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Sabás Vázquez A.

 Detenciones en Tecoanapa, ¿don Chon guerrillero?

 En la realización de un proyecto de investigación en el municipio de Tecoanapa, en el 2002, el equipo de trabajo de la UAG conoció a don J. Concepción Ramírez Ramírez mejor conocido como don Chon, una persona de buen carácter, amable y participativo. Con más de 60 años de edad, es ampliamente conocido en la población, regularmente vestido con botas, sombrero y que con frecuencia luce un paliacate en el cuello. Eso sí, siempre con un cinturón grueso de hebilla ancha con el logotipo del PRD. Porque ha sido perredista de hueso colorado desde la aparición de Cuauhtémoc Cárdenas como candidato presidencial, y para muestra, en su casa adorna una fotografía con el ingeniero en campaña.

En la pasada contienda electoral para renovar presidentes municipales en el estado, don Chon participó como activista de su partido, desempeñó también la función de “cazamapaches”, con una participación destacada en los resultados. Perdió el PRI y actualmente el PRD gobierna ese municipio en alianza con el PT.

Ofreció amablemente al equipo de investigadores su sencilla casa. Ahí, después de realizar el trabajo de campo en la comunidad, descansábamos y ordenábamos la información. Y cuando no era posible trasladarnos a Chilpancingo, nos ofrecía petates y mantas para dormir.

El equipo estuvo en Tecoanapa un año. Muchas veces, don Chon gustaba de platicar anéctodas y las hazañas realizadas cuando era militar en activo; ahora está jubilado y se dedica a sus siembras de temporal.  Con el nuevo gobierno perredista–petista pudo haber sido policía municipal, pero no quiso porque él es de la idea que la ley debe aplicarse parejo para quien la viole, sin distinciones, sean ricos o pobres, amigos o parientes, priístas o perredistas, católicos o protestantes, y él no conocía alguna autoridad que actuara así, por tanto era mejor evitar problemas y enemistades con los amigos o parientes.

Al término de la investigación nos acompañó en la presentación de resultados en la comunidad; deseaba conocer las propuestas finales, pues como todo luchador social desea el desarrollo de su municipio.

Don Chon fue sacado de su casa de manera arbitraria e ilegal el 21 de mayo por efectivos de la PGR, desaparecido por unos días y finalmente presentado a los medios de comunicación, con otros cinco campesinos, acusados de pertenecer al grupo guerrillero ERPI.

Su detención forma parte de una estrategia del gobierno federal que busca identificar y capturar a elementos de la guerrilla. Y seguramente don Chon fue señalado sospechoso de posible elemento subversivo en activo, a pesar de su edad. El problema es que las pruebas en su contra y de los demás detenidos no convencen por su falta de contundencia. ¿O será acaso que lo capturaron sólo para interrogarlo en su condición de luchador social, como miembro de un partido de oposición, con el supuesto de que tiene nexos con elementos políticos  radicales? Porque conociendo a esta persona es realmente difícil creer los argumentos de la PGR para culparlo.

¿Por qué no se presentó una orden de detención? ¿Por qué se vulnera y violan garantías individuales? ¿Por qué los desaparecen durante días? ¿Cuáles son las fuentes de información que permitieron generar las listas de sospechosos que la PGR investiga? ¿Por qué están principalmente los líderes de organizaciones sociales y en este caso miembros de partidos de oposición? ¿Luchar políticamente con y por los pobres los convierte potencialmente en subversivos?

Las fuentes de información hacen la diferencia entre detener a un culpable o un inocente. Si estas detenciones fueran producto de un trabajo de investigación serio, sistemático e incluso científico, con objetivos realistas, seguramente las pruebas serían contundentes. Pero esto no es creíble a pesar de que continuamente se nos dice de parte del gobierno que las corporaciones policiacas han cambiado en el sentido de que hay menos corrupción, usan métodos modernos de investigación, y respetan los derechos humanos. La sociedad aún espera esos cambios.

La gente considera que aún se investiga como en el pasado, como lo documentan las bibliografías que tratan sobre la guerra sucia de los setenta cuando se combatió ferozmente a la guerrilla de Lucio Cabañas y de Genaro Vázquez. Y donde fueron desaparecidos, muertos y torturados cientos de inocentes.

Los detenidos son o pueden ser inocentes mientras no se demuestre lo contrario con pruebas que convenzan a la sociedad, de no ser así, se creerá que estamos en el umbral de un proceso de represión selectiva y de posibles desapariciones de luchadores sociales confundidos o acusados perversamente como secuestradores y guerrilleros.

Seguramente para muchos, estos hechos son percibidos lejanos de su entorno inmediato, o bien creen sin cuestionar los argumentos del gobierno para justificar la detención de los “secuestradores guerrilleros”; sin tomar en cuenta la situación y el ambiente en que se producen, las características de los detenidos, la manera ilegal de detención, la violación de sus derechos humanos, y los argumentos endebles de la acusación.

Y como consecuencia todo se acepta sin decir nada, o se actúa con indiferencia; después puede ser demasiado tarde, cualquier participante en movimientos políticos y sociales puede ser sospechoso, ingresar en la lista negra y ser detenido. Estos hechos pueden marcar retrocesos en la historia del estado y por tanto debe prestársele la máxima atención.

Deseamos que no sea el inicio de detenciones arbitrarias, como parte de una estrategia gubernamental de amedrentamiento para frenar e inhibir el surgimiento de acciones en contra del sistema político y económico, caracterizado por el dogma neoliberal y globalizador, que como es evidente sólo ha servido para polarizar a los sectores sociales entre los que tienen todo y les sobra, y los que no tienen y les falta todo. No se desea pero ya existen señales que apuntan a esa dirección.

El gobierno no debe confundir los objetivos y procedimientos en sus acciones, menos actuar al margen de la ley, no debe ver en los luchadores sociales a quienes han decidido y emprendido métodos de lucha más radicales.

La historia y la realidad también nos muestran que donde exista pobreza y marginación como en Guerrero, y en el caso de Tecoanapa que es un municipio considerado de alta marginación, siempre surgirán líderes que pugnarán por mejorar las condiciones de su pueblo. Lo ideal es buscar el desarrollo donde se satisfagan las necesidades básicas principalmente de los grupos sociales más vulnerables y evitar la peor solución que es la represión selectiva.

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