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Con 20 programas el gobierno de Brasil mantiene fuera de la miseria a 36 millones de personas

Michele Lessa, funcionaria del Ministerio de Desarrollo Social y Combate al Hambre, expone en Acapulco la experiencia brasileña

 

Karina Contreras

La directora ejecutiva de la Secretaría Nacional de la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) del Ministerio de Desarrollo Social y Combate al Hambre de Brasil, Michele Lessa, dijo que en ese país para combatir la pobreza hay un registro único de las familias y 20 diferentes programas con los que actualmente mantienen a 36 millones de personas fuera de la miseria.
La funcionaria brasileña dio una conferencia magistral en el segundo foro nacional Reforma del campo, soberanía alimentaria y derecho a la alimentación, que se lleva a cabo en el centro de convenciones Forum Mundo Imperial de Acapulco.
Habló de cómo en los últimos años Brasil ha ido combatiendo la pobreza, y de los programas que han implementado como el plan Bolsa Familia —similar al programa Oportunidades—, que mantiene a 36 millones de personas fuera de la miseria, por lo que es importante para el país.
Indicó que hay un enfoque y es que el Estado tiene el deber de salir a buscar a las familias en condiciones de marginación y garantizar el acceso a servicios básicos y alimentarios y no sólo esperar a que las familias lleguen a buscar la ayuda del gobierno.
Dijo que por eso se ha reducido en un 89 por ciento esta situación la miseria y el hambre.
Explicó que el plan Bolsa Familia hace una transferencia de recursos a las madres de familia con el compromiso de que los hijos acudan a la escuela y se sometan a estudios de salud, de peso y talla.
Explicó que ese programa tiene a 24 millones de familias, y que el Sistema de Seguridad Alimentaria y Nutricional engloba a 20 distintos programas en un solo padrón de beneficiaros porque es más sencillo tener un control y evitar algún tipo de cruce que no sea deseado.
La funcionaria brasileña dijo que antes de esto se realizó un mapeo de la pobreza en su país.
Eso derivó en un “mapeo de oportunidades, un cambio de enfoque”, dio, y agregó que como el foro en el que estaba se dieron muchos en su país, pues son importantes porque “hacen trascender a la agenda política las prioridades de la población; cada uno de los que estamos presentes estamos contribuyendo a lograr que la seguridad alimentaria permee en la agenda política; en Brasil nos tardamos 40 años en lograr que la necesidad del pueblo fuera traducida en políticas públicas”.
Añadió que también para hacer una realidad el combate contra el hambre fue “necesaria una readaptación en el marco legislativo que inició en el 2003 con un gran movimiento social que exigió  el cambio de la ley”.
Indicó que no nada más era asegurar el alimento, sino que éste fuera de calidad y que respetara la cultura y tradiciones, así como la sociodiversidad de cada región.
“Este concepto derivó en un concepto muy amplio de la sociedad civil, para el gobierno fue difícil conjuntar con todos los intereses, sin embargo se logró e incluso se modificó la Constitución en este afán de dar seguridad alimentaria en cantidad y calidad”, dijo Michele Lessa.
Explicó en su ponencia que la política nacional de seguridad alimentaría cuenta con ocho directrices básicas a través de las cuales se dan las estructuras de planeación y acciones del gobierno brasileño.
Además hay una conferencia nacional de seguridad alimentaria que se reúne cada cuatro años y reúne a dos mil personas, pero en el programa de preparación consulta a más de 75 mil personas. Explicó que el programa atiende a 43 millones de niños que reciben alimentación gratuita.
Agregó la funcionaria brasileña que es un programa apoyado no sólo por el gobierno sino por la legislación, donde para que sea sustentable se tiene que hacer compra de insumos  a los productores familiares.
Dijo que hay 3 mil millones de reales anuales para impulsar el programa, de los cuales mil millones de reales deben ser utilizados “obligatoriamente en la compra de productos de empresas familiares”. Indicó que con ello se da fortalecimiento a la agricultura familiar.
Indicó que ésta es tan importante para el gobierno que hay dos ministerios, el de la agricultura general y el de la agricultura de medianos y pequeños productores, y que una política de compras públicas permite a los pequeños productores vender sus productos al gobiernos.
En las licitaciones pueden competir con los grandes productores. Indicó que existe un seguro de cosecha que protege al productor cuando ésta se pierde.
Señaló que el productor lo que hace es pagar un monto extra en el pago del crédito que cubre la cosecha en caso de que un fenómeno natural lo llegue a afectar, con lo que se busca garantizar el patrimonio de los productores.
Planteó también que existe una garantía de precios mínimos donde el gobierno tiene una reserva pública que debe regular los precios cuando la economía va mal para un productor en específico.
La funcionaria ejemplificó con los productores del frijol y dijo que si baja del precio, el gobierno comienza la intervención a través de compras del producto para disminuir la demanda y que “se aprecie y una vez apreciado lo empieza a soltar poco a poco para mantener el precio relativamente estable e impactar de menor manera”.
Indicó que hay un compromiso del gobierno con el desarrollo agrario en Brasil, y por eso se creó una agencia de asistencia técnica nacional y todos los programas mejoran todos los años.
Michele Lessa reconoció que todavía hay desigualdad en Brasil, pero se ha logrado reducir.

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