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Jaime Castrejón Diez

El estado laico

Con motivo del aniversario del nacimiento de Don Benito Juárez es necesario hacer algunas reflexiones. El discurso del canciller Derbez durante la ceremonia oficial se centró en la autodeterminación de los pueblos, por el momento que vivimos, la guerra en Irak y el deseo expreso de un cambio de régimen provocado desde fuera fue el tema relevante de su intervención. Lo que quedó fuera de su discurso fue el pensamiento del reformador, del estadista que modernizó a México.

Las circunstancias se aprovecharon para que el discurso no tocara directamente la idea de la laicidad del Estado. Hay que recordar que al derrotar a Maximiliano de Habsburgo y en la época de la “República Restaurada” Juárez pudo haber considerado completa su participación histórica y gozar de su ganada popularidad y del poder. Pero no fue así, sacrificó la popularidad y las mieles de la victoria militar y se lanzó a lo que me parece es su principal aportación a la historia nacional: la secularización del Estado y la libertad de cultos.

Históricamente hay cuatro aportaciones importantes del Benemérito. La primera fue la formación de las nuevas élites para gobernar al país; después de la Independencia las universidades eran reducto de la Iglesia y del modelo colonial, por esa razón surgieron los colegios civiles, Juárez fue alumno y luego director del Colegio Civil de Oaxaca.

Su objetivo era crear a los nuevos conductores sociales con las ideas de la Ilustración y la consolidación de la nación mexicana, el estudio del derecho era indispensable para construir un país.

La segunda aportación es el haber mantenido la República y la consolidación de la autodeterminación del pueblo mexicano. Haber mantenido la legitimidad en aquella famosa carreta que no es solamente anecdótica, su significado fue el de no ceder el poder a la fuerza de los poderosos tanto de adentro como de fuera. Lo que hizo fue hacer valer la legitimidad sobre la fuerza, esa fue su gran hazaña.

La tercera es haber hecho un gobierno civil responsable ante una sociedad en la que todos los mexicanos tienen los mismos derechos y obligaciones, así como la abolición de los fueros para que todos por igual tuvieran que someterse ante los tribunales nacionales.

La cuarta fue el establecer que no exista una religión de Estado y que todo mexicano tiene derecho a practicar la religión que desea profesar. De hecho, esto fue lo que hizo de México un país moderno y la desamortización de los bienes de la Iglesia limitó el poder real de esa institución. Estas ideas habían aparecido aún antes de la Ilustración del lado de los filósofos empiristas. John Locke escribía: “Toda iglesia es ortodoxa para sí misma y errónea o herética para los demás”.

Esto último tiene más vigencia aún porque México es un país de tolerancia en que se practican múltiples religiones. En este estudio realizado en la década de los noventa se encontró que había 172 denominaciones presentes es nuestra sociedad. Algunas como la católica en mayoría, pero otras como los evangélicos que cuentan con 8 millones de feligreses y 16 mil pastores; otras tienen más de un millón 200 mil feligreses, el caso de los Testigos de Jehová y otras con seguimientos más pequeños pero igualmente dignos de respeto.

El pensamiento juarista que está firmemente establecido en la conciencia mexicana, debe mantenerse presente y ser parte esencial del planteamiento social de todos los gobiernos.

Esto no quiere decir que el juarismo se convierta en un dogma inalterable porque como todas las ideas éstas también evolucionan. Debemos pensar que la ilustración tuvo un momento culminante en Juárez y es la secularización y la objetividad lo que se establece como norma de vida. En nuestro tiempo, en que la postmodernidad apunta a cambios de los puntos de vista de la Ilustración debemos ver cómo afecta nuestros valores.

Esta postmodernidad postulada por Foucault, Derrida y Lyotard reconoce la importancia de la objetividad, pero también propone una mayor atención a la subjetividad . Esta se manifiesta en las creencias que el individuo acepta como suyas y el respeto que se debe tener a su subjetividad. En la evolución de conceptos la tolerancia del juarismo sigue vigente.

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