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Dice Urquizo que el procurador Iñaky Blanco tiene intereses “personales” en contra de él

*La fiscalía pretende fabricarle un proceso por lesiones, que se habrían cometido durante la detención de supuestos integrantes del cártel de Los Rojos, asegura el comandante de la Policía Ministerial

Fernando Hernández

Chilpancingo

El comandante de la Policía Investigadora Ministerial (PIM) David de Jesús Urquizo Molina responsabilizó al procurador Iñaky Blanco Cabrera de cualquier ataque que pudiera ocurrir en su contra o de su familia.
En declaraciones, abundó que la fiscalía pretende fabricarle un proceso por lesiones, que se habrían cometido durante la detención de supuestos integrantes del cártel de Los Rojos, relacionados con el atentado que sufrió el 28 de enero el empresario de Chilpancingo, Pioquinto Damián Huato, en el que perdió la vida su nuera Laura Rosas Brito.
Urquizo Molina fue el responsable de la detención del presunto líder de una célula de Los Rojos, Julio César Guzmán Camacho (El Guzmán), quien supuestamente planeó, coordinó y participó en el ataque en contra de Damián Huato. Él aseguró que el procurador tiene intereses “personales” en su contra.
En un llamada telefónica manifestó que lo único que teme en este momento es ser sujeto de la fabricación de algún tipo de delito, por los altos mandos de la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJE) y eventualmente ser presentado por el Ejército o por la Policía Federal, “con un cuerno de chivo y con granadas”.
David de Jesús Urquizo dijo estar seguro de que en la Dirección de Averiguaciones Previas se le ha iniciado una investigación, por el delito de lesiones en contra de presuntos secuestradores de Los Rojos, los que fueron detenidos por él y su grupo de policías ministeriales, y que llevaron a la captura de El Guzmán. “Me quieren consignar por lesiones, porque yo entré armado, pero no puedo entrar con flores, los operativos que realizo son verdaderos”.
Hasta hace unos días Urquizo Molina era un comandante de la Policía Ministerial poco conocido, considerado incluso de un perfil bajo, y como él mismo lo señaló, a quien siempre se le encomendaron “trabajos delicados. Siempre he trabajado asuntos delicados en la Procuraduría, que han puesto en riesgo mi vida y la de mis elementos, nada más que nos quedamos callados”.
Su nombre se colocó en el foco de atención el 25 de julio, después de que a través de un boletín la Procuraduría informó que había había conseguido que un juez penal de primera instancia, dictara una orden de aprehensión en su contra por el delito del robo de un auto de María Magdalena Guzmán Camacho, agente del Ministerio Público (MP) con licencia, y hermana de El Guzmán quien también formó parte de la PIM por lo menos hasta 2012.
Entonces, en una carta pública Urquizo indicó que su detención era parte de una persecución en su contra, que se había desatado con la venia del director de Averiguaciones Previas, Rubén Casanova Medellín, debido a la detención del Julio César Guzmán Camacho.
El miércoles. María Magdalena Guzmán hizo llegar una carta abierta que tituló Derecho de réplica, en la que denunció que Urquizo pretende hacerle daño y que por ello ha tenido que cambiar de residencia en varias ocasiones y que incluso ésta ha sido la razón por la que solicitó una licencia sin goce de sueldo.
El comandante manifestó que no ha sido cesado de sus funciones y que actualmente goza de una licencia por motivos de salud.
Advirtió que apelará el proceso que enfrenta por robo de auto, ante tribunales federales, toda vez que no confía en las instancias estatales debido a las corrupción que ha permeado en el Poder Judicial del Estado. Expresó que por lo anterior teme que se le fabriquen otros delitos, ya que por la vía legal el procurador no podrá detenerlo.

El caso del empresario belga asesinado en Acapulco

El comandante narró que antes de las detenciones que se realizaron por el ataque perpetrado en contra del empresario Pioquinto Damián Huato, trabajó en la agencia del Ministerio Público del fraccionamiento Costa Azul, en Acapulco.
Ahí le tocó colaborar con las investigaciones por el asesinato del empresario belga, Jan Karel Maria Sarens, el magnate de las grúas.
Pues en ese entonces, el presidente de una de las empresas de grúas más importantes en el sector de la construcción, indispensables en la industria inmobiliaria en expansión en América Latina, fue asesinado el 23 de febrero de 2013 en el estacionamiento del centro comercial Plaza Diamante.
Urquizo denunció que en una ocasión, el procurador Iñaky Blanco le marcó y le dijo que había, “urgencia porque se resolviera de inmediato el caso del empresario belga”.
El comandante narró que el fiscal tenía presiones para que se resolviera de inmediato el caso del empresario, entonces le pidió que se detuviera a cualquier delincuente y que se le presentara como el autor material del homicidio.
Urquizo indicó que se negó a fabricar un chivo expiatorio, desacató la orden del procurador y entonces, el único testigo del crimen fue asesinado cuando terminó de rendir su declaración en la agencia del Ministerio Público del fraccionamiento Costa Azul.
El empresario belga ya había recibido amenazas de muerte por un litigio que mantenía contra una empresa mexicana, informó en su momento a través de su página de internet Sarens Group. Agregó que el asesinato del empresario belga fue perpetrado por un solo “asaltante” y hasta dónde quedaron las investigaciones, se deduce que cuando Sarens accionó a reversa su Mercedes Benz, a su atacante se le soltó un tiro.

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