Pide el obispo de Altamirano ayuda para afectados por la guerra en Irak

Gregorio Urieta, corresponsal, Ciudad Altamirano * El obispo de la diócesis de Altamirano, Carlos Garfias Merlos, a través de un boletín, llamó a los feligreses de las parroquias a conformar centros de acopio de ayuda humanitaria “para los afectados por la guerra” en Irak, y rechazó que sirva como el medio para resolver los conflictos entre los países.

El mensaje entregado a los reporteros el sábado por la noche, el obispo de la diócesis que comprende las parroquias ubicadas en las entidades de Guerrero, estado de México y Michoacán, dijo que la “guerra siempre es una derrota para la humanidad” y que los caminos del diálogo y del respeto al derecho internacional, son los únicos medios válidos para resolver los problemas entre los Estados.

En su mensaje, difundido a propósito de la cercanía de la Semana Santa, Garfias Merlos apoya la “valiente declaración del presidente Vicente Fox” del pasado diecisiete de marzo en el que manifiesta la posición de México sobre la guerra en Irak y el terrorismo.

Allí mismo, el obispo Garfias Merlos hace un llamado a los feligreses de las parroquias de su jurisdicción religiosa para que “busquemos la manera de solidarizarnos con los afectados, los heridos, los refugiados, los huérfanos y todos los desamparados…” de una manera organizada, por lo que propone que en las parroquias se haga un comité especial para que coordinados por la Comisión Diocesana de Pastoral Social, se participe en la ayuda humanitaria a los afectados por la guerra.

La coordinación de la Comisión Diocesana de Pastoral Social está a cargo de las madres Clarisas, cuya sede está ubicada en la calle Morelos, en el centro de Altamirano, a un costado de la casa del obispo. En ese lugar se recibiría durante la presente semana la ayuda recolectada ente los feligreses de las distintas parroquias de la Diócesis, señaló el vocero, diácono Javier Castrejón Flores, el que a la vez informó que la Comisión Diocesana de Pastoral estará en coordinación con la Cruz Roja Mexicana y con la Asociación Cáritas de México, a través de los cuales se enviaría la ayuda a los iraquíes.