Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Ricardo Castillo Díaz

MAREA ALTA  

 Un gobernador que ni suda ni se acongoja

 Parece que los priístas de Guerrero no deberían reclamarle a Roberto Madrazo sino a René Juárez.

Porque mientras se terminaba de planchar la lista de candidatos a diputados federales plurinominales, el gobernador andaba, como decimos por acá, de linguililingui.

El mismo día en que se conocieron los nombre de los priístas que ya tienen peladito y en la boca su lugar en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, René Juárez ni sudaba ni se acongojaba.

Eso que andaba en la ciudad de México, aunque no precisamente haciendo la grilla en el PRI, que requería su favorito para las pluris, Marcelino Miranda, su secretario de Gobierno con licencia. Y aunque lo haya intentado, su semblante nunca lo reflejó tanto que digamos.

Nos referimos a su presencia en la firma del Acuerdo Nacional para el Campo en la que se le vio a ratos muy campante y casi todo el tiempo cansado. Seguramente por trabajar sin pausa por sus coterráneos, pensarán algunos. El caso es que se le vio echar uno que otro pestañazo durante casi todo el acto.

Cómo ve usted que mientras los gobernadores del estado de México y de Oaxaca, daban literalmente una feroz batalla por imponer a sus candidatos –ni Arturo Montiel ni José Murat asistieron a la ceremonia en el Palacio Nacional– René Juárez se las daba de muy galán. Nos consta el diálogo que tuvo con una funcionaria del gabinete foxista:

–¿Cómo estás, gobernador? –saludó Josefina Vázquez Mota.

–Pues aquí ¿no ve ves? Yo, como mango –se escuchó responder al de Guerrero a la secretaria de Desarrollo Social mientras extendía los brazos, manos abiertas, admirándose su traje negro.

Lejos de la rebatinga del PRI, René Juárez tuvo quizá su mayor acercamiento a ésta cuando antes de la ceremonia que presidió el presichente Fox, se apartó un rato en uno de los pasillos cercados por el Estado Mayor Presidencial para platicar con el títere que Madrazo puso como gobernador de Tabasco, Manuel Andrade. Y nada más.

Entre otros diálogos que, por cierto, tuvo el señor gobernador de Guerrero, fue con el secretario de Medio Ambiente, su archienemigo Víctor Lichtinger, con el que habló con los gestos adustos que casi siempre se le ven, y con sus conocidos ademanes de enfado que terminaron con una palmada en el brazo izquierdo del funcionario federal. Como que en señal de que ahí muere.

Platicó también con el segundo de abordo del perredista Peje de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas. Y eso porque fueron sentados uno junto al otro, por aquello del orden alfabético.

Dos estilos de hacer precampaña

Mire usted lo que son las cosas.

El empresario ex presidente de la Coparmex que fue el primer alcalde opositor de Acapulco, Zeferino Torreblanca Galindo se anduvo empolvando en municipios pobres de la región Centro del estado.

En tanto, el campirano Félix Salgado Macedonio, otro conocido precandidato también del PRD, se codea con la socialité de Acapulco. Anteayer apareció en la página publicitaria Antrópolis, de Novedades Acapulco, con la conocida publirelacionista Lucy Guillén, y el gerente del hotel Elcano, Pedro Haces, gozando de la vida nocturna del Siboney.

En otras palabras, cada quien no tanto con su cada cual.

Pero ¿dejarán algo para Armando Chavarría y Alberto López Rosas?

Es pregunta.

Resaca

Algo así como palero se ve el presidente estatal del PAN, Francisco Rodríguez Otero. El martes envió un boletín de prensa atacando a López Rosas y defendiendo, por enésima ocasión al gobernador. Ahora fue para criticar al alcalde porteño ¡por no invitar a René Juárez a la Feria Municipal del Empleo que organizó el ayuntamiento! Que porque dice el panista que así como le reclama al gobierno del estado por no haber coordinación en el programa Pensión Guerrero, el alcalde debería de coordinarse con el Ejecutivo estatal en las acciones del municipio. Vaya partido de oposició[email protected]

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