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Levantan bandas de rock mexicano el ambiente en el Acapulco Fest

* Los regiomontanos de Genitallica se presentan ante unas dos mil personas en playa Tamarindos 

Xavier Rosado * El rock hecho en México fue el encargado de detonar el ánimo festivo que hacía falta en el comienzo del Acapulco Fest 2003.

En la noche rockera del martes unas seis mil personas se juntaron para escuchar los sonidos –divergentes, pero también incluyentes– de los grupos El Gran Silencio, Inspector, Café Tacuba y El Tri, mientras que en la presentación de ayer del grupo regiomontano Genitallica en playa Tamarindos, acudieron unas dos mil personas.

Ambas presentaciones tuvieron como común denominador que los jóvenes asistentes convirtieron en un sano campo de batalla a ritmo de slam los escenarios de ambas tocadas en las que no faltaron los detenidos por alterar el orden.

El crisol de sonidos ofrecido la noche del martes en el Jardín Sur, encontró en los milllones de millones de púberes hormonas que a ritmo de slam y ska hicieron bailar a miles de mancebos cuerpos, el ideal complemento de una noche en la que, más que nunca, la voz de Lora encontró eco a su grito de batalla “¡Qué viva el rockanroll!”.

Entre botellas llenas de tierra, de orines y condones inflados que volaban, los asistentes rindieron culto a cuatro de las agrupaciones que se han encargado de mantener en alto el sonido rockero mexicano.

La velada comenzó con “la pura sabrosura”, de los regiomontanos de El Gran Silencio, quienes pusieron a todos los asistentes a ejecutar “el baile del gavilán” inventado por ellos mismos.

Los chúntaros prendieron al público con sus éxitos, Some system municipal, Super riddi y Dormir soñando pero fue apenas el principio de la locura que se iría intensificando conforme avanzó la noche.

Como grupo abridor, los regios dictaron la pauta de lo que sería la noche y los asistentes así lo entendieron, entregándose mesuradamente al estilo chúntaro regido por el sonido del acordeón.

Sin embargo, el entusiasmo que se había conseguido con la presentación de los regios, se vino abajo con las actuaciones de los comediantes, Adrían Uribe y Teo González quienes, indirectamente, fueron los culpables de que los inconformes de la audiencia, comenzaran a arrojar botellas de plástico a medio llenar con agua, en el mejor de los casos, clamando la presencia de los músicos.

Siguió la presentación de otro grupo regiomontano, Inspector, que con su música ska, dieron pauta a la primera manifestación de slam en el jardín, que inmediatamente levantó una enorme nube de polvo.

Interpretaron sus éxitos Amnesia (en la que participó el cantante de Café Tacuba, quien estrenó nombre, Elfego Buendía) y Amargo adiós así como el tema Cara de chango de su más reciente disco titulado Alma en fuego.

Al concluir su actuación, apareció otra vez el comediante “de la cola de caballo” Teo González, fue una vez más abucheado y agredido por los jóvenes asistentes, quienes clamaban por la presencia de Café Tacuba, que al subir al escenario mostró la calidad interpretativa y la evolución musical de este grupo, surgido hace 12 años y que fue precisamente lanzado en este festival.

Con canciones como Ojalá que llueva café, Las persianas, Ingrata y Chilanga banda recordaron a su público las canciones que les dieron prestigio internacional, además interpretaron un tema de su exitoso álbum Valle Callampa y aprovecharon para lanzar el primer sencillo Eo del disco Cuatro caminos que saldrá a la venta en junio.

Después de una pausa de 20 minutos para montar el escenario para El Tri, el público comenzó a impacientarse y al grito de “culeeero”, salió Alex Lora con un bajo en forma de una mano con el dedo de en medio levantado, símbolo de la rebeldía hace 35 años, cuando apareció El Tri en la escena musical mexicana.

Perro callejero fue la canción con la que abrió su concierto y que provocó gritos y un completo estallido de euforia en el jardín sur. “¡Aplausos chingadamadre!” gritó el ruidoso personaje y saludó a “los querubines macizos”, como llamó durante todo el concierto a su público.

Siguió Solamente Dios y “la banda”, comenzó a brincarse las vallas de seguridad; Metro Balderas y comenzaron a volar los botes llenos de agua. Justo cuando cantaban Nada me sale bien un miembro de seguridad golpeó a un joven que lo agredió y con Chavo de onda volaron las bolsas llenas de tierra por los aires.

No podía faltar en el concierto la interpretación de ADO y la interacción con el público “la canción vale madres, lo chingón es el coro de los querubines macizos me cae”, gritó el rockero.

Después aprovechó el “chinguero de banda” presente para promover su película Esclavo del Rock and Roll y para cantar la canción homónima.

El concierto concluyó con Triste canción y para el encore interpretaron Virgen María.

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