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Ofrecen los cubanos Céspedes, Torrens y Gutiérrez una sensible velada bohemia

* Sólo mil 200 personas asisten al primer espectáculo en el Teotihuacan

Xavier Rosado * Los cubanos Amaury Gutiérrez, David Torrens y Francisco Céspedes regalaron una velada bohemia a mil 200 personas quienes dieron una muestra al público acapulqueño de la sensibilidad y capacidad de improvisación de los artistas isleños.

La primera noche de concierto del Acapulco Fest en el salón Teotihuacan del Centro Acapulco, tuvo como momento cumbre el estilo coral-armónico de estos tres cantantes con el tema Longina que interpretaron a capella y para el que, Céspedes hizo los bajos, Torrens, los agudos y Gutiérrez la voz soprano.

Durante los minutos que duró esta interpretación, no se escuchó un solo sonido en las butacas, pero al finalizar el público se volcó en aplausos para agradecer a los intérpretes su entrega.

Pero el público no los dejó salir del escenario, clamaron un merecido encore, por lo que los intérpretes cantaron Guantanamera, tema clásico que sirvió de broche de oro para esta muestra de la calidad musical emanada de Cuba.

Céspedes interpretó No Pasa nada con Torrens y Si se me escapa el alma con Amaury Gutiérrez.

Amaury Gutiérrez, quien llegara a México hace 10 años y presentara esa misma mañana su nuevo álbum, Alma nueva, inauguró este escenario para el Acapulco Fest 2003.

Con Dime corazón, Mujer sola, Yo sé que es mentira y Perdóname todo, arrancó los primeros aplausos la noche del martes.

Después, invitó a Miguel Inzunza –participante de Operación Triunfo– para que se contagiara de su inspiración. Con guitarras en mano, ambos interpretaron Amor de una noche, en la que el debutante consiguió una buena recepción.

El solista se despidió con Son tus ojos, sencillo de su álbum Piedras y flores, dijo adiós a aquellos que, aunque ocuparon apenas una tercera parte del aforo, encontraron el romanticismo esperado.

Llegó el turno para David Torrens, quien se remontó en los años para traer Sentimientos ajenos, tema del melodrama televisivo homónimo protagonizado por Yolanda Andrade y Carlos Ponce, pero a manera de serenata, pues se hizo acompañar sólo de una guitarra y de su propia voz.

Después de Llegó a mí, Amaury Gutiérrez reapareció para cantar a dueto Máquina de amar y La Soledad de esa mujer, esta canción compuesta por Torrens, pero incluida en los álbumes de ambos.

Céspedes, con sus recuerdos, sus palabras y su dominio del escenario se transformó en el principal enamorado de esta bohemia, en la que tuvo el apoyo de seis músicos y tres coristas.

Por No séra una pena, Te soñé lluvia de abril, Nadie como tú, y Señora, el cantante conquistó la única ovación de pie, lo que le exigió continuar con su actuación.

Para complacer cada petición, Céspedes optó por un popurrí conformado por Vida loca, Remolino, ¿Dónde está la vida?, Se me antoja y Que tú te vas.

El concierto fue conducido por Jacqueline Bracamontes, ante quién se arrodilló Francisco Céspedes cuando salió a entregarle la estatuilla del Acapulco Fest.

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