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Ponen fin al arraigo y exoneran a los dos judiciales acusados de matar al molinero

 * Se retractó el testigo que los incriminaba, informa el director de Asuntos Especiales de la PGJE, Fernando Monreal * El agente Sulpicio López señala a familiares de un secuestrador que es sobrino del ex comandante prófugo Víctor Castro Valente

 Alfredo Mondragón * Dos agentes de la Policía Judicial del Estado (PJE) arraigados durante 30 días por estar acusados del asesinato del industrial de la masa Félix Alfredo Bello Navarrete, ejecutado por presuntos narcotraficantes de cinco balazos en la cabeza la madrugada del 4 de mayo, ayer fueron liberados y exonerados.

El agente liberado Sulpicio López Lozano dijo que su detención fue “un complot de la delincuencia organizada debido a que los deudos son familiares del secuestrador Juan Carlos Miranda Castro, sobrino del ex comandante fugitivo Víctor Castro Valente, ambos ex judiciales acusados de secuestros”.

Los ex comandantes de la PJE Víctor Castro Valente y Fortunato Zamora Paz, y el ex jefe de grupo Juan Carlos Miranda Castro, enfrentan una orden de aprehensión girada por la juez cuarto de lo penal, Leonor Arroyo Mojica, por el delito de secuestro en agravio del comerciante de Tixtla José Rodríguez Román, ocurrido el 6 de julio del 2000, quien hasta la fecha continúa desaparecido, dijo el liberado.

Entrevistado al término de su arraigo, Sulpicio López también acusó al agente del Ministerio Público de la colonia Jardín Azteca, Mario López Dorantes, de “corrupción”, por haber recibido la declaración de “un testigo comprado”, e indicó que sus abogados analizan una posible contrademanda.

En tanto, el agente Francisco Martín Vértiz Lara agradeció que “se imponga la razón y que prevalezca la justicia y el estado de derecho, aun para los humildes como nosotros”, y al procurador de Justicia, Jesús Ramírez Guerrero, por permitirles defenderse.

Vértiz Lara envió “un mensaje a los ricos: que sepan que la Judicial trabaja en bien del pueblo, con el pueblo, para el pueblo y la justicia”.

El director general de Asuntos Especiales de la PGJE, Fernando Monreal Leyva, en conferencia de prensa dijo que los agentes fueron liberados y exonerados del asesinato, porque el día del crimen, Sulpicio López custodiaba al entonces arraigado Rogelio Gómez Torrescano en la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio.

El otro agente, Martín Vértiz Lara, el día del asesinato estaba de guardia en la comandancia de la PJE del sector Jardín, agregó Monreal Leyva.

Pero lo más importante, destacó el funcionario, es que el testigo de calidad de la señora Adela Navarrete Salas, madre de la víctima, el taxista Eddie Ramírez García, se retractó y reveló a las autoridades que le pagaron cuatro mil 500 pesos para acusar a los dos policías de haber participado en el asesinato.

Adela Navarrete y la viuda Claudia Sotelo Toledo, en una carta enviada al procurador Jesús Ramírez Guerrero, dijo que contrató dos investigadores privados, quienes hallaron que el crimen de su hijo se perpetró en una casa donde se vende droga de la colonia Jardín, y que habían participado los agentes judiciales liberados.

Sulpicio López y Vértiz Lara fueron arraigados el pasado 18 de mayo en las habitaciones 5 y 6 del hotel Villa Nirvana, ubicada en el corredor turístico de Pie de la Cuesta. Pero ayer por la tarde el secretario de Acuerdos del juzgado quinto, Vicente Guerrero Ramos, levantó el arraigo y fueron liberados.

El testigo de los deudos, el taxista Eddie Ramírez, solicitó a la Procuraduría de Justicia “protección y auxilio”, pues la madre del molinero y cuatro hombres lo amenazaron de muerte porque se retractó de su acusación contra los judiciales, y dijo que incluso le pidieron que regresara el dinero.

Tras obtener su libertad, Sulpicio López solicitó al procurador Jesús Ramírez Guerrero “vea qué hacer con el agente del MP Mario López Dorantes, corrupto; no debe estar en la corporación porque mancha su papel y el de los agentes”.

En tono molesto, Sulpicio López consideró que su detención se explica porque “las agraviadas, Adela Navarrete y Claudia Sotelo, tienen parentesco con Juan Carlos Miranda Castro, a quien hemos perseguido porque tiene orden de aprehensión por secuestro, y ese es el coraje de ellos, porque en la Jardín no pudieron estar tranquilos mientras nosotros trabajamos”.

Alzó la voz y agregó que “nosotros mismos detuvimos a Agustín Miranda Castro, hermano del secuestrador, con una orden de aprehensión por robo a transeúntes, quitándole celulares y cinco mil pesos a una señora de 50 años; este es el complot que nos pusieron, y son los consejeros de la madre y la viuda”.

Luego dijo que el ex comandante prófugo Víctor Castro es tío de Juan Carlos y Agustín Miranda Castro, quienes enfrentan una orden de aprehensión junto con el ex comandante Fortunato Zamora Paz  por el secuestro del comerciante José Rodríguez Román.

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