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Sueños rotos y falta de opciones enfrentan los jóvenes normalistas calificados como no aptos por la SEP

 

*En el campamento que instalaron unos cien jóvenes, afuera de las oficinas ejecutivas de la SEG, se repiten historias similares de jóvenes rechazados, que se aglutinan en el FUNPEG

Jacob Morales Antonio

Chilpancingo

Dejó el campo para ser maestro, pero tendrá que regresar a su tierra a cosechar maíz. Este lunes cumplió tres días instalado en una tienda de campaña, afuera de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), es tu’un savi (mixteco) y busca cumplir un sueño que es lejano por un punto.
Brayan González Rivero es originario de la comunidad de San Cristobal, municipio de Cochoapa el Grande, el municipio más pobre de Guerrero, ubicado en La Montaña alta. Con una mirada firme, pero sin perder la esperanza, está decidido a regresar a su casa de adobe, con el pago que su hermano mayor no logró dar a sus padres.
De estatura baja, moreno, nariz chata, cabello obscuro y erizado, egresó de la Normal Regional de La Montaña, ubicada en Tlapa, en el ciclo escolar reciente.
Él es uno de los 4 mil 70 aspirantes que fueron evaluados como no idóneos por la Secretaría de Educación Pública (SEP), tras la aplicación del examen de oposición a cinco mil 222 aspirantes el pasado 12 de julio, para obtener una de las 272 plazas base que la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) ofertó en la convocatoria 2014.
Se encuentra en el campamento que instalaron unos cien jóvenes, afuera de las oficinas ejecutivas de la SEG, donde habló de su caso, que se repite con otras historias similares de jóvenes que aglutina el Frente Único de Normales Públicas del Estado de Guerrero (FUNPEG).
Con 120 pesos semanales, apoyo de sus padres dedicados a la siembra de maíz, frijol y calabaza, Brayan estudió la normal en la ciudad de Tlapa, donde su hermano mayor, de 24 años, culminó hasta la preparatoria y no siguió por falta de dinero.
El joven de 22 años relató que para poder pagar el cuarto, donde ha vivido desde que estudiaba la secundaria, realizaba trabajos de electricista y con surte recibía hasta 400 pesos, los que juntaba para pagar la mensualidad de la habitación.
Desde pequeño visualizó estar frente a un grupo de niños, a quienes en tu’un savi enseñaría a leer y escribir. Quiere que la suerte de saber leer y escribir llegue a las 45 familias que habitan San Cristóbal, poblado ubicado a tres horas de Cochoapa el Grande.
Con la mirada al suelo y por momentos al horizonte, al hablar de sus cinco hermanos y sus padres; rememoró que el pago más grande que podrían recibir es regresar a la escuela ubicada en el poblado, de casas de adobe, maderas y calles de tierra, que apenas cuenta con electricidad, a enseñarles a sus tres hermanos de 11, 8 y 5 años a leer y escribir.
Con el rostro arrugado y mirada desafiante, reveló que obtuvo 99 puntos en la evaluación que la SEP aplicó a los normalistas y fue calificado como no idóneo para estar frente a grupo, sin embargo, dijo que por un punto no calificó como idóneo y manifestó que el examen teórico no demuestra las capacidades frente a grupo.
“Me dicen que soy no idóneo, estudié mucho y ahora el gobierno me dice que no soy apto, cuatro años estuve aprendiendo para ejercer la profesión que yo quiero”, expresó.
El joven abundó que las acciones de protesta que realizan no son por gusto, sino un derecho, que el gobierno debe de garantizar la educación en un estado pobre.
En su tercer día de protesta, para presionar a las autoridades educativas y al gobierno del estado, para dar 740 plazas a los egresados de la generación 2014, de ocho de las nueve normales públicas.
Unos cien jóvenes mantienen cerrada la avenida de la Juventud, frente a las instalaciones de las oficinas ejecutivas de la SEG, a unos metros de Casa Guerrero, en espera de la reunión de mañana con el gobernador Ángel Aguirre.
Uno de los voceros del FUNPEG adelantó que de no haber respuesta positiva a la demanda de plazas, realizarán manifestaciones.

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