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Diez horas duró el bloqueo de la UPOEG en la Autopista del Sol y la carretera federal

Pernoctan unos mil con fogatas sobre ambas vías, se retiraron a las diez de la mañana de ayer. El cierre a la altura de Mohoneras empezó a las 11:42 de la noche del jueves. Acuden en la mañana 200 policías antimotines federales y 600 estatales y amagan con desalojarlos, los encabeza el comandante Espartaco

 

Anarsis Pacheco Pólito

Mohoneras

Integrantes de la Unión de Pueblos  y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) mantuvieron bloqueadas la autopista del Sol y la carretera federal Chilpancingo-México durante 10 horas, para exigir al gobierno estatal que sea el enlace con el federal y les resuelvan su pliego petitorio.
A las 11:42 de la noche de este jueves, poco más de mil activistas acudieron a la comunidad de Mohoneras en el valle del Ocotito de esta municipio, donde bloquearon las dos vías carreteras, que son primordiales para llegar a Acapulco.
Bajo la luz de la luna llena y un cielo despejado, los habitantes de comunidades de Costa Chica, Tierra Colorada y el valle del Ocotito prendieron fogatas para soportar el frío de la madrugada, en espera de una respuesta del gobierno del estado.
Conforme pasaron las horas, turistas y camioneros bajaban de sus vehículos para hablar con los manifestantes y tratar de convencerlos de que desistieran de su movilización, ya que aseguraban que ponían en riesgo la vida de turistas, quienes no tenían alimentos ni una forma de cubrirse del frío.
Algunos de los turistas o trabajadores capitalinos abandonaron sus autobuses durante la madrugada y viajaron a la capital trasbordando a través de la carretera federal, caminado casi un kilometro a través  de Mohoneras para llegar a El Ocotito, donde había transporte público para Chilpancingo.
Los integrantes de la UPOEG, permitían el paso de ambulancias que trasportaban a enfermos durante la madrugada, sin poner peros quitaban las piedras y permitían la circulación.
Campesinos de grandes sombreros y machetes terciados descansaban en las cunetas de la Autopista, bajo el resplandor de la luna, pendientes de la llegada de policías antimotines.
La circulación que paró en su totalidad generó largas filas de vehículos, en su mayoría de transporte de alimentos y refrescos de grandes empresas.
Durante la madrugada se escuchaban a lo lejos ambulancias que alertaban a los manifestantes, quienes al menor movimiento se gritaban para despertarse y estar prevenidos.
Los rumores entre los manifestantes eran que la Policía Federal llegaría al bloqueo durante la madrugada para agarrarlos cansados y desalojarlos, por ello se organizaron rondas de vigilancia sobre los dos carriles.
A pesar de la latente amenaza del desalojo se mantuvieron niños y mujeres en los dos bloqueos, quienes se encargaban de la repartición de café, atole blanco y galletas para velar la noche.
“Aunque sea les damos un café y galletas, es lo único que tenemos en este momento, pero la cosa es ayudar”, relató doña Rosa, quien se encargaba en su casa de preparar el agua para el café.
La población de Mohoneras que participó en los bloqueos, animosa, facilitó a los manifestantes toda la ayuda posible para que se mantuviera la presión y tuvieran una respuesta del gobierno.
A las 7:30 de la mañana llegó al bloqueo el presidente interino de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Coddehum), Ramón Navarrete Magdaleno, quien intentó convencerlos de desalojar la autopista.
Navarrete Magdaleno desde la madrugada se había dirigido al bloqueo, pero debido a la larga fila de carros se quedó varado 10 kilómetros antes, y durante las primeras horas de este viernes caminó sobre la Autopista.

Llega la policía

A las 7:30 de la mañana una camioneta de la Policía Federal llegó al bloqueo sobre el carril de Acapulco a Chilpancingo, en sentido contrario, se dio media vuelta y aceleró escandalosamente y sin bajar la velocidad se regresó por donde vino.
“Seguramente ya vienen para acá, y sólo vino a ver cómo estábamos y cuantos éramos”, señaló uno de los jóvenes que pasó la madrugada en vela.
A las 8 de la mañana llegaron al bloqueo los primeros 200 policías antimotines federales que venían de Acapulco sobre el carril de Chilpancingo a Acapulco, en sentido contrario, se mantuvieron a 300 metros del bloqueo a la espera de otro contingente de policías estatales que venían de Chilpancingo. Un helicóptero de la Policía Federal sobrevoló la zona.
Los manifestantes en un principio portaban palos y piedras pero los dejaron a un lado de la carretera y permanecieron en el centro de la carretera.
Una hora después llegaron unos 600 policías antimotines estatales sobre el carril de Acapulco a Chilpancingo, en camionetas y camiones.
“¡Por fin llegó alguien que solucione esto!”, gritó una de las turistas que intentaba llegar al puerto de Acapulco, quien desde las 5 de la madrugada intentó cruzar con su hijo de 5 meses pero no la dejaron.
Los agentes estatales se colocaron a 100 metros del bloqueo, mostrando explícitamente el poder del Estado sobre los manifestantes, quienes habían dormido en el cemento de la carretera.
El movimiento coordinado por los promotores de la UPOEG, Crisóforo García Rodríguez y Eneida Lozano Reyes recibió a una comisión integrada por el oficial federal José Luis Solís López, Espartaco, que encabezó los desalojos y negociaciones con maestros en la autopista del Sol el año pasado por las protestas contra la reforma educativa.
También acudió el Secretario de Seguridad Pública y Protección Civil estatal, Leonardo Vázquez Pérez y el director de Gobernación del estado Moisés Alcaraz.
A pesar de los antecedentes de los desalojos sobre la autopista, el comandante Espartaco fue el encargado de solicitar a los manifestantes dejar libre la vía, o en su defecto que dejaran pasar en un solo carril.
“Somos del mismo pueblo, somos hermanos, entendemos su situación, ya los escuchó el gobierno y la población los vio, tiene cerca de 40 kilómetros de gente que necesita ser atendida e ir al trabajo”, dijo el comandante.

Estamos listos para el desalojo, amenazan a los manifestantes

A las 9:30 de la mañana  el asesor del gobernador, Ernesto Aguirre llegó al bloqueo en un helicóptero que sobrevoló por unos minutos el bloqueo y aterrizó sobre la autopista ante los manifestantes y los turistas que cumplían nueve horas y media en el lugar.
Ernesto Aguirre abordó directamente al promotor de la UPOEG Crisóforo García Rodríguez a quien le pregunto “¿Qué es lo que quieren?
El promotor de la UPOEG respondió claramente “queremos una mesa de trabajo donde presentaremos los ejes principales y que se llegue a una fecha de reunión con (el secretario de Gobernación federal Miguel Ángel) Osorio Chong”.
Ernesto Aguirre en un tono de voz alto enfatizó “nosotros podemos tener una mesa de trabajo para revisar el pliego petitorio hacerlo de inmediato, pero hay que quitar el bloqueo de manera inmediata, no podemos permitir esto”.
Durante la charla de menos de 25 minutos, el asesor del gobernador afirmó que no se le informó de la falta de atención por el secretario General de Gobierno, Jesús Martínez Garnelo.
El promotor de la UPOEG García Rodríguez señaló “la usurpación” del diputado perredista Sebastián de la Rosa, quien se había reunido con Martínez Garnelo para dar solución a sus peticiones sin el consentimiento de la UPOEG.
“El gobierno de Ángel Aguirre tiene toda la disposición del diálogo, el gobierno federal también está en la mejor disposición, queremos que esto no llegue al tema de desalojo pero estamos listos para ello y no podemos permitir que los paseantes y los enfermos estén esperando”, amenazó el funcionario.
25 minutos después de  su llegada, las dos vías bloqueadas durante 10 horas fueron liberadas ante la promesa de que serían recibidos ayer mismo en Casa Guerrero.
El bloqueo provocó caos vial principalmente en la carretera federal donde los carriles son relucidos y el transporte pesado formó largas filas.
En Chilpancingo el bloqueo provocó tráfico desde la caseta de Palo Blanco hasta el parador del Marqués, donde se veían más tráileres que carros particulares.

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