Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Soldados tras los ambientalistas

 Campesinos de Banco Nuevo explican que los militares han utilizado la misma táctica para detener a los ecologistas: Ponen su campamento cerca de las casas de los ecologistas perseguidos, y dicen que vienen combatiendo enervantes, pero en realidad no hacen nada, y están ahí para ver si se pueden llevar a algún detenido.

Dicen que los militares llevan “conocedores”, es decir, soldados originarios de la misma comunidad, y van para señalar a los campesinos ecologistas.

En Banco Nuevo y en El Rincón del Refugio hay antecedentes de incursiones de tropas del Ejército para detener a campesinos ecologistas acusados de diversos delitos, que los campesinos denuncian como delitos falsos y fabricados con el fin de reprimir al movimiento en defensa del bosque.

Entre los casos más conocidos está el del ecologista Gerardo Cabrera González, detenido por soldados el 14 de julio de 2001, y después acusado de portar armas de fuego prohibidas.

Cuando se llevaron a Gerardo Cabrera, actualmente preso en Acapulco, los soldados dijeron que venían a destruir enervantes, y acamparon en Banco Nuevo. Gerardo tenía orden de aprehensión, y no se retiró, pensó que no lo iban a detener porque tenía un amparo de un juez federal contra la orden de aprehensión. A los nueve días de estancia en el pueblo, los soldados arrestaron a Gerardo y se lo llevaron a su cuartel en Petatlán.

Recuerdan que cuando arrestaron a Gerardo los militares llevaban para señalarlo a un soldado que es originario de La Angostura, localidad que forma parte de Banco Nuevo.

Por eso, en esta ocasión, desde que los soldados llegaron a finales de marzo, los ecologistas sospecharon que intentarían llevarse a alguien.

Durante la estancia de las tropas en el pueblo, los campesinos perseguidos no pueden trabajar. Tienen que huir a los lugares de la sierra de más difícil acceso. Dejan a la familia, a su mujer y a los niños solos, con miedo de que los soldados lleguen y se metan a las casas y los interroguen y amencen, como lo han hecho muchas veces.

468 ad