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Marcial Rodríguez Saldaña

La privatización de la educación pública

Dentro del paquete de reformas estructurales promovidas por Enrique Peña Nieto y sus aliados del Pacto por México, como la laboral que afecta derechos laborales, la energética que entrega contratos para la extracción de petróleo a empresas privadas nacionales pero sobre todo extranjeras, la fiscal que aumentó los impuestos como el caso de la gasolina, también se encuentra la educativa, de la cual se empiezan a ver sus consecuencias que afectan la economía familiar.
1.- El sistema educativo que tenemos es el resultado de quienes han asumido el gobierno federal en nuestro país, el PRI y el PAN. No se puede negar avances mínimos, incipientes, pero el balance general de nuestro modelo educativo es deplorable. Basta señalar que según las definiciones de la Organización Mundial para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) sobre el rezago educativo, existen más de 33 millones de personas mayores de quince años como analfabetas funcionales, en donde se incluyen 7.6 por ciento de personas que no saben leer ni escribir, 10 millones que no concluyeron la educación primaria y otros 17 millones que no terminaron la educación secundaria, a los que hay que agregar 700 mil niños y jóvenes que abandonan sus estudios (año 2009) por razones de pobreza, desintegración familiar y falta de oportunidades.
2.- De una relación de 201 países, México ocupa el lugar 103, a media tabla, respecto de su tasa de alfabetización muy por abajo de Uruguay, Argentina, Chile, Paraguay y Venezuela, y muy distante de otros como Cuba, Finlandia y Polonia que han logrado el 100 por ciento de alfabetización. Esto se agrava con la mala calidad de la educación que reciben los niños, adolescentes y jóvenes, que se ha demostrado en los magros resultados en las pruebas internacionales como la del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) o nacionales como ENLACE.
3.- Las deficiencias de nuestro sistema educativo en su nivel básico, se va replicando en los siguientes niveles como el medio superior y superior. En el nivel de bachillerato, la cobertura en México apenas alcanza el 65 por ciento, y en el nivel superior no llega al 30 por ciento, por ello es que cada inicio de ciclo escolar miles de jóvenes son rechazados de las instituciones de educación media superior y superior, arrojándolos a un destino incierto, sin oportunidades para progresar, las que las instituciones del Estado –federales, estatales, municipales y universitarias– están obligados a resolver.
4.- La causa fundamental del desastre de nuestro sistema educativo se ubica en que los distintos grupos de poder que han gobernado en México, salvo muy raras excepciones, han visto a la educación como un pastel político. En vez de haber diseñado un plan educativo estratégico para el desarrollo del país, lo que hicieron fue politizar la educación. Consideraron a la educación como algo más del gobierno, como un área política y no como la base para el progreso del México. En la visión de un Estado totalitario, se propusieron convertir a los maestros en militantes políticos –sindicalizados– que fuesen votos cautivos para ganar elecciones y mantenerse en el poder.
5.- Graves indefiniciones han ido marcando el desarrollo de la educación básica en México. Primero un sistema centralizado, luego en 1992 promovieron la descentralización, ahora nuevamente la centralización burocrática. La denominada reforma educativa de Peña Nieto, no es más que una reforma administrativa-antilaboral. Las deficiencias de las escuelas, como la falta de butacas para los alumnos de nuevo ingreso, que debería ser resuelto por las autoridades educativas, las tienen que comprar los padres de familia así como la aportación de cuotas obligatorias para reparar instalaciones o equipamiento, conllevan poco a poco a la privatización.  No se conoce una propuesta innovadora del modelo educativo en nuestro país, que afronte las deficiencias en cuanto a su contenido, para que con un plan integral a corto, mediano y largo plazo, tengamos un sistema educativo de calidad que sea la base del desarrollo económico y social de México.

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