quinta circunscripción.

La estrategia ha funcionado a medias, pues en tanto Irma Figueroa sólo ha hecho campaña apoyada en grupos perredistas, el trabajo político de Zeferino Torreblanca por todo el estado ha sido criticado principalmente por el grupo del senador Armando Chavarría, señalando que tiene como fin adelantar la precampaña por la candidatura a la gubernatura.

El PRD también ha actualizado su programa de promotores del voto. Las Brigadas del Sol de otros procesos se llaman ahora Brigadas de la Esperanza, retomando la frase de campaña del exitoso jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, de La Ciudad de la Esperanza.

Los lemas de campaña, definidos por el CEN, son “Es tiempo de la Esperanza… de los Jóvenes… de las Mujeres… de los Adultos Mayores, etc…”.

La presidenta del PRD en Acapulco, Beatriz González Hurtado, explica que en el PRD se dejó a las candidatas armar sus equipos de campaña, y que fueron apoyadas por la estructura electoral del partido, que consta de cien comités de base por distrito. Además, el partido asumió la integración de las Brigadas de la Esperanza, unos cien por distrito. Voluntarios, dice, no han faltado pese a que varios grupos se retiraron de las campañas, inconformes con el proceso de designación de las candidaturas. Tampoco hay pago, “les damos para sus pasajes”, cuenta Beatriz González, aunque no precisó cuánto.

En el municipio, la estructura electoral está a cargo de Maribel Ramírez, quien se reúne cada semana con los coordinadores de campaña de las candidatas, y los Representantes Generales (RG), para evaluar las campañas, y preparar a los representantes de casilla el día de la elección. A pesar de que el PRD es gobierno municipal, los perredistas volverán a crear Brigadas Cazamapaches para los días previos a la elección, y durante la jornada electoral misma.

En la cuestión de propaganda y publicidad, el manejo corrió a cargo de Ramón Sosamontes, quien también determinó uno de los principales lineamientos de campaña, no debatir con los candidatos de otros partidos. Esto, “por el costo negativo” que ha tenido en las campañas perredistas este tipo de encuentros, cuenta Beatriz González. Según ha explicado Sosamontes a los dirigentes y a las candidatas, para el PRD ha sido negativo el manejo que se hace del posdebate.

Otro elemento que se maneja en corto, es que no hay ningún motivo para exponer a las candidatas perredistas en un debate, y poner en riesgo la ventaja, dicen, de más de 20 puntos que llevan sobre los candidatos del PRI.

Así, poco margen han tenido las candidatas para individualizar sus campañas, quienes han recibido su propaganda –plásticos, trípticos, playeras y posters– directamente del CEN, que llegó algo tardía, reconoce González Hurtado. Así, los 350 mil pesos que se dijo se iba a dar a cada candidato a diputado, llegaron en especie, y las campañas funcionan con recursos conseguidos por los propios comités de financiamiento de las candidatas.

Pese a ello, la dirigente perredista confió en que su partido gane las dos diputaciones federales en este municipio, y explica que ello se debe al respaldo que han tenido de dos gobiernos consecutivos del PRD.

PAN, ¿de la mano de Fox?

En el Partido Acción Nacional (PAN), hay optimismo de remontar por fin en esta elección de diputados federales de los últimos lugares. Sus referentes electorales cercanos no son positivos. En la elección de gobernador de 1999, apenas pudo lograr el 3 por ciento de la votación. En Acapulco, en la elección de presidente municipal de octubre de 1999, fueron en coalición de facto con el PRD, pero en el proceso de octubre del 2002 apenas consiguieron el 2 por ciento de la votación.

No obstante, en esta misma elección local pasada el partido se situó en el 9 por ciento de la preferencia electoral, en base al programa de candidaturas desarrollado por el presidente de la delegación estatal, Francisco Rodríguez Otero, quien abrió la puerta a priístas inconformes con su proceso de elección interno. El PAN ganó cinco municipios, pero es un crecimiento que está por ver si se consolida, sobre todo porque ahora compite mayoritariamente con candidatos propios.

Rodríguez Otero fue cercano al PRI, y estuvo como coordinador de Transportes en la campaña a la alcaldía priísta de Ernesto Rodríguez Escalona en 1999. Antes, fue director de Saneamiento Básico en la alcaldía de Juan Salgado Tenorio. De familia de transportistas ligados al PRI, se acercó al PAN en el 2000, en la campaña presidencial de Vicente Fox. Se integró al PAN en el 2002, y al año siguiente fue designado dirigente. Su falta de origen panista no ha chocado ahora con el panismo tradicional, quienes le han dejado hacer, e incluso han pasado por alto su cercanía con el gobernador priísta René Juárez.

Responsable de la organización de la estructura electoral panista, Carlos Millán Sánchez, el secretario general del partido en el estado, dice que “si en la elección pasada (de octubre del 2002) obtuvimos el 10 por ciento de la votación, ahora nuestra meta es el 22 por ciento”.

Explica que la campaña se maneja a partir de un Comité Estratégico estatal, que integra a los comités similares de los candidatos. La campaña es asesorada entre otros, por Hervey Espinosa, enviado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), y Rosa María Calderón, coordinadora de la quinta circunscripción electoral. La imagen y discurso de los candidatos en campaña, también reciben la asesoría del secretario de Asuntos Electorales del CEN, Enrique Navarro.

Aunque el lema y discurso de los candidatos ha empezado con un: Quítale el freno al cambio, en alusión a pedir una mayoría legislativa para el presidente Vicente Fox, Carlos Millán asegura que “nosotros no estamos colgados a la imagen de Fox; a la imagen del presidente está más colgado el gobernador René Juárez, con el manejo de los recursos federales. El PRD también se colgó a la imagen de Andrés Manuel López Obrador, con sus campañas de La Esperanza.

El dirigente panista sostiene el lema principal de la campaña es Lo que nos mueve es México, y que en Guerrero, cada candidato le ha dado a su campaña variantes locales, y ha tenido margen para realizar publicidad propia, aunque cuentan cada uno con un presupuesto limitado para ello, de 50 mil pesos.

A Carlos Millán le despiertan optimismo tres campañas, por su particularidad. La del distrito 06 con cabecera en Tlapa, donde la candidata es Ruperta Yetli, mujer tlapaneca, que ha logrado atraer simpatías en La Montaña a su campaña. La otra es la de Alejandro Martínez Sidney, un candidato “de la sociedad civil”, quien dijo, ha llegado a niveles de preferencia, según las encuestas panistas, arriba de los 20 puntos. “Ha tenido una aceptación increíble”. Destacó además la de Angel Pasta, en el distrito 09, quien hace cuatro años fue candidato a gobernador.

El dirigente panista describe no obstante lo que ha sido la campaña en Acapulco: “El alcalde Alberto López Rosas apoya abiertamente la candidatura de la candidata del PRD, Irma Figueroa, en el distrito 10; Luis Walton (el candidato de Convergencia) está realizando un gasto excesivo en esta campaña; el PRI ya está regalando dádivas en Acapulco, pero sobre todo en las zonas más pobres del estado, como Acapulco y La Montaña van a comprar el voto de la gente”. Con todo, confía en el crecimiento del PAN, que tiene en Guerrero una de sus votaciones más bajas en el país.

El segundo aire de Convergencia, también con Walton

El partido Convergencia, fundado apenas hace un año, ha tenido que trabajar primero para ser reconocido por la gente. Comenzó por destacar el águila como símbolo del partido; luego, a simplificar el nombre, que antes era de Partido Convergencia por la Democracia, a simplemente Convergencia. Ahora, nacionalmente, la campaña fue asociada al color naranja, de su emblema, y así es el eslogan de las campañas publicitarias del partido. No obstante, en Guerrero, este partido es asociado a su fundador, el empresario Luis Walton, quien tiene en Acapulco su plaza electoral más fuerte, y en donde se situó en tercera fuerza política, por arriba del PAN.

En la contienda electoral pasada Convergencia se conformó principalmente por ex priístas que siguieron a Walton, luego de que renunció al PRI tras la precampaña por la candidatura a la Presidencia Municipal de Acapulco. En ese lapso, panistas y perredistas disidentes de sus procesos internos, pasaron a Convergencia.

Para esta contienda a la diputación federal Convergencia se benefició de deserciones de partidos tradicionales. Llegó el ex subsecretario de Gobierno, el ex priísta Francisco Abarca Escamilla, ahora candidato a diputado federal por el distrito 03 de Costa Grande, y Leopoldo Calderón Caballero, ex precandidato del PRD en el distrito 10, entre otros. También María de los Angeles Nava Rojas, candidata en el distrito 09, quien fue secretaria de Protección y Vialidad en el gobierno de Zeferino Torreblanca, quien llegó por el PRD, y antes secretaria de la Mujer, en el gobierno de José Francisco Ruiz Massieu, y coordinadora estatal de Seguridad, en el de Angel Aguirre.

Sobre todo en Acapulco, su estructura de campaña es similar a la del PRD, en particular con sus promotores del voto, las Brigadas Naranjas. Estas están a cargo de la ex diputada local de ese partido, Amalia Tornés Talavera, aunque en su formación participó el ex director de la Facultad de Matemática de la UAG, de la corriente de los decembrinos, Efrén Marmolejo. En el distrito 10, donde compite Walton, hay unos cien de estos brigadistas.

Juan Larequi Radilla, dirigente del comité municipal de Convergencia, explicó que a nivel nacional, la campaña del partido naranja es presentarse como la nueva opción ante los partidos tradicionales.

En Acapulco, no obstante, la campaña cuenta con el respaldo que tiene la campaña de Walton, que prácticamente no paró desde que contendió por la Presidencia Municipal. Incluso, una parte de la publicidad de esta campaña fue la que no se retiró de la anterior, como una media docena de anuncios espectaculares.

A diferencia de otros partidos, Convergencia en Guerrero tuvo mayor posibilidad de realizar campañas de publicidad propia. Los spots de radio y televisión de Walton, por ejemplo, fueron contratados con la empresa Musicastil, de Jorge García Castil, quien trabajó en edición de la publicidad del malogrado candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio.

Para Juan Larequi, los candidatos de Convergencia, que iniciaron con un colchón de votos del 10 por ciento, están en posibilidades de alcanzar a los del PRD, y aún de ganar la elección de diputados federales. Confía que estos últimos 15 días sean de definición del electorado, “que va a optar por una nueva forma de tomar partido”.

Otra campaña emergente es la del partido México Posible, formado apenas hace seis meses con deserciones del PRD y universitarios cercanos a ese partido. Lo dirige en la entidad

México Posible y los conflictos de la fe

Rogelio Ortega, ex candidato a rector de la UAG, quien rompió con la corriente MDS, en donde compartía liderazgo con el senador perredista Armando Chavarría, luego de que éste definiera que el candidato del grupo sería Nelson Valle.

Candidato a diputado en el distrito 10 es el profesor universitario Rafael Trejo Moreno, quien se distanció del PRD después de que en ese partido se cancelara el proceso para elegir candidatos a regidores y síndicos, y la planilla que acompañaría a Alberto López Rosas la decidieran las corrientes. Trejo aspiraba a una sindicatura, que López Rosas asignó al ex rector de la UAG, Marcial Rodríguez Saldaña.

En esta campaña, el partido tuvo su momento de protagonismo luego de que su dirigencia nacional presentara una demanda, por posibles delitos electorales, contra obispos del país que públicamente llamaron a la feligresía a no votar por partidos que respalden la despenalización del aborto o el matrimonio entre homosexuales y lesbianas.

Fuera de eso, México Posible no logró colocar en la agenda política sus temas de campaña, en parte por su limitación de recursos económicos. Habrá que ver si ese debate con la jerarquía católica, que se extendió a Guerrero, porque uno de los acusados fue el arzobispo de Acapulco, Felipe Aguire Franco, le da réditos electorales, sobre todo de aquellos sectores que han luchado en pro de la tolerancia religiosa y las libertades sexuales.

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