Insisten perredistas en que se conserve el kiosco “con el que identifican acapulqueños”

Karla Galarce Sosa

El secretario general del PRD, Evodio Velázquez Aguirre, pidió a los proyectistas encargados de la obra de remodelación del Zócalo que lo modifiquen y se conserve el kiosco.
Y en el mismo asunto, el también perredista, Domitilo Soto González, quien junto con integrantes de la organización ambientalista Guerreros Verdes defienden la conservación del kiosco y de los árboles, informó que llevan más de mil 100 firmas reunidas “de ciudadanos nacionales y extranjeros” que rechazan la remodelación que también prescindirá de las fuentes en la plaza Juan Álvarez.
En declaraciones en el Zócalo, Velázquez Aguirre exigió que la designación de las obras sea transparente y que no se trate de negocios del hermano del gobernador.
“Vengo al llamado que hicieron las asociaciones que están en defensa de la parte tradicional (…) ellos han manifestado su inconformidad al respecto y nosotros estamos respaldando, escuchando la inconformidad y vamos a pedir al gobierno estatal, al gobierno federal que son los encargados de esta remodelación, decir que estamos a favor de que se modernice ésta parte Tradicional, este Zócalo (…) pero que deben arreglarse cosas que están mal como es el problema del ambulantaje”, declaró a reporteros Velázquez Aguirre.
Comentó que deben conservarse monumentos históricos que identifican a los acapulqueños y consideró necesario “hacer un nuevo proyecto, reconstruir la proyección que se hace y que se tome en cuenta el kiosco”.
Por su parte, Soto González informó que se tienen mil 181 firmas que incluye la opinión de vecinos de los barrios históricos e insistió en que el Fondo Nacional de Turismo atenta contra el patrimonio de los acapulqueños porque no han presentado el proyecto completo.
El perredista hizo un llamado a las dependencias encargadas de la vigilancia de los árboles como Semaren y Ecología municipal pues aseguró que la Semarnat carece de facultades para exentar un estudio de impacto ambiental
Finalmente, los inconformes auguraron que si se colocan fuentes danzarinas en el Zócalo, provocarán “un desorden”.