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Culpa la premio Nobel de genocidio a George Bush contra el pueblo iraquí

* Si la ONU no actúa para parar la invasión “va a perder aún más la credibilidad perdida”, advierte

Ossiel Pacheco * La premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú Tum responsabilizó de genocidio al gobierno de los Estados Unidos y a George Bush, contra el pueblo iraquí, y se sumó a la Cruz Roja Internacional, que calificó como delitos de lesa humanidad los bombardeos que han tenido a civiles como víctimas, y de violar las normas internacionales al invadir a Irak.

“Los costos de esta guerra por el petróleo son sangrientos, pues ha costado la vida a hombres, mujeres y niños, y no hay ningún contacto para conocer el trato que se les está dando a los prisioneros de guerra iraquí; se habla mucho de los prisioneros norteamericanos; tenemos la impresión que están tomando las mismas medidas con los prisioneros de Afganistán, dejando morir a mil prisioneros de hambre”, dijo.

Entrevistada a su llegada al aereopuerto Juan Alvarez, la guatemalteca exiliada en México opinó que si la ONU no actúa para parar la invasión de Estados Unidos e Inglaterra en Irak, va a perder aún más la credibilidad perdida desde hace mucho tiempo.

“Siempre la hemos criticado por su doble moral y su forma de tratar los problemas del mundo, pero esta vez ha sido más evidente, está a punto de ser superada por estas potencias que tienen poder y armas y toman las decisiones por sus manos como lo hizo Estados Unidos”, lamentó.

Menchú pidió al presidente Vicente Fox la importancia de que México guarde el honor de millones de personas en el mundo que están contra la guerra y exigen que cesen las hostilidades y que termine la invasión en Irak.

Llamó al Ejecutivo federal a fortalecer el papel de México en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, una vez que el representante Adolfo Aguilar Zinser asumió la presidencia del organismo, “siempre he dicho que la ONU tiene muchos defectos, uno de ellos es su inoperancia en momentos cruciales para la humanidad”.

Se manifestó a favor de que se cumplan las normas y leyes internacionales y a aspirar a un nuevo orden mundial en el que haya reglamentos, “que nos permitan la convivencia interna, pero por el momento que todos los países que han rechazado la ilegalidad de la guerra deben mantener firmes”.

Opinó que “indigna” que sean los países que hacen la guerra los mismos que reparten la comida, “es prácticamente cambiar comida por rendimiento, es la política de los Estados Unidos”.

Ante este escenario, urgió a que sean países neutrales “que no estén vinculados con la guerra” los que asuman las tareas humanitarias.

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