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Miles de indignados desafían al gobierno en España y la policía los desaloja en Palma

DPA

Madrid

Un año después de la ola de indignación que recorrió España, el “movimiento 15-M” demostró ayer que sigue vivo: una marea humana tomó las plazas de 80 ciudades, protestando contra el modelo político y económico de un país sumido en una grave crisis económica y en una ola de duros recortes por parte del gobierno.
La Puerta del Sol de Madrid recuperó el papel de símbolo y epicentro de las protestas de hace un año y se desbordó esta noche a sus calles aledañas, tras ir llenándose de gente desde la tarde y confluir allí cuatro marchas de indignados que habían partido de diversos puntos.
Miles de personas (30 mil según las autoridades, decenas de miles según los propios indignados) desafiaron al Ejecutivo de Mariano Rajoy y, pese al fuerte despliegue policial, de más de mil 500 antidisturbios en la capital de España, permanecieron en el “kilómetro cero” pasado el límite horario que las autoridades habían impuesto a la protesta.
Cuando el reloj de la plaza marcó las 22:00 horas (local), la Puerta del Sol rompió en pitos y aplausos multitudinarios y desafiantes. Llegada la medianoche, dos horas después del plazo que tenían para irse, los indignados seguían allí y guardaron un minuto de silencio, bautizado como “grito mudo”, para pedir el cese de la “violencia económica” y de las guerras al ritmo del agitar de pañuelos blancos.
Hasta la medianoche, las protestas transcurrieron en Madrid de forma pacífica, sin incidentes reseñables. La policía, aunque visible, se mantenía en un segundo plano hasta ese momento. Los agentes tenían orden de impedir nuevas acampadas de los indignados, como las que protagonizaron hace un año durante semanas en el “kilómetro cero” de España. El Ministerio del Interior aseguró esta noche que no se desalojaría Sol, a no ser que se intentara acampar.
Poco después, en torno a la 1.45 horas de la madrugada, el protagonismo se trasladaba a Palma, donde la Policía Nacional ha comenzado a desalojar a los 150 ‘indignados’ que permanecían en la Plaza de España de la ciudad.
Minutos antes, un portavoz de las fuerzas de seguridad advertía a los manifestantes de que abandonaran el lugar. Una vez cumplido el plazo dado para dejar la plaza, dos agentes de la Policía Nacional están deteniendo uno a uno a los ‘indignados’ para llevarlos fuera del recinto. Las autoridades han desplegado un amplio dispositivo con cerca de 70 agentes rodeando a los concentrados. Además, se ha situado en todas las salidas de la Plaza de España, tanto con motos como con furgones policiales.
A lo largo de la tarde y durante buena parte de la noche, los indignados gritaron en plazas de 80 ciudades del país, entre ellas la Plaza de Cataluña en Barcelona, contra la corrupción, el bipartidismo, la reforma laboral del gobierno y los drásticos recortes del Ejecutivo para reducir el abultado déficit público, unos recortes que afectan también a pilares básicos del Estado de bienestar como la sanidad y la educación.
“¡Contra los recortes, no te cortes!”, corearon muchos, alternando el cántico, entre otros, con los ya clásicos “Oe, oe, oe, lo llaman democracia y no lo es” y “¡No nos representan!”, dirigido contra los políticos.
En Barcelona, la segunda ciudad del país, miles de personas -22 mil según las autoridades, 200 mil según los organizadores- marcharon por el Paseo de Gracia hasta la céntrica Plaza de Cataluña. En la capital catalana, un hombre fue detenido por haber agredido a un agente de la guardia urbana. En Barcelona, las autoridades catalanas decidieron no impedir la acampada de los indignados hasta el martes si no se producen problemas de seguridad u orden público.
En Valencia, los indignados acabaron ocupando la plaza del Ayuntamiento, donde las autoridades locales habían trasladado una “mascletá” (artefactos pirotécnicos) en honor de una Virgen con la esperanza de que ahuyentara a los manifestantes. Pero éstos retiraron las vallas protectoras y quitaron el material pirotécnico para instalarse allí.
A los indignados españoles se unieron otros en protestas convocadas en ciudades de más de 30 países.
Tras un invierno en el que se ha visto poco a los indignados, que hace un año retaron durante semanas a una clase política que había infravalorado el enfado ciudadano, las manifestaciones de ayer en toda España estaban pensadas como acto central e inicial de cuatro días de movilización que culminarán el próximo martes 15 de mayo, fecha oficial del aniversario.

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