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Reúne conferencia del politólogo italiano Morlino a políticos del PRI, PAN y PRD

 * En la grilla, asistentes al tema La democracia hoy

Aurelio Peláez * La democracia hoy. Consolidación, calidad y rendimiento, fue el tema de la conferencia ofrecida ayer por el politólogo italiano Leonardo Morlino, que convocó a un buen número de políticos del estado, con ánimo de actualizarse en eso de la Ciencia Política.

Pero la disertación de Morlino, que la propaganda que se le hizo desde el Instituto Internacional de Estudios de Política Avanzada (IIEPA) Ignacio Manuel Altamirano, lo presentó casi con las mismas credenciales de filósofo italiano Giovanni Sartori, decepcionó pronto a sus espontáneos fans, que se distrajeron luego en la grilla de pasillo. E incluso en el mismo presidium, en donde el diálogo que se tenían la diputada del PRD, Adela Román, con el presidente del PAN en el estado, Francisco Rodríguez Otero, por un lado, y del senador Armando Chavarría con el síndico Marcial Rodríguez Saldaña, obligaron a Morlino a suspender su exposición molesto por la interrupción. Los hablantes tardaron en darse cuenta del detalle, de no ser porque del mismo salón con siseos les obligaron a callar.

La distracción tuvo su origen en que el politólogo de amplio currículum vitae y seis libros sobre la democracia europea, llegó 1 hora tarde; que los aparatos traductores no funcionaron bien –leyó en inglés- y la recurrencia a conceptos académicos para derivar en propuestas de analizar la democracia, en cierto método, como una empresa: con normas de control, del proceso de producción, buscar la satisfacción del cliente y verificar que el producto sea bueno.

Su público, que pagó 200 pesos por escucharlo, fue en alguna forma, selecto: estaban el ex rector de la UAG, Florentino Cruz Ramírez, e investigadores como Rafael Aréstegui Ruiz y Manuel Angel Rodríguez.

En el presídium, además de los hablantes ya citados, el presidente del Consejo Estatal Electoral (CEE), Ceferino Cruz Lagunes; el director del Instituto de Estudios Parlamentarios Eduardo Neri, Julio César Hernández Martínez, el catedrático del IIEPA, José Russo y el secretario particular de Rectoría, Saúl López Sollano, además de Rogelio Ortega, catedrático de la IIEPA y fundador del partido México Posible, ese que derivó de dos incidentes: el distanciamiento de un grupo de ex pemesistas inconformes con la exclusión del profesor Rafael Trejo como candidato a síndico en la planilla del PRD para presidente municipal de Alberto López Rosas, y la imposición como candidato de Marcial Rodríguez, primero; y del distanciamiento de la corriente Cívica en el PRD, luego de que el senador Armando Chavarría decidiera por Nelson Valle y no por Rogelio Ortega para candidato de ese grupo a rector de la UAG. Al grupo de Ortega también molestó la inclusión de Marcial Rodríguez como síndico por el PRD, por considerar que eso no ayudaba a reparar el agravio que les ocasionó éste en la UAG, de la cual fue rector, pues apoyó al candidato de Chavarría.

Ayer, cosas de la diplomacia, Armando Chavarría, Rogelio Ortega y Marcial, se dieron republicanos saludos.

Por ahí anduvieron también el director del Indess, Julio César Hernández Serna, y el de los Cecycatis, José Villanueva; el ex diputado priísta César Flores Maldonado; la secretaria general del PRI en Acapulco, Alma Clarisa Rico, y el ex secretario general de Gobierno municipal, en el periodo de Rogelio de la O, Armando de Anda.

Por los panistas, además de Rodríguez Otero, estuvieron los diputados locales Arturo Martínez Pérez y David Tapia Bravo; el ex precandidato a diputado federal, Xavier Carreto Arredondo, y el consejero nacional, Oliver Larrumbe.

También se dejó llegar la presidenta del PRD en Acapulco, Beatriz González Hurtado y el diputado local por ese partido, Ramiro Alonso de Jesús; por el México Posible, Rafael Trejo, candidato a diputado federal por el distrito 10, y Régulo Cuevas, quien va por el distrito 09. Estuvo a su vez su suplente, Alberto Arcos, de los cívicos disidentes.

Ahí, los políticos metidos a la academia (y viceversa), tuvieron que apechugar los diversos conceptos sobre la teoría de la democracia morliana, más dirigidos a una clase de estudiantes de Ciencia Política (y ya debidamente actualizados en Sartori, como los del IIEPA), que a políticos curiosos de esa ciencia. La prueba, casi nadie llevó libreta para apuntes y algunos que quisieron intervenir o promover el debate, aterrizando la teoría en el caso concreto de México, fueron ninguneados.

Tal fue el caso Trani. El consejero estatal Víctor Trani, que vio pasar la tormenta conceptual y no se hinca, preguntó a Morlino (cuya amplio currículum le permitieron ser declarado huésped distinguido por el presidente municipal Alberto López Rosas, a propuesta del grupo de Ortega) que el PRD es un partido que no tenía definición ideológica y era incapaz de estructurarse; que el PRI era un partido autoritario y el PAN era derechista, y entonces, preguntaba, hasta dónde iría la democracia en México con partidos así.

Pero Morlino dijo que él no podía responderle porque no era el tema, que no le correspondía opinar y que no había recetas para una democracia, que esa tarea (la de averiguar a dónde iba la democracia mexicana) le correspondía a él por ser mexicano y por conocer el país.

Algunas preguntas allá y por acá. Para entonces, en el salón la grilla cunde feliz por todos lados. Los grillosos de diferentes partidos y academias, se pasean por las mesas de café -desatendiendo preguntas que se hacen sobre globalidad, Iraq-, y las buenas intenciones de actualizarse en un semanario sobre la escuela italiana de ciencia política, queda para mejor oportunidad. Se habla de la política real, la de la grilla con nombres y apellidos. Si no que chiste.

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