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Ni el pop ni el rock levantan el ánimo en la apertura en playa Tamarindos

Juan Carlos Moctezuma R. * El comienzo de las actividades artísticas del Acapulco Fest 2003 en el escenario de playa Tamarindos resultó una muestra de lo que será un programa que incluirá propuestas musicales diversas y de distinta calidad.

El pop y el rock se hicieron presentes en ese lugar al que asistieron unas mil 200 personas pero a quienes lo artistas nunca lograron motivar lo suficiente.

Por si eso fuera poco, la diversidad de los asistentes –porteños y turistas; niños, jóvenes y adultos– fue un reto extra para los artistas, al igual que el calor, para conseguir levantar los ánimos.

A pesar del esfuerzo de los conductores Tamara vargas, Perico y Rafita y de los poco conocidos poperos Babel y Poch (quienes interpretaron una canción llamada ¡Table dance!) los asistentes  apenas sí aplaudieron sus actuaciones.

Un poco mejor le fue a Patricio Borghetti, el cantante argentino que a raíz de su participación en la telenovela El juego de la vida saltara a la fama, pues muchas de las jovencitas ahí reunidas corearon una que otra de sus canciones.

Eso sí, la gente ya conoce el mecanismo televisivo detrás del festival, pues cada vez que la grúa realizaba una toma o un helicóptero con una camara televisiva se acercaba por el aire al escenario, agitaban sus manos, sonreían y mostraban una artificial alegría que segundos después se tornaba en fastidio o, de plano, desinterés.

Y quizá ahi, entre la gente, estuvo el otro espectáculo, el que dieron los jóvenes turistas pasados de copas, el de las familias de visitantes que hicieron su día de playa alrededor del escenario y las vendedoras de mangos, chicharrones y aguas en bolsita.

El grupo de rock Jumbo fue el encargado de cerrar esta primera ronda musical con un mini concierto en el que interpretaron una decena de su música brit pop, pero a la que la mayoría del público nunca entendió.

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