Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jaime Castrejón Diez

El consejo de seguridad

 Al estar México presidiendo el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en medio de un conflicto armado y en los momentos más críticos de la vida de este organismo, debemos reflexionar sobre lo que esto representa. De hecho la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad no da un liderazgo explícito, el haberlo hecho rotatorio garantiza una posición imparcial, se considera que el presidente en turno es solamente una especie de moderador de las discusiones del Consejo. Hay que estar conscientes de que el presidente en turno del Consejo no cuenta con atribuciones institucionales para presentar iniciativas propias. Sin embargo, las circunstancias son las que forjan el papel que deben desempeñar las presidencias, sobre todo en un momento tan crítico como el actual.

Mucho se ha hablado de la resistencia del gobierno de los Estados Unidos a la presencia de Adolfo Aguilar Zínser en el Consejo. A mi modo de ver es en parte presión, en parte la manifestación del gobierno americano de su disgusto por la posición mexicana durante la etapa previa a la guerra y en la que se ha mantenido firme junto con otra nación latinoamericana, Chile, en la posición antibélica que no hay lugar a dudas ha sido la tradicional en estos países. La cordial visita del embajador Negroponte a Aguilar Zínser así lo confirma. Además se ve claramente que es la posición de la región como son los casos de Argentina y Brasil que lo han mostrado a través de las experiencias de sus mandatarios y las movilizaciones en contra de la guerra. En la región solamente Colombia ha tomado la posición contraria.

La presidencia de México enfrenta un momento difícil porque hay un conflicto que visto con claridad se tomó el unilateralismo como punto de apoyo para iniciarlo. Las Naciones Unidas por su misma estructura y su origen, son un organismo que representa el multilateralismo, es decir, el foro de opinión para dilucidar en su seno, sin necesidad de recurrir a la parte violenta, conflictos de la política internacional para encontrar soluciones que vayan poco a poco fortaleciendo el derecho internacional. En muchas ocasiones se ha hablado de la armonía que debe privar en el concierto de las naciones.

Al empezar el conflicto y hacer un lado a las Naciones Unidas, inclusive habiéndose expresado la crítica a la poca eficiencia de esta organización, minaba su legitimidad. Pero poco a poco ha ido recuperando terreno y recientemente ante la presión de su propia opinión pública y de su propio partido Tony Blair volvió a recurrir a las Naciones Unidas, tanto para asegurar su participación en la ayuda humanitaria como para el proceso de reconstrucción de Irak en la posguerra. Esto quiere decir que hay un regreso, aunque sea simbólico, hacia el multilateralismo. Y ese será el tema principal que llenará el espacio durante el periodo que le toca presidir a nuestro país.

Esto también hay que verlo en un proceso de reconstrucción de las relaciones bilaterales de muchos de los miembros de la Organización de Naciones Unidas, especialmente muchos de los miembros del Consejo de Seguridad. Las participaciones en el Consejo se verán matizadas también por los acercamientos que hagan los representantes hacia la reconstrucción de sus propias relaciones bilaterales.

También es importante ver que el Consejo de Seguridad, con su múltiple representación, no puede ignorar la opinión pública mundial en contra de la Guerra que empieza a hacer mella, como lo hizo en Tony Blair, pero sobre todo asegurar que el conflicto armado no se extienda a otros países como amenaza la tensión generada entre los gobiernos de Estados Unidos y Siria. Hay que recordar que también Siria es un actor importante ya que tiene también una posición como miembro temporal del Consejo de Seguridad.

No va a ser una situación fácil en el Consejo en este mes de abril, será una arena política importante, difícil, inclusive hasta peligrosa porque la agenda del Consejo en este mes está muy relacionada con la parte bélica del conflicto y por otro lado por una virulenta opinión pública que se ha comenzado a manifestar. No es remoto que algún miembro del Consejo haga una petición de “cese al fuego”.

La actitud de México en el Consejo es muy clara, hay una posición explícita del gobierno mexicana reforzada con un punto de acuerdo del Congreso de la Unión sobre el rechazo a la guerra. Pero también hay que ver las dos vertientes de la opinión pública, una muy mayoritaria de rechazo a la guerra, y otra más pequeña pero muy preocupada por las condiciones de deterioro de la relación bilateral y que puede repercutir en el desarrollo económico del país. Solo hay que tener presente que la presidencia del Consejo solamente tiene el papel de un moderador.

468 ad