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La corriente diluye la contaminación cada día, dice el secretario de Marina

 Nelly Bello * Aunque desconocía los resultados de monitoreos recientes de la Octava Zona Naval sobre la calidad de las playas de Acapulco, el secretario de Marina, Marco Antonio Peyrot, aseguró que la bahía acapulqueña tiene un ciclo diario de renovación del agua del litoral, lo que “diluye” con rapidez la contaminación que llega a tener por descargas de aguas negras.

“La bahía (de Acapulco) renueva sus aguas todos los días, tiene corrientes profundas que las renueva; peligroso sería en bahías cerradas, como la de Guaymas, donde acabamos de estar para el saneamiento de esa bahía, que su ciclo de renovación de aguas es muy lento, aquí en Acapulco es muy viva la renovación de aguas, entonces la contaminación se diluye mucho”, dijo.

Sin embargo, precisó que es “cuestión de honor” para la Armada de México hacer público el grado de contaminación que detectó Semarnat en el momento que hizo los monitoreos.

Entrevistado luego de despedir al buque escuela Cuauhtémoc, Peyrot detalló que la Marina tiene casi 40 años con monitoreos en el litoral mexicano, pero en años recientes se coordina con CNA.

Explicó que el papel de la Armada será continuar las mediciones de la contaminación, mismas que enviará a la CNA, Sectur, Salud y Semarnat.

–¿De esos 30 años de monitoreos cuántas veces detectaron contaminación en las bahías?

–Muchas, y en muchos lugares, y le puedo decir que hay estadísticas en la Secretaría de Marina desde hace tiempo.

–¿Era grave el grado de contaminación?

–Muy fuerte, a veces menor; le digo que las condiciones ambientales cambian; si tenemos contaminación y sopla viento, lluvia, corrientes, marejada, se diluye todo eso, cambia, y si la bahía es dinámica y se renueva de agua es diferente a una bahía que no se renueva de aguas.

–¿Los estudios de la Armada coinciden con las últimas declaraciones de la Semarnat?

–Han mejorado mucho en Acapulco, yo estuve en 1992 de comandante de la Zona Naval, y me peleaba muchísimo con el ayuntamiento porque por aquí pasaba un drenaje de aguas negras y que aquí (explanada de la Base Naval) de repente rebozaba como una fuente de cinco metros de altura y estaba el Hospital Naval, y yo les decía que lo componían o les hacía la guerra, y la compusieron; como ven, ya no hay nada de eso, la verdad es que han mejorado mucho.

Consideró que el nivel de contaminación varía porque el municipios y la infraestructura hotelera tienen mejores técnicas e inversiones, “(Acapulco) ha cambiado para bien”.

–¿Es verídica la información de Semarnat?

–Totalmente. Lo manifesté en la conferencia de prensa que la Marina está participando porque tiene una cuestión de honor de decir las cosas como son y dar las lecturas reales.

–Caletilla y Tlacopanocha resultaron con contaminación de acuerdo a los monitoreos de febrero y marzo, ¿ahorita como está Acapulco?

–No le puedo decir, tendría que decirle al comandante de la Zona que nos diga cómo están sus ultimas mediciones, pero yo le voy a decir al comandante de la Zona que se ponga en contacto con el presidente municipal constantemente, frecuentemente, para decirle cómo está.

Insistió en que los cambios del clima que generan viento, lluvia y corrientes en el mar, favorecen el cambio de las condiciones, por lo que una playa que apareció con un índice de contaminación alto puede cambiar, y ejemplificó con Veracruz, donde detectaron tres playas con contaminación cuando Semarnat hizo el monitoreo, pero “vino el viento, la cuestión atmosférica, y la cambió”, y sólo queda una.

El estudio fue a playas turísticas

–Parece que la guerra ya empezó. El gobernador de Oaxaca amenazó con interponer una demanda jurídica contra la Semarnat y todos los que integraron ese sistema de playas, donde también está la Marina, ¿qué responde?

–Nosotros hablamos de playas turísticas, cuando participé en la conferencia recalqué mucho que no es lo mismo un puerto, la desembocadura de un río, una playa turística. Son cosas muy diferentes.

–¿Hubo un error?

–No lo sé, habría que preguntarle lo que quiso decir en su momento el secretario Lichtinger, habría que preguntarle; a lo mejor quiso decir que ahí había algo que componer y no quiso decir que las playas turísticas de Huatulco estaban mal, sino que había un punto que había que atender.

–¿Aceptaría la demanda?

–No lo sé, hasta que el gobernador no diga en que términos y qué es lo que desea, pues tendríamos que contestar lo conducente, pero en este momento la ignoro.

Aseguró que tiene el compromiso con gobernadores y presidentes municipales de las ciudades turísticas de mantener un monitoreo constante, “más en esta temporada, para ver si la situación climática los cambia”.

–¿Falta madurez para aceptar que se abra la información?

–Ha sido por primera vez que se expone a la opinión pública en una página de Internet las condiciones ambientales de las playas turísticas de México, no del mar.

“Desde hace muchos años publicamos un atlas de riesgo de contaminación, pero es la parte oceánica de aguas; ahorita estamos hablando de playas turísticas”.

–¿Cuál es el llamado a quienes se sienten agredidos en la afluencia de turistas, sobre todo en Semana Santa?

–Pues yo creo que es tomar acciones para estar bien y para que las personas que vayan a sus playas, que son pocas, se sientan confiados.

Rechazó que hubiera dolo o mala fe en la información sobre la contaminación, pues sería más irresponsable o negligente permanecer en silencio por la posibilidad de provocar enfermedades. Ejemplificó con la marea roja, cuando se prohíbe la venta de mariscos, pues “si no decimos que hay marea roja, se come marisco y se enferma la gente; creo que es más irresponsabilidad, es negligencia”.

Sobre la posibilidad de contaminación de las embarcaciones que la Armada de México tiene en la playa de Icacos, dijo que desde el periodo de la colonia –en el año 1500– esa sección era de interés militar porque es una sección de la bahía protegida, donde los buques están a resguardo de los vientos y marejadas, “la base naval está desde antes de que hubiera turismo, desde la colonia”, insistió.

–¿Pero hay contaminación?

–Aquí tenemos siempre unas constantes barreras para los buques petroleros de que intenten no regar nada y si riegan lo levantamos.

Desechó la posibilidad de mover la sede de la Base Naval porque sería como dejar indefensa la Nación. “Es como si usted quisiera que todo el Ejército saliera del país para no tener gente armada”, dijo.

Ayer al mediodía, con una tripulación de 249 oficiales, de los cuales 76 son guardiamarinas y el resto cadetes, zarpó el buque escuela Cuauhtémoc para viajar por seis meses por todo el mundo e instruir a los marinos.

La embarcación ha formado 20 generaciones de oficiales y navegado 408 mil 853 millas, y también ha ganado premios como Cutty Sark por contribuir a la amistad y buen entendimiento internacional, la Copa Tetera de Boston de la Asociación Internacional de Entrenamiento de Vela y el segundo lugar en la regata Báltico 2000.

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