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Hay apenas 24 viviendas construidas para los damnificados capitalinos a 10 meses de Manuel

Aún no concluyen los trabajos de aplanado para el terreno, no han sido trazadas las calles y el predio no cuenta con servicios, se constata en un recorrido

 

Anarsis Pacheco Pólito

Chilpancingo

A 10 meses de que la tormenta tropical Manuel, el terreno para los damnificados capitalinos, denominado por el gobierno federal como El Mirador, sólo cuenta con 24 viviendas armadas que no tienes ningún servicio básico.
Son 24 las viviendas que han sido trasladadas desde el estado de Hidalgo, donde está ubicada la fabrica que las ensambla a presión; y las que se han colocado en una parte del terreno que ya fue aplanado.
Durante una visita realizada este viernes, se pudo constatar que aún no concluyen los trabajos de aplanado para el terreno, y no han sido trazadas las calles.
En las 19 hectáreas de terreno, sólo se encuentran trabajando en 24 viviendas que están en obra negra, y en algunas de ellas se constató que hay cuarteaduras debido a que una grúa carga las piezas ensambladas para ajustarlas a un pequeño edificio de dos pisos.
Las viviendas son montadas una sobre otra, es decir, colocadas con el apoyo de una grúa. Cada hogar deberá cargar el peso de otra estructura similar.
Uno de los trabajadores que quiso hablar, aunque por temor no dio su nombre, explicó que las 24 viviendas fueron montadas con su propio sistema de drenaje y energía eléctrica, pese a que no cuentan con esos servicios porque el gobierno municipal “no ha hecho su trabajo”.
Los trabajadores confirmaron que el gobierno municipal no les ha notificado nada sobre el sistema de agua que habrá de abastecer a ese nuevo núcleo habitacional, por lo que las casas no tendrán agua hasta que las autoridades correspondientes instalen la toma que dotará del servicio.
Durante la visita que hizo este medio al lugar donde serán reubicados los damnificados, una persona que se dijo encargada de la obra prohibió el paso, supuestamente por órdenes de la delegación de la Sedatu.
Aunque cada vivienda cuenta también con el cableado de electricidad, tampoco hay una fuente de abastecimiento, es decir, no hay una plata que genere electricidad para las casas que ya fueron construidas, lo que también es una responsabilidad del Ayuntamiento.
En el núcleo de casas construidas hay piezas de las casas que fueron dañadas durante el ensamblaje, por lo que fueron retiradas y sustituidas, tal es el caso de bloques de concreto que serían utilizados como techo, pero que por un mal cálculo de la grúa fueron golpeados dejando daños evidentes.
El acuerdo de las autoridades fue que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) se haría cargo de la construcción de las viviendas, mientras que el gobierno municipal dotaría de los servicios básicos, pero a pesar de que la obra comenzó hace meses, no se ha avanzado.
Los trabajadores aseguraron que a las casas ya construidas sólo les hace falta pintura, revoque interior y detalles mínimos, pero no pueden ser habitadas porque carecen de los servicios básicos como energía eléctrica, agua potable y drenaje.
Está situación también los retrasa para concluir al cien por ciento las viviendas, pues antes deben corroborar que las instalaciones funcionan y en caso de que haber fallas tener el ?tiempo suficiente para realizar las correcciones necesarias.
Durante el periodo de protestas de los damnificados, el delegado de la Sedatu, Héctor Vicario Castrejón les había informado que para agosto entregaría las primeras 80 viviendas, de las mil 50 que conformarán la primera etapa de la reubicación.
En el terreno, donde no hay ningún árbol, se encuentra a 4 kilómetros de la última casa de Chilpancingo y no se cuenta con trasporte público, se han construido 24 casas en un lapso de 10 meses, sin llegar al 50 por ciento del total de viviendas que deberán ser entregadas el próximo mes, y donde no se pudo constatar que en los próximos 5 días se llegue a cumplir la meta de Sedatu.
El acceso al predio está en malas condiciones, pues todos los días pasa por ahí maquinaría pesada que se encarga de transportar el material requerido para las construcciones y sacar los escombros.
El predio se localiza al sur de la ciudad, fuera de la mancha urbana, por lo que llegar al lugar solo es posible en coche particular o en taxi, esta segunda opción representa un costo elevado, pues los taxistas pueden cobrar hasta cien pesos, toda vez que para regresar a Chilpancingo necesitan retornar hasta la caseta de cobro de Palo Blanco.

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