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Barack Obama expresa su apoyo al matrimonio gay a seis meses de la elección de presidente

Rafael Mathus Ruiz / Agencia Reforma

Nueva York

El presidente Barack Obama se convirtió en el primer mandatario de Estados Unidos en apoyar el matrimonio homosexual, un giro histórico que desató un vendaval político y que repercutirá en las elecciones presidenciales de noviembre próximo.
“He concluido que para mi, personalmente, es importante avanzar y afirmar que las parejas del mismo sexo deberían poder casarse”, dijo Obama en una entrevista difundida ayer por la cadena ABC.
Obama ya había brindado su apoyo a las uniones civiles entre personas del mismo sexo, pero se había negado a llevar su respaldo al matrimonio gay, aunque antes había dicho que su postura “estaba evolucionando”, lo que no satisfacía a la comunidad homosexual, un grupo clave dentro de la base demócrata.
A esto se sumó que el vicepresidente Joe Biden afirmó el domingo que no tenía inconveniente con el matrimonio homosexual, algo que forzó aún más una definición de Obama.
Robin Roberts, el periodista que lo entrevistó, dijo ayer que el presidente se rió cuando le preguntó si la declaración de Biden lo había obligado a brindar su apoyo al matrimonio gay, y afirmó que él y sus asesores han estado involucrados desde hace tiempo en la discusión.
Durante la entrevista, Obama mencionó a colaboradores que han formado parejas homosexuales, y dijo que amigas de sus hijas, Sasha y Malia, tienen padres homosexuales. Su postura es compartida por su esposa, Michelle, afirmó. Su opinión, precisó, se forjó tras varios años de conversaciones con amigos, familiares y vecinos.
Apenas se conoció la opinión presidencial, Mitt Romney, el virtual candidato presidencial republicano a la presidencia, se pronunció en contra del matrimonio gay. “Creo que el matrimonio sólo puede realizarse entre un hombre y una mujer”, afirmó ante periodistas.
Obama reconoció que su postura no era compartida por todos, y, sin esperar una pregunta, se refirió al cristianismo, su religión.
“Cuando pensamos en nuestra fe, el fundamento que recordamos no es sólo que Cristo se sacrificó por nosotros, sino también (la otra) la regla de oro, que es tratar a otros como nos gustaría ser tratados”, justificó.
El debate sobre la legalización del matrimonio gay pone al descubierto las profundas divisiones que caracterizan a Estados Unidos, aunque cada vez más personas están a favor. Según un sondeo del Centro de Investigaciones Pew, el 47 por ciento de los estadounidenses apoyaba la legalización en 2011. Otros sondeos brindan un respaldo apenas superior al 50 por ciento.
Las especulaciones sobre el impacto en las elecciones presidenciales del 6 de noviembre próximo comenzaron a circular apenas se conoció la noticia.
La decisión de Obama lo ayudará con los jóvenes y a movilizar a la base demócrata. Pero el apoyo al matrimonio gay puede costarle al Mandatario dos estados conservadores claves, que Obama ganó en 2008 y que este año están en disputa con los republicanos: Virginia y Carolina del Norte.
Este último aprobó el lunes una enmienda constitucional que prohíbe las bodas entre personas del mismo sexo. De esta manera, se sumó a los 30 estados donde ya existen leyes que establecen que el matrimonio sólo puede realizarse entre un hombre y una mujer.
Un 61 por ciento del electorado de Carolina del Norte se decantó por prohibir las bodas entre personas del mismo sexo.
The Washington Post publicó ayer que muchos de los donantes más generosos para el esfuerzo de reelección del demócrata, es decir, los que aportan a la campaña más de 500 mil dólares, son homosexuales.
Entre ellos se cuentan el ejecutivo de HBO James Costos; Laura Ricketts, copropietaria del equipo de beisbol de los Chicago Cubs, el filántropo texano Eugene Sepulveda y Sally Susman, ejecutiva de la farmacéutica Pfeizer.

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